‘Manual de carroña y peores maneras’: aprendiendo a hacer cosas sucias de manera limpia
Inspirado en el tradicional ‘Manual de urbanidad y buenas maneras’ de Manuel Carreño, este fanzine es el revés de algunas doctrinas de comportamiento al tiempo que una radiografía a la inversa sobre algunas conductas de “dudosa moral”.
En 1853 el venezolano Manuel Carreño escribió su Manual de urbanidad y buenas maneras, un texto que educó (o deberíamos decir adoctrinó) durante décadas a las ciudadanías de América Latina. Aunque para muchos es claro que las lecciones del manual son cosa del pasado, para otros estas siguen persistiendo para condicionar la vida de las personas, lo cual hace más que urgentes nuevas perspectivas para incomodar.
De ahí nace el Manual de carroña y peores maneras, un fanzine creado por Doña Carroña (Nathaly Cuervo) y Míster Cínico (Iván Piñeros) que no solo es la antítesis del manual de Carreño, sino también un ejercicio “pedagógico” que busca instruir en aquello que para muchos siguen siendo “malas maneras”.
Doña Carroña, bogotana de 30 años, diseñadora gráfica e ilustradora de la Tadeo. Generalmente ha trabajado en diseño gráfico de marcas, museografía e ilustración a la par de proyectos personales como por ejemplo los panfletos y carteles que repartió durante las jornadas del Paro Nacional iniciado el pasado 21N. Míster Cínico, arquitecto de profesión de 35 años, relacionado con temas en torno al arte desde 2010 y antiguo miembro de la revista y libro de artista El Elocuente y de casas culturales como La Ksita.
Juntos le terminaron de dar forma a una idea que le rondaba a Iván en la cabeza desde tiempo atrás. La urbanidad de Carreño dio origen a una serie de pensamientos en este arquitecto, sorprendido de ver como este “adoctrinamiento” según él, seguía vigente de alguna manera en las aulas como una instrucción de comportamientos correctos e incorrectos. Sin embargo, cuenta Iván que antes de reunirse con Nathaly más allá del sueño, el concepto y el juego de palabras, no tenía mayor enfoque de cómo convertirlo en una realidad. Se reunieron por primera vez en diciembre y para mediados de febrero el primer tomo ya estaba listo.
El tradicional Manual de Carreño está seccionado por capítulos así que los creadores de este Manual de peores maneras decidieron distribuirlo por tomos y así seguir con el “antiparalelo del que partieron”. Cada tomo está pensado de manera independiente, cambiando de tema y de color con cada entrega.
La primera edición de este manual es protagonizada por Puta Carroña y Cínico Urbano y el tema se mueve entre algunas prácticas sexuales, enfermedades venéreas y métodos anticonceptivos. Ambos personajes encarnan diferentes caras de la sociedad colombiana, mostrando la ambigüedad moral característica de ciertos tipos sociales que la conforman.
Puta Carroña es una trabajadora sexual que no es ni buena ni mala persona. Es una mujer que ha estado inmersa toda su vida en el lado oscuro de la desigualdad. Ella hace su trabajo aunque esté o no de acuerdo con las cosas que le piden; su función es prestar un servicio. Además, Puta Carroña encarna el “importaculísmo” de muchos: ser testigo de cosas que no están bien, ser consciente de eso y aun así no decir ni hacer nada al respecto.
(Lea 'La memoria puteril, la digna rabia')
Cínico Urbano es un colombiano promedio que podría ser empleado de un banco o incluso político, ya lo sabremos en cuanto avance la historia. Por ahora se sabe que es un hombre que se regodea de su comportamiento intachable a la par que hace toda clase de “cochinadas”, como tantos que conocemos en las diferentes esferas sociales de este país. A pesar de estar casado, como lo evidencia la argolla que porta, este sujeto frecuenta a Puta Carroña constantemente. Él encarna lo que para ellos es una “sociedad solapada”.
También aparecen en el fanzine fotografías de personajes reales de la política colombiana acompañados por estas carroñas de ficción. “Queremos hacer esta asociación entre ellos como si fueran amigos porque entre carroñas se unen a planear y hacer cosas en contra del pueblo colombiano”, comenta Nathaly.
Lo que estos dos creadores buscan es entregar un mensaje “educativo” diferente a través del Manual. Coinciden en que hace falta mucha educación sexual y social, pero, sobre todo, conciencia de clase. Según cuentan, este proceso los ha hecho reflexionar acerca de sus propios privilegios pues a medida que han investigado sobre los temas de los que quieren hablar han notado que muchas de las experiencias que están compartiendo a través del fanzine les eran lejanas antes de zambullirse de lleno en el proyecto.
La historia del fanzine se puede leer lineal, en desorden o cada pieza de manera independiente. La idea es que tenga sentido en conjunto, pero también que se entienda cada gráfica de manera individual.
(Conozca 'Una mirada (brevísima) a la historia del fanzine en Colombia')
Sobre el proceso creativo cuenta Nathaly que revisaron revistas, pulp y comics de los años 30´s a 50´s. “Queríamos que la gráfica fuera muy impactante pero no sucia ni cargada porque el contenido textual y narrativo ya es bastante pesado. Lo queríamos más fácil de leer, sencillo, “bonito” y que diga lo que tiene que decir”.
Ambos cumplen una función creativa en este proceso. La de Iván es la escritura de los guiones en un lenguaje muy coloquial que facilite la lectura y que acompañe las ilustraciones, así como la creación del vídeoarte para fortalecer la distribución. También está experimentando con herramientas digitales como códigos QR que faciliten descargas gratuitas y otras opciones para darle más plasticidad a la idea.
Por su parte Nathaly se encarga del diseño gráfico y la ilustración del fanzine. Ella dice que su principal intención ha sido hacer reconocible el proyecto mediante una identidad gráfica potente y sobre todo impactante, para dejar marca –buena o mala– en la memoria de quienes accedan a él. También se ha preocupado por hacer del contenido una cuestión democrática, que todo el mundo pueda acceder a él, que la gente se sienta motivada a leer y que no se aburra.
Los creadores de este zine le apuestan 100% a las ediciones impresas. Si bien son conscientes de que por estos días repartir un papel en la mano se va a complicar un poco, están decididos a no renunciar a esta idea. Aunque se han valido de otros recursos como las redes sociales para darlo a conocer, se mantienen fieles a la tradición del impreso. También planean inundar la ciudad de stickers con sus imágenes transgresoras.
Mientras tanto han ido explorando nuevos formatos. En alianza con Toquica Estudio lo proyectaron en una pared de Chapinero, explorando un formato que está agarrando fuerza con la cuarentena. Sin haber publicado todavía nada del Manual, aceptaron la invitación de Andrés Toquica, algo que para Nathaly fue el empujoncito que necesitaban para culminar el primer proceso creativo y pasar sacar a la luz el proyecto.
Así mismo, hace ocho días se aliaron con Diana Ojeda quien junto con Le Pridex conforman Streetdente. Con ellos proyectaron imágenes del Manual de Carroña en la pared de un edificio ubicado en la Caracas entre las calles 63 y 64. Habitantes de calle, pasajeros de Transmilenios casi vacíos, unos pocos transeúntes y hasta policías fueron testigos de esta segunda muestra del fanzine. Ahora se encuentran en la búsqueda de nuevos espacios disruptivos donde puedan seguir realizando estas proyecciones en conjunto.
Para este fin de semana artistas, diseñadores e ilustradores entre los que está el Manual de Carroña se unieron a la iniciativa de Streetdente para diseñar diferentes ventanas y proyectarlas en la culata del edificio simulando toda una construcción plagada de trapos rojos. Puta Carroña hará parte de este performance gráfico levantando la voz por las trabajadoras sexuales del barrio SantaFé. Apropósito del ejercicio que están haciendo con los creadores del Manual de Carroña, Diana cuenta que ella ha sido testigo desde la génesis del fanzine y le ha parecido un ejercicio de algún modo pedagógico muy interesante.
Una de las grandes preguntas y apuestas por el Manual de Carroña tiene que ver con la financiación. Este proyecto es autogestionado y para Iván es fundamental que sea de distribución gratuita, pues considera que la esencia cultural del fanzine está en que sea gratis y que la gente se lo rote sin ningún tipo de sesgo, que se mueva orgánicamente con el voz a voz. Botones, camisetas y serigrafías saldrían a la venta para mantener a flote el proyecto autofinanciado. Se espera que los primeros mil ejemplares puedan ser distribuidos en librerías independientes como La Valija de Fuego, ocultos en estanterías de bibliotecas públicas, repartidos en Transmilenio, en parques y en puertas de colegios y universidades.
Para los próximos tomos están pensando en la indiferencia ante los asesinatos sistemáticos de líderes y lideresas sociales y ante los falsos positivos. Investigando sobre educación sexual también descubrieron que lo que más abunda es la desinformación. Noticias falsas e información tergiversada a conveniencia están a la orden del día, no sólo en temas de sexualidad sino en crímenes de estado como los ya mencionados. Para Iván la meta no es pretenderse dueños de alguna verdad “sino sacar una radiografía de cómo la gente lo lee y cómo se puede informar”.
Descargue aquí el primer número del ‘Manual de carroña y peores maneras’ y sígale la pista a sus creadores.