¿Cómo se están dañando sus pulmones los biciusuarios bogotanos?
Andar en bici tiene muchos beneficios, pero en el aire capitalino anda suelto un silencioso problema: las partículas ultrafinas que están siendo inhaladas más por los ciclistas que por los peatones o conductores de vehículos. Píllese en esta infografía las vías más contaminadas y algunas recomendaciones para mitigar daños, según un estudio realizado en la Universidad Nacional.
Bogotá es una selva de cemento que muchas veces es mejor atravesar en bici que en otro medio de transporte. Eso es algo que no lo sorprenderá si usted ha leído con atención estos tips para sacarle provecho a las dos ruedas en nuestra capital. Eso sí, igual que en muchas actividades, tiene sus riesgos que no debería: robos, accidentes y, como recientemente ha descubierto un estudio realizado por Leidy Ávila, una mayor exposición a agente contaminantes que se encuentra en el aire.
En su estudio Determinación de la exposición de viajeros pendulares a partículas ultrafinas según modo de transporte en Bogotá, esta magíster en Ingeniería Ambiental de la Nacho concluyó que la ciudad no va por buen camino en cuanto a la calidad del aire. En la medición que realizó en cinco de las principales vías de la capital, encontró que la contaminación en el aire está peor que en ciudades más pobladas como Londres o Sidney.
Además, puso el ojo en los biciusuarios: están mucho más expuestos que un peatón o un conductor a las partículas ultrafinas, un diminuto agente contaminador que se aloja en los pulmones y en el sistema cardíaco.
A pesar de lo revelado por este estudio, el Distrito no ha levantado ninguna alerta sobre la calidad del aire pues los niveles no superan el límite nacional de 50 microgramos diarios de partículas ultrafinas, apenas es de 23 microgramos diarios. El problema es que la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, cuyos estándares son menos laxos, dicta que el promedio diario de estas partículas en el ambiente debería ser de 10 microgramos.
En esta infografía le contamos cómo nos estamos jodiendo los pulmones, de donde provienen esos agentes contaminantes, y, en especial, cómo se están afectando los bicicuarios de Bogotá, y algunas recomendaciones a tener en cuenta.