Para empezar, una brevísima historia del brandalismo
Este es un viaje en el tiempo a través de algunos hitos contraculturales que podrían considerarse el germen de una movida que hoy se extiende por todo el mundo y que incluye, por supuesto, a Colombia.
Por: Alejandra Sánchez, Valeria Forero, Ana Sofía Rodríguez, Sofía Aparicio y Camila Lacera.
Podría decirse que el término <<brandalismo>> es bastante reciente y sus dimensiones y alcances aún están descubriéndose. El brandalismo sigue construyéndose. Se ha manifestado como una movida contrapublicitaria que se apropia, interviene y resignifica logos y símbolos comerciales y estatales reconocidos, también otro tipo de piezas publicitarias.
En ocasiones ha protestado contra acciones perversas en contextos socioculturales que han provocado el repudio de la población, como ocurrió acá en Colombia con los casos en los que varios jóvenes perdieron sus ojos a raíz de la violencia a manos del ESMAD, por el uso de armas “no letales” en las protestas de los últimos años. Jota, cocreador de El spoiler de tu vida, teniendo una postura crítica sobre esta problemática brandalizó un cartel de lectura oftalmológica, dejando en él un mensaje directo que rechaza estos hechos de violencia. El brandalismo, así pues, se comunica a través de algunos de los espacios utilizados por la publicidad: redes sociales, revistas independientes o espacios públicos.
Rastreando un hito de gestación del brandalismo podemos viajar hasta 1989. Ese año se conformó en Canadá un grupo de activistas, diseñadores, escritores, músicos, artistas, entre otros, llamado Adbusters, cuyo propósito iniciático fue hacer crítica a la corrupción y el capitalismo por medio de la creatividad, echando mano de la contrapublicidad, los artículos escritos y otras formas que encontraron para transmitir mensajes en pro de un movimiento a contracorriente del consumismo. Puntualmente alteraron piezas publicitarias y campañas de las empresas más reconocidas.
Dando un salto de casi dos décadas llegamos a Sao Paulo, Brasil. En el año 2007 se desató una polémica cuando el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva aprobó la ‘Ley Ciudad Limpia’ promovida por el entonces alcalde de la ciudad Gilberto Kassab que prohibió la publicidad exterior, pues se consideraba cómo contaminación visual. La publicidad en la cuidad fue removida o tapada con pintura para despejar el paisaje urbano. Como consecuencia colateral de esta medida, buena parte del arte urbano también quedó bajo las capas de pintura. Y para contrarrestar esta situación, se aprobó ese mismo año por la Presidencia de la República la ley 706 del 2007 (derogada en 2011) que descriminaliza el grafiti, que tiene como finalidad la valorización del espacio urbano, lo apoya a las y los muralistas y escritores de grafiti tanto en el espacio privado como en el público.
Esta situación influenció la manera en la que se estaba viendo y entendiendo la publicidad, lo que generó mucha atención internacional, específicamente en Londres. En agosto de 2011 se desataron 5 días de protestas en Inglaterra, dejando como saldo la muerte de Mark Duggan el 4 de agosto, causada por un disparo que recibió por parte de la policía mientras era retenido en el suelo, según reportó el periódico The Times. También salieron a la luz pública escándalos por la interceptación de teléfonos y los gastos parlamentarios de Reino Unido, los rescates financieros a los bancos y el abuso de poderes de detención y registro por parte de la policía a ciudadanos afro y minorías étnicas.
Como respuesta a todas estás problemáticas e inspirados por las medidas tomadas en Brasil, un grupo de artistas y activistas callejeros usaron el brandalismo por primera vez de forma masiva como medio de protesta, poniendo mensajes en los espacios públicos destinados para la publicidad. Inglaterra, o mejor, algunas y algunos activistas ingleses se convirtieron en los principales constructores de piezas brandálicas.
En julio de 2012, durante los juegos olímpicos de Londres, se llevó a cabo un acto brandálico llamado The 48 Sheet//2012. Haciendo alusión a uno de los formatos publicitarios más utilizados y famosos del Reino Unido, 36 vallas publicitarias fueron intervenidas con piezas creadas por más de 28 artistas en 5 ciudades de Inglaterra (Brandalismo, S.F).
Las piezas representaron una queja perpetua que existe entre la relación de la publicidad con problemas de imagen corporal, valores culturales, medio ambiente y el endeudamiento adquirido por la población. Se generó una discusión respecto a la legitimidad de la publicidad exterior, puesto que el brandalismo responde al mensaje publicitario capitalista de las grandes marcas usando el mismo medio de comunicación exterior, el cual —y esto es bastante problemático en el caso de la publicidad— no necesita un consentimiento del consumidor y los expone forzosamente a frases de convencimiento y manipulación corporativa y estética, así como a realidades distorsionadas aspiracionales que invitan al consumo por el consumo.
Frente a esto, algunas piezas brandálicas, haciendo uso de las estrategias de invasión del espacio público propias de la publicidad, como se ha dicho, hackean los espacios y los mensajes y señalan de forma directa estas distorsiones consumistas, poniendo en un plano más frontal problemáticas sociales o las consecuencias de estas aspiraciones corporativas. Adbusters es un buen ejemplo de cómo se crean piezas críticas que a veces pueden pasar por un supuesto autosabotaje, ya que en ocasiones cumplen con los mismos lineamientos gráficos de las marcas que critican.
Vale la pena mencionar en este breve recorrido por la historia brandálica a Brandalism, un colectivo internacional de artistas que critican el control corporativo sobre los espacios públicos y la cultura. Así arranca su manifiesto:
<<Esta lucha, librada en todos los lugares, en todas las redes y circuitos de comunicación es responsabilidad de todos los que creen que otro mundo es posible. Este es nuestro grito de batalla, nuestra guerra semiótica, nuestra rabia contra la filosofía errónea del consumidor y las máquinas del corporativismo depredador que bloquean el sol, queman nuestra atmósfera. Robamos este espacio (del capitalismo) y te lo devolvemos gratis para la comunicación de posibles futuros>>.
Este parche cuenta incluso con manuales que explican cómo realizar brandalismo de forma segura en las calles, con tips de en qué momento del día hacerlo, qué uniformes usar y qué herramientas utilizar para abrir los espacios publicitarios de las paradas de buses.
En Latinoamérica se han presentado protestas sociales en los últimos años. Chile tuvo un estallido social de 2019 motivado por las falencias y graves consecuencias “de un modelo económico que se implantó en dictadura, se aceptó en transición y se validó en democracia” (Tony, 2021). Se ha vulnerado a la clase trabajadora creando una amplia brecha salarial entre obrero y jefe, ya que el último gana de 10 a 15 veces lo que gana el primero. No en vano Chile ha sido calificado como el país más caro de Latinoamérica en servicios públicos y sistema de salud pública privatizada, entrando además dentro del top 10 de los más caros en transporte público y donde la educación pública como privada.
Desde finales del 2019 y luego en 2021 se presentaron en Colombia varias protestas. La gota que rebosó el vaso fue la reforma tributaria propuesta a inicios de este 2021, que proponía un aumento de IVA sobre los bienes cotidianos, lo que afectaría a las clases medias y trabajadoras aumentado aún más la desigualdad social y económica del país. Se sumaron exigencias al gobierno para que garantizara el salario mínimo, el incumplimiento de las medidas en el acuerdo de paz, la muerte de lideres sociales y el abuso del poder por parte de la policía y ESMAD sobre los manifestantes durante los días del Paro Nacional en Colombia. Como respuesta a la situación de frustración de los colombianos y como medio de protesta artistas como Maniatic.co, 0vnipresente y Frijolyto realizaron brandalismo para dar a conocer su postura de denunciar frente a los casos de violencia en las manifestaciones del pueblo.
Pieza de @0vnipresente
Pieza de @frijolyto
Pieza de @maniatic.co
Existen también quienes toman elementos que hacen parte del brandalismo, como la apropiación y la resignificación de símbolos y logos, pero no los usan con un carácter político o crítico o contracultural. Sus intenciones son exclusivamente humorísticas o populares, incluso a veces comerciales. Más allá de la diversión o de la manera gráfica creativa con la que se replantea una marca o un aviso, no existe la raíz vandálica que la misma palabra <<brandalismo>> propone. De hecho, las marcas han visto en esta forma de expresión una oportunidad para acercarse más a su público.
Con el inicio de la pandemia y las recomendaciones de medidas de bioseguridad como el distanciamiento social y el confinamiento, varias marcas reconocidas como Audi —quienes separaron los aros del logo—, Mercadolibre —con el choque de los codos—, MasterCard, Coca Cola, Burger King, entre otras, realizaron ejercicios de intervención en sus propios logos para empatizar con la situación global.
Para Jota, cuando las marcas y las agencias publicitarias se “brandalizan” a sí mismas teniendo como objetivo ganarse un premio que las destaque, no estamos hablando de brandalismo, no se está cumpliendo con la premisa más importante de este movimiento que es el ser crítico. Para él, cuando el brandalismo es tomado como una acción estratégica contracultural y se adopta para comunicar un mensaje crítico, sí se puede hablar de acción brandálica.
El brandalismo ha sido para muchas personas una forma excepcional de protesta y de crítica que refleja desde la individualidad del creador una realidad en comunidad, que une a través de la creación y que invita a pensar y analizar. Ya no es solo una forma de criticar a las marcas y a la publicidad invasiva, entra incluso en los terrenos de la institucionalidad y la democracia. Se origina desde la indignación más profunda del individuo y toma fuerza a través de imágenes, videos, logos, etc. En este punto de la historia podemos decir que el concepto de brandalismo no está completamente definido y ese también es su encanto, que se deja moldear, que se muestra abierto a nuevas formas de comunicar. Seguramente el futuro del brandalismo traerá más creatividad y nuevas miradas para analizar lo que sucede a nuestro alrededor.
Brandalícese mi so :)