Voyeur, una mirada del paro nacional desde el cartelismo y la fotografía experimental

En 2019 en Chile se encendió la llama. Las políticas neoliberales del gobierno de Sebastián Piñera empujaron al estallido a gran parte de la población que inconforme se tomó las calles de Santiago de manera indefinida. Los chilenos, muy parados, obtuvieron una serie de pequeñas victorias que conllevaron a una reforma constitucional, uno de los objetivos planteados por los manifestantes.

Las movilizaciones llevadas a cabo en el país austral resultaron beneficiosas para sus ciudadanos pero además, motivaron un efecto dominó en otros países de la región. En Ecuador se dieron protestas por la eliminación de los subsidios a los combustibles, en Bolivia se acusaba un fraude electoral, en Haití el desabastecimiento de gasolina y alimentos, y en Colombia la corrupción, la desigualdad, el asesinato sistemático de excombatientes de las FARC y líderes y lideresas sociales fueron apenas algunas de las razones que motivaron la revuelta social.

En medio de ese panorama, los manifestantes empezaron a apersonarse de lo que estaba pasando y fue así como el movimiento social, estudiantil y la ciudadanía en general se congregó en las calles desde el 21 de noviembre de ese año. Fueron meses de estar en el espacio público hasta que la pandemia se nos vino encima, nos encerraron y como consecuencia las movilizaciones mermaron.

A pesar de eso, la movilización social desatada a finales de 2019 en el país tuvo un valor agregado, un estallido gráfico que si bien no era algo nuevo, esta vez llamó la atención por la cantidad de personas que dejaron claro su malestar a partir de estas expresiones. Una de estas personas es Voyeur, un artista plástico y fotógrafo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano que para esa época aún no firmaba su obra bajo ese seudónimo pero que ya venía probando técnicas de impresión con la idea de convertir la calle en su galería de exposición.

Fotografías digitales impresas en clorofilotipia sobre hoja de espinaca. 2020.

Antotipia de repollo morado. 2020.

Fue en las manifestaciones que empezaron el 28 de abril de este año que este artista decidió proteger su identidad con esa chapa, teniendo en cuenta los ataques por parte de la fuerza pública en contra de los jóvenes que desde el arte resistían en las calles. 

En Bogotá una tanqueta del ESMAD arrolló al MC y gestor cultural Dylan B-Lion, en Cali asesinaron al grafitero Flex y al cantante Junior Jein, mientras que en Medellín estigmatizaron a través de un cartel publicado por la Fiscalía al rapero de la Comuna 13 Kbala. Razones suficientes para que los manifestantes quieran proteger su identidad.

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Ante la necesidad de que su obra respondiera de manera directa a las problemáticas del país, Voyeur, a punta de experimentación, echó mano de técnicas con las que ya venía trabajando como la xilografía y distintas formas analógicas de hacer fotografía como la cianotipia o la antotipia, empezó a mezclar sus disciplinas y el salir a intervenir las calles bogotanas lo llevó a cuestionarse los formatos de su obra.

“Todo gira en la onda del hágalo usted mismo y en llegar a la mayor cantidad de personas. Eso mismo me ha llevado a técnicas como la serigrafía, que también muchos colectivos independientes la usan por esas mismas razones. La xilografía también le permite a uno ser independiente, crear imágenes que queden como uno quiera, o digamos el fanzine como una herramienta muy importante para decir cosas desde ahí sin restricciones estéticas”, comenta este creador.

La fotografía llegó a la vida de Voyeur de manera inesperada. Tras tomar una serie de cursos alrededor de las artes plásticas, su pasión desde que era un pelado, y luego de no pasar ni a la Nacional ni a la Distrital a este pregrado, se decantó por un tecnólogo en producción de imagen fotográfica en la Tadeo.

Su fotografía desde el comienzo buscó retratar la realidad y la cotidianidad de esos personajes que solemos ignorar pero cuyos oficios o su mera existencia en el paisaje capitalino resultan más interesantes de lo pensado: tenderos, placeros o habitantes de calle, son algunos de los personajes que Voyeur ha documentado desde el lente de su cámara.

Intervención llevada a cabo en el barrio San Felipe

Fue así como en medio del paro nacional surgido el 28 de abril de este año, este artista quiso llevar a distintos espacios de la ciudad sus fotografías e instalarlas en un formato grande para que las imágenes llegaran a muchas más personas a través del cartelismo, la herramienta ideal que utilizó Voyeur para realizar estas acciones. 

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 “Es llevar el intento de la fotografía a otros lados y también no solo la fotografía sino hablar con la imagen en el espacio, eso me parece como muy importante. Intento escoger el espacio específico para poner las fotografías y que la imagen tenga una relación más o menos intrínseca con el espacio”, cuenta.

El 12 de mayo, sacando provecho de la multitudinaria concentración que hubo en el Monumento a los Héroes, en Bogotá, y haciendo un juego de palabras, este creador intervino la cara oriental del monumento con una serie de carteles a gran formato que llamó Héroes Cotidianos, un ejercicio con el que buscaba resaltar ciertos personajes y dejar de lado a esos “héroes” impuestos.

“Ese monumento que tiene unos héroes que muchos no conocemos y que han sido como medio impuestos por la educación y pues no nos representan de alguna manera ya. Yo me ponía a pensar cómo darle un giro a esto, quiénes serían los verdaderos representantes ahorita que está pensando esto de compartir de la empatía con el otro. Entonces hice un serie de retratos en los que estuviera la señora que vende rosas, el indígena, la persona joven, el encapuchado, el papero. Esto como una forma de decir acá estamos todos, los que estamos ahí podríamos ser como una especie de minorías que estamos creciendo, que somos ahorita los verdaderos representantes”, explica Voyeur.

Esa acción que fue apoyada por el también artista Branksy con la intención de agilizar el proceso, fue bien recibida por todas las personas que ese día se encontraban en el lugar. Según cuenta Voyeur, para él fue muy motivador ver cómo se le acercaron para agradecerle la acción y hasta comida le llevaron, algo que da cuenta de la complicidad y la juntanza que se forjó en medio de esa convulsión social. Set Roc y Androide también son creadores que han acompañado procesos de Voyeur.

Además de Héroes Cotidianos, en el marco del paro este artista empapeló distintos lugares de la ciudad con unos carteles más relacionados al ambiente joven, a la escena punk local y al underground capitalino. Estas pegadas las ha hecho en sitios bogotanos característicos como el Parque de los Hippies, La Candelaria o el barrio San Felipe. 

El trabajo de artistas emergentes como Voyeur es una invitación a prestarle atención a la importancia de que la ciudadanía se apropie a su manera del espacio público y que a punta de exploración y echando mano de las herramientas que se tienen, dejen impresa su digna rabia en las calles.

Sígale el rastro en su cuenta de Instagram a Voyeur, uno de los artistas que harán parte de la segunda entrega de la muestra virtual #ArteEnResistencia