Fotoensayo: Mirar (y volver a mirar) los rostros y los atajos de la ciudad
Me he dedicado a observar personajes y espacios comunes. Hombres y mujeres con vidas ordinarias que por esa misma condición pasan a ser parte de la marea humana. Y en esa marea yo los busco. Quiero entender, conocer y evidenciar la complejidad de lo común y lo corriente.
Ocho millones de personas de diferentes latitudes del mundo viven y transitan en los mil setecientos setenta y cinco kilómetros cuadrados que ocupa el área de Bogotá hoy por hoy. De este a oeste y de norte a sur, esta indescriptible ciudad se transforma a un ritmo acelerado, que es casi el mismo ritmo de su crecimiento: los sitios pocas veces suelen ser los mismos y los personajes que habitan en los diferentes espacios tienen una dinámica cotidiana que, en lo personal, me resulta muy atractiva a la hora de obturar.
La capital del país está llena de rostros y atajos que parecen comunes a los ojos incautos de muchos transeúntes. Para mí no porque, de alguna manera, hago parte de esa cotidianidad. Me he dedicado a capturar instantes fugaces y personajes como sacados de los cuentos que pasan desapercibidos. Hombres y mujeres con vidas ordinarias y comunes que por esa misma condición pasan a ser parte de la marea humana. Y en esa marea yo los busco. Quiero entender, conocer y evidenciar la complejidad de lo común y lo corriente.
Es difícil interpretar este simple y agitado lugar porque las dinámicas sociales son distintas cada día. Cada rincón logra contarme una historia diferente, logra mostrarme una realidad latente que no estoy indagando, sus personajes hablan sin abrir el pico… Su cotidiano hablar, ese acento que se mezcla con el ruido de los buses, habla de la extraña magia que vive solapada bajo el cielo gris.
Me he transformado en un niño turista incansable, me dejo sorprender una y otra vez por cada cosa que veo, visito día tras día los mismos lugares, sumo kilómetros al pasar los años explorando estas tierras heladas. Trato de resumir lo que vieron mis ojos y sintió mi cuerpo en este ensayo fotográfico. A veces, las imágenes son insuficientes pues los sonidos y los aromas juegan un papel muy importante en esta experiencia, una experiencia que tiene tanto de atractivo como de aterrador.
Es raro el hecho de que la vida se vuelva cotidiana y, por eso, no miremos un poco más lo que significa la cotidianidad: todos llevan afán pero no se puede llegar rápido a ningún lado, sale el sol pero el frío no da tregua, hay lugares tranquilos y solitarios pero en realidad no son tranquilos sino peligrosos por lo solitarios, los pájaros cantan pero lo que se oye es un mar de voces que por lo general quieren venderte algo, los atardeceres son rosados y azules pero pocos se detienen a verlos, nos sentimos libres pero las deudas y los horarios nos encarcelan.
Bogotá fue fundada hace medio siglo y hoy no es la ciudad moderna que sus alcaldes prometen. A pesar de esto la gente no deja de llegar. Bogotá podría llegar a ser, según la Secretaria Distrital de Población, la tercera ciudad más densamente poblada del mundo. No es de extrañar que su funcionamiento colapse. Durante 31 años he sido testigo de los elefantes blancos que se reproducen por las calles, de aprobaciones de leyes injustas, de reformas tributarias, de olas y olas de violencias de todo tipo.
Para mí todo eso es vida, y una vida no muy común: cuerpos en movimiento que son más individuos y menos una masa humana. Por eso los miro. Y los vuelvo a mirar.
Barrio 12 de Octubre / Enero 2017
Calle 93 con Cra 11 / Julio 2016
Corferias / Agosto 2018
Centro de Bogotá / Julio 2018
Cra 30 / Diciembre 2017
Portal TM del Norte / Noviembre 2016
Transmilenio / Abril 2018
Parque Lourde / Mayo 2018
Centro de Bogotá / Julio 2018
Cra 9 Centro de Bogotá / Agosto 2017
Calle 183 / Febrero 2018
Centro Internacional / Mayo 2017
Cra 13 con calle 26 / Julio 2018
Centro y Calle 72 / Junio 2018
Pablo VI / Noviembre 2017
León de Greiff / Noviembre 2017
Norte de Bogotá / Agosto 2016
La Rebeca / Mayo 2018
Calle 183 / Mayo 2018
Hospital de Suba / Enero 2016
*Ovidio González es fotógrafo, un contador de historias visuales que día a día suma kilómetros explorando la ciudad en donde vive y los lugares que visita. Desde este año es XPhotographer de Fujifilm. Sígale el rastro en Instagram o en su página web.