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Fotos cortesía David Álvarez

El estilo salvaje de Beek en 3D

Beek establece un diálogo entre las estéticas del estilo salvaje y los alcances de las inteligencias artificiales. Sin embargo, dice, “no puedes pensar que vas a lograr un proceso técnico muy avanzado en el grafiti sin antes haber pasado por la calle”. Hablamos con él en su paso por Amen Gallery con la expo Realidad 1.0.

Jerónimo Sierra

El primer encuentro de David Álvarez con el grafiti fue a mediados de los noventa. Tenía catorce años cuando un amigo del colegio le presentó el rap. Pasar del rock, el metal y el hard core —los géneros de su preferencia por aquella época— a escuchar hip hop fue un cambio veloz gracias al asombro que provocó este nuevo mundo en él. Esas “letras raras” que nunca había visto y que protagonizaban las carátulas de los álbumes que tenía su amigo, le resultaron tan extrañas como atractivas.

 

Por esos mismos años viajó con su familia a Nueva York, lugar del primer encuentro directo con el grafiti. Encontrar de nuevo esas “letras raperas”, como les decía él, en los trenes y en las paredes, le voló la cabeza y lo llevó a decidir que eso era lo que quería hacer. De regreso en Bogotá comenzó a gestionar sus primeras latas de aerosol, se juntó con Duvako y desde el ejercicio empírico de observar las caligrafías comenzó su carrera en el arte urbano. Todo surgió callejeando, con exploración, sin referentes claros y lo llevó a lo que es hoy, un escritor consolidado con más de veinte años de experiencia que ha pasado de pintar en las calles a exponer sus piezas en galerías.

 

“Para mí el grafiti es todo en lo que me desenvuelvo”, dice este barranquillero de padres pereiranos criado en Bogotá, “mis amigos y mi trabajo, pero también, desde una postura filosófica, es un impulso vital del humano para lograr expresarse. Ese gesto, que es anterior al lenguaje, de comunicar y plasmar las ideas en una superficie, es el mismo que está presente en los jóvenes del siglo XXI y en nuestros antepasados de la prehistoria”.

 

Del 15 de septiembre al 14 de octubre expuso en Amen Gallery Realidad 1.0, un montaje en el que combina técnicas análogas y digitales dentro del grafiti. Un experimento para traducir las letras clásicas del estilo salvaje al lenguaje digital del modelado 3D. 

 

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Fluorescent funk, 2022. Expo. Realidad 1.0

 

Jerónimo: Como escritor criado en Bogotá que vivió en Medellín, ¿cuál es tu opinión sobre la movida paisa?

Beek: Es complejo el tema en Medellín. Es una ciudad con un poder de organización bastante grande, el tener una escena más pequeña también le facilita eso y todas las dinámicas tienden a tener ese factor común, el orden. El grafiti está muy institucionalizado, casi que hace parte de la institución. El hecho de ser la segunda ciudad más turística de Colombia y usar el grafiti en esta dirección, le da un aire totalmente distinto al arte urbano, reduciendo el grafiti a un instrumento promocional del turismo.

 

Ese es el problema del orden que institucionaliza, ¿no?

Exacto, pero igual ahora mismo hay una escena que es la contraparte de todo el muralismo institucional, los bombers, una escuela de pelados bien tesos que están en esa movida. En Medellín se ve mucho el contraste entre el grafiti bonito e institucional de la guacamaya y el jaguar y la bomba: bomba, bomba, destrucción, destrucción. Eso lo hace interesante.

 

En este tiempo he encontrado una discusión interna entre escritores, ya lo mencionabas cuando hablabas de Medellín, una tensión entre el grafiti vandal y el grafiti institucionalizado. De hecho, el arte urbano en la actualidad parece definirse por la tensión entre el orden de las instituciones y la autonomía incierta de los escritores. Me he cruzado con escritores que ven muy problemático llevar el grafiti a una galería, hacen juicios apasionados sobre lo que es o no es grafiti, como si existiera una definición pura del oficio. Para ellos lo puro está en la calle, en que no pueda comercializarse, en el riesgo de enfrentar las autoridades.

Vengas de donde vengas y sea cual sea tu postura, vas a terminar en el arte. Porque el grafiti es un arte, independientemente si es vandal o pictórico, o narrativo, o el clásico de letras, sigue existiendo una propuesta estética. Una pieza que tiene una intención clara y previamente definida produce un estilo propio y para mí eso es una intención artística. Que también es una forma de transgredir el statu quo, que también es una forma de ir en contra de lo establecido, claro que sí, esas dos cosas son inseparables. El grafiti es ambas cosas a la vez. Tú no puedes pensar que vas a lograr un proceso técnico muy avanzado en el grafiti, sin antes haber pasado por la calle. Definitivamente el arte urbano está hecho para la calle, ahí está el sustrato principal del grafiti. Ser artista urbano no es hacer un mural bonito, es desarrollar una sensibilidad con la calle.

 

¿Y las galerías?

Tanto el grafiti vandal como el grafiti más estilizado pueden compartir la galería y pueden ser apreciados de la misma manera. Por ejemplo, aquí en Amen Gallery la exposición anterior a esta fue una de Error, un escritor que tiene toda la ciudad vandalizada. Él en este espacio puede mostrar una pieza de grafiti de la calle, esas piezas que nacen de la intensión transgresora del vandal y es observada por cualquier persona ajena al arte. Lo importante es ser coherente con lo que se hace, si uno es muy radical seguramente nunca le interese vivir del grafiti. Mi caso no es ese, mi época de radicalismo y de escepticismo del grafiti como arte ya pasó y hoy a mis cuarenta años tengo muchas reflexiones del grafiti como arte. Lo entiendo y lo vivo así, ese fue el camino que decidí. Igual, sigo siendo un fanático del grafiti de la calle, que esté en la galería no quiere decir que deje de hacer mis letras por ahí.

 

Realidad 1.0 es una exposición que articula el estilo clásico del grafiti con herramientas digitales de diseño, una conexión que emerge de la exploración autónoma sobre dos pasiones de hace tiempo.  ¿De dónde sale la idea de combinar lo análogo y lo digital?

Siempre tuve mucha fascinación por el tema digital, sobre todo, por el diseño 3D. Nunca tuve la oportunidad de dedicarme a eso, la interfaz de esos programas era muy compleja, y aunque lo siguen siendo ahora son más amigables. En la pandemia, por estar tanto tiempo en la casa, terminé conociendo la tableta digital y pude indagar en el tema del modelado 3D. Ahí fue más fácil. Igual, el modelo digital siempre partía de mis piezas de grafiti en 2D. El concepto de la exposición surge de mezclar estas dos cosas que me estaban apasionando en ese momento.

 

Es como una traducción de un formato a otro.

Exacto, ahí me encontré esa transición de lo análogo, del grafiti clásico, con lo digital. Esta exposición es el resultado de ese proceso. No es una idea de hace mucho tiempo. Acá en esta parte de la expo, por ejemplo, se ve el grafiti más clásico de las letras, las líneas, el volumen y el personaje. Estas letras, pese a que soy muy colorido, están en grises con algunos matices translúcidos de azules y violetas, para que la letra y el personaje sean los protagonistas. Como en el grafiti clásico: sin adornos, ni estilismos diferentes a la estructura de la letra.

 

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Graphotypus E (Mayus). 2022. Expo Realildad 1.0

 

Más allá de estas piezas, ¿cómo defines tu estilo?

Mi estilo de grafiti sigue siendo el clásico, el estilo salvaje, esa es mi línea de trabajo. Aquí aparecen propuestas diferentes, pero conservan el salvajismo del grafiti. Ahora, con el nacimiento de la realidad virtual, la conexión que surge entre la tecnología y el grafiti se da de manera espontánea. Me interesa ver hasta dónde puede llegar ese proceso, sin embargo, nunca voy a salir del grafiti. Ahí me siento cómodo.

 

Cuéntame sobre el cuadro interactivo ‘Una jungla adentro’.

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Una jungla adentro, 2022, Expo Realidad 1.0

 

Son obras bien distintas de lo que he venido trabajando, las únicas piezas que no tienen líneas definidas. Soy obsesivo de la línea y eso viene del estilo salvaje, pero estas piezas no son así. Las elaboré por capas, mancha sobre mancha al estilo expresionista, fue otra forma de crear. Cuando empiezo a trabajar el tema digital conozco el concepto de inteligencia artificial e indago hasta encontrar un software. Ella hizo una derivación del trabajo mío con una impronta propia de su algoritmo matemático. A través de unos diseños míos, el software diseñó estas imágenes que te aparecen en el código QR de los cuadros. Es una co-creación con la computadora. Además de observar el cuadro, con tu celular puedes interactuar con una realidad virtual que la inteligencia artificial crea con base en esa primera imagen que le di.  

 

Es literalmente una conversación por medio de imágenes.

Eso es, no le puedo quitar crédito al computador. Es un diseño mío, pero traducido al lenguaje de la computadora. A diferencia de las otras piezas, este fue un trabajo muy minucioso porque fue necesario reproducir la gráfica que la computadora definía, en un lienzo y con aerosol. Hoy en día hay una discusión fuerte sobre el uso de la tecnología en el arte, la gente está preguntándose ¿eso sí es arte? Pero si lo está haciendo un computador ¿cómo va a ser arte?

 

También se pone en discusión el tema de la autoría.

Es una tecnología que puede potenciar muchos campos del conocimiento humano, y en el tema artístico, si ese input inicial viene de una idea original humana, sigue siendo arte. Es una forma un poco romántica de ver la cosa, pero en la práctica se hace evidente, seguro más adelante la inteligencia artificial nos ayudará a resolver cosas en la ciencia, la medicina, en la ingeniería. La vida en general. Las computadoras siempre han llevado al hombre a evolucionar y no creo que el grafiti sea la excepción. Es el diálogo entre la máquina y la persona, sin perder el equilibrio.

 

Entre lo análogo y lo digital...

Y en la forma en cómo nos relacionamos con el arte. Las propuestas de las galerías siempre son muy contemplativas, pero la tecnología da la posibilidad de interactuar con el arte. A mí como creativo eso me parece muy interesante, se abre un universo de posibilidades a la hora de crear.

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Molecúla Voxel Beta, 2022, Expo Realidad 1.0

 


 

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