La maldad y el amor del Guasón en los retratos de Cacerolo
Este artista bogotano le pone la sonrisa sangrienta del Guasón a personajes queridos y odiados por igual. Los últimos en pasar por su pluma han sido héroes del deporte como Nairo Quintana y Esteban Chaves, pero también personajes objeto de reproches como Álvaro Uribe o el mismo Gabo. Conozca los últimos trabajos de este creador criollo y el porqué de la inconfundible sonrisa siniestra en su obra.
Este año, sin que se haya corrido la Vuelta a España ni las pruebas ciclísticas de los Olímpicos, ya este deporte le ha dejado satisfacciones al país: el subcampeonato de Esteban Chaves en el Giro de Italia y el tercer lugar de Nairo Quintana en el Tour de Francia. Y Cacerolo, el artista bogotano que le pone la boca de rojo sangre a sus retratos, al mejor estilo de el Guasón, no podía pasar por alto lo hecho por nuestros ‘escarabajos’.
Retrato de Esteban Chaves, ciclista colombiano
Solo hace una semana, con traje de ciclismo y casco, sentó a Chaves en su estudio para que le ayudara a darle los últimos toques a un retrato que hizo de Nairo Quintana. Pero eso no fue todo: en Tenjo está haciendo un gran mural con el rostro de Chaves, titulado Los sueños se cumplen, que alude al momento que vive este deportista nacido en Bogotá.
Eso sí, en el rostro de los dos ‘escarabajos’ no podía faltar el gesto siniestro de el Guasón, un toque artístico que adquirió Cacerolo desde la noche en la que estaba dibujando el primer retrato de Salvador Dalí.
Pintura en acuarela inspirada en el rostro de Salvador Dalí.
Al terminar el retrato del artista español, Cacerolo no se sintió completamente satisfecho con la pintura, por eso decidió llenar la boca de rojo, como la del Guasón, uno de sus personajes favoritos, gracias a las interminables horas en las que se la pasaba leyendo cómics de Marvel o de DC.
Pintura de Hitler, político y militar
Desde ese momento, se dio cuenta de que la sonrisa del siniestro payaso de Batman sería el rasgo distintivo de las bocas de todos los personajes célebres a los que empezó a retratar. Las pinturas fueron el resultado de una meditación profunda acerca de las cosas que nos unen como seres humanos: la maldad y el amor.
Retrato de Daniel Samper, periodista colombiano
Para él, los errores nos identifican como seres humanos y la mejor manera de representar el lado oscuro es a través de una risa que es universalmente comprendida. La lágrima debajo del ojo derecho es el elemento que significa arrepentimiento y el amor fue simbolizado por un mechón rojo en honor a Sara, su esposa.
Cara de Marilyn Monroe, actriz y modelo estadounidense
Pero si se enfocara en hacer personajes malos, todo le resultaría muy obvio. Esa es la razón por la cual ha buscado personajes que han sido idealizados y que incluso él admira pero que, no por eso, no tienen cosas reprochables. Por ejemplo, ese el caso de Gabo.
“Gabo nació en Aracataca, no hizo nada por su pueblo y por eso sigue siendo un peladero. Se fue a vivir a México por problemas de seguridad, ¿Gabo qué hizo por Colombia? fue un colombiano absolutamente ingrato”, dice el artista. Si revisamos personajes célebres, desde la Madre Teresa de Calcuta, que no ha pintado, hasta el Papa Francisco que ya pintó, todos tienen algún elemento de maldad. “Todos somos seres humanos y eso se traduce en que también somos villanos”, agrega.
Retrato de Gabriel García Marquez, escritor colombiano. Ganador del Premio Nobel de literatura en 1982
Cacerolo empezó a tener reconocimiento por un mural que hizo en una pared de la casa de su papá sobre la Avenida Suba, el título fue “Paz con Justicia Social”, el retrato tenía la cara del ex presidente Álvaro Uribe y Santos con la boca roja. La obra fue criticada y apreciada por muchas personas en las redes sociales, dependiendo de los sentimientos que les despertaran los dos políticos.
Retrato de Álvaro Uribe Vélez, expresidente de Colombia y senador.
Este tipo de obras lo han expuesto a amenazas: “Cacerolo, sabemos en donde vive; si lo vemos, le pegamos” o “usted es un artista financiado por la guerrilla”, son algunos de los mensajes que ha recibido pero de los que no se ha dejado intimidar. Todo lo contrario, lo motivan a continuar su trabajo, que ya ha llegado a exponerse en países como España y Estados Unidos.
Él entiende que personajes como Osama Bin Laden despierten repudio entre las personas que visitan sus exposiciones, tal cual sucedió en Miami, cuando tuvieron que quitar el retrato porque muchos asistentes quisieron destruirlo. “Mi mayor miedo sería tener un problema físico que me impidiera pintar, no unos mensajes anónimos de gente fanática”, afirma Cacerolo.
Otro de los retratos que generó conmoción fue el de Gustavo Petro cuando entregó el poder en diciembre de 2015. La creación tenía la inconfundible sonrisa pintada y un mensaje contundente: “Ahí tienen su hijueputa ciudad pintada”.
Rostro del exalcalde de Bogotá Gustavo Petro
La justificación de esa obra fue una reinterpretación que quiso hacer de La estrategia del caracol de Sergio Cabrera. La cinta narra la disputa entre un líder y la gente, una situación muy parecida a lo que sucedió entre el Procurador intentando destituir a Petro de su cargo.
Hace un mes y medio, en Madrid (España), hizo un muro con el retrato del rey Felipe VI con la boca del Guasón diciendo “Bienvenidos refugiados”. En ella se propuso mostrar la hipocresía en las políticas de la Unión Europea frente a la llegada de inmigrantes a su territorio. “ En el Palacio de Cibeles en septiembre del año pasado pusieron un letrero gigante que decía “Bienvenidos refugiados”, pero en realidad eso es mentira, nadie los quiere y los tratan súper mal”, recalca el artista un poco atormentado.
Retrato del rey Felipe VI en España
A Cacerolo no le importa criticar el arte contemporáneo. Para él es triste ver que los jóvenes artistas hacen diseños digitales o con acrílicos hacen manchones y firman la obra. Sin miedo a ninguna represión, dice que detesta el performance y las instalaciones. Por ejemplo, una de las cosas que no entiende es por qué una olla con agua es una obra de arte, por el simple hecho de estar en un museo. “Es horrible escuchar dentro de una exposición a alguien diciendo que esos mamarrachos los puede hacer mejor el hijo”.
Su próxima obra es una versión del Guernica de Pablo Picasso, que cuenta un episodio de la Guerra Civil Española. En la reinterpretación, Cacerolo quiere darle su mirada al conflicto colombiano. El caballo de la obra de Picasso es reemplazado por un burro, que representa cómo este animal fue utilizado como bomba por la guerrilla; el toro original se convierte en un toro Cebú, en alusión a los ganaderos que se armaron y dieron paso al paramilitarismo y también pintó una indígena desplazada con su bebé en brazos porque ella dentro de la ciudad es una persona invisible para nosotros.
Versión del Guernica de Picasso hecha por Cacerolo