Ud se encuentra aquí INICIO Arte Las Gonorreas Que Mateo Rivano Dibujo

Las “gonorreas” que Mateo Rivano dibujó

Estos son los retratos de una sociedad fracturada por el sicariato. Hablamos con el artista bogotano Mateo Rivano, quien lanzo G.A.S.: Gonorreas a sueldo, una publicación en la que recoge 17 dibujos de actores naturales de películas de Víctor Gaviria. 

Fernando Salamanca

‘El Chombi’, ‘El Zarco’, ‘Hermano de Yeison’, ‘El Alacro’ o ‘Z1’ eran máquinas frías e insensibles de la muerte. Su imagen es opuesta al estereotipo de los asesinos de la mafia italiana que el cine y la televisión crearon: personajes elegantes con contratos millonarios que cumplían el encargo con sofisticación y desaparecían discretamente de la escena. 

En la capital antioqueña las cosas son diferentes: estos personajes mataban para hacerle el quite a la pobreza y ganarse el respeto de sus compinches. Los profesionales de la muerte eran apenas adolescentes que despertaron miedo y repulsión, incluso simpatía y una esquiva admiración cuando comenzaron a trabajar para los Extraditables. 

“Mis dibujos intentan llegar a esa expresión que hace que el rostro de un asesino sea único e inconfundible”

 

Medellín fue una ciudad en guerra durante los años ochenta y noventa, y en esa guerra, protagonizada en parte por jóvenes, metieron la mano muchos poderes. ¿Cómo olvidar la batalla entre Pablo Escobar y los Pepes?, la cual hizo de esta ciudad la más peligrosa del mundo (seis mil asesinatos en 1991, una cifra que superó a la de El Líbano, que estaba en plena guerra civil). Y Mateo Rivano (Bogotá, 1978) retomó la inquietud de su infancia, que vivió en una Bogotá asediada por la guerra de los Extraditables contra el Estado, para dar luz a G.A.S.: Gonorreas a sueldo, publicado por La Silueta.

mateo01.jpg

Foto de Kicho Cubillos

Su pasión por lo retorcido pudo comenzar, tal vez, cuando se hizo aficionado al cine gore (un cine visceral y de violencia gráfica extrema), o quizás cuando en el colegio Campo Alegre improvisó los efectos especiales para una película de terror. 

Para Rivano (quien fue punkero y metalero en los años noventa, antes de viajar a Italia, donde estudió Artes Pláticas) los asuntos del tipo tabú han sido parte de sus gustos y de su trabajo. Su estilo ecléctico lo ha llevado a exponer en ArtBo, Art Toronto, Miami Art Scope, y otras ferias mundiales. 

En esta última publicación Rivano compiló una serie de retratos de sicarios que fueron actores naturales en Rodrigo D, La Vendedora de rosas y Yo te tumbo, tú me tumbas.

mateo02.jpg

Foto de Kicho Cubillos

¿Cómo fue el proceso creativo de G.A.S.?

Cuando tenía unos once años encontré en la biblioteca de mi casa el libro de Alonso Salazar No nacimos pa´semilla, que me impresionó mucho por los relatos de los jóvenes de las comunas populares de Medellín, de sus familias, de activistas barriales, de amigos, y a través de estos, encontré el retrato de una sociedad fracturada: la insolidaridad y la confusión ética, y se fue creando un misterio sobre aquellos jóvenes, a quienes les decían 'Los indeseables'. Claro, lo que estoy diciendo lo deduje muchos años después de haber leído el libro por primera vez. 

También lo influenciaron las películas de Víctor Gaviria, que tienen una manera natural y honesta de introducirse en la intimidad de sus personajes. 

Rodrigo D fue reveladora porque le dio rostro al libro de Alonso Salazar. La historia de los ‘pistolocos’… ese universo de Víctor Gaviria que toca las fibras del alma y que nadie ha hecho en Colombia. Él coloca las cámaras a favor de la realidad, eso fue lo que me gustó. Con Yo te tumbo, tú me tumbas (1988) encontré el detrás de cámaras de sus películas. Analicé cada uno de sus personajes: sus expresiones, su forma de hablar, su lenguaje corporal, las palabras que utilizan para referirse a la violencia… 

01_6.jpg

Zarco, La Vendedora de Rosas. Murió en el año 2000. 

En los retratos hay un esfuerzo por condensar la expresión, un punto de clímax que usted captura en los rostros. Luis Caballero decía que el rostro es un universo en sí mismo, más expresivo y rico que el cuerpo humano.

Estoy de acuerdo con esa frase. Pero vamos por partes. Después de revisar los largometrajes de Víctor Gaviria decidí enfocarme en la expresión facial de aquellos jóvenes cuando contaban las historias de sus vidas: la violencia en sus hogares, el abandono, el hambre. Había buen material pero no estaba satisfecho, entonces decidí capturar la expresión de sus rostros cuando hablaban de sus crímenes; por ejemplo, qué pasaba por su mente justo en el momento anterior a apretar el gatillo, cuántos balazos dispararon o si vieron a los ojos a su víctima. 

02_7.jpg

Mario Restrepo, 19 años, actuó en Rodrigo D. Murió en 1991

¿Qué vino después?

Encontré un artículo sobre el retrato en Imperio Romano. En Roma se retrataban a senadores y políticos y se exponían los bustos (hechos en mármol) ante la gente, lo que hoy es una valla publicitaria. Los artesanos reproducían a los hombres públicos con sus arrugas, sus cicatrices de guerras, sus ojeras y sus defectos físicos. Querían comunicar la experiencia del rostro, la imagen precisa de una persona determinada. En fin, los romanos querían plasmar el alma, el carácter, elaborar un retrato psicológico. Mis dibujos intentan llegar a esa expresión en los ojos del asesino, la experiencia de vida del retratado, esa textura que hace que el rostro de un asesino sea único e inconfundible. 

“Cuando tenía unos once años encontré en la biblioteca de mi casa el libro de Alonso Salazar No nacimos pa´semilla. Encontré el retrato de una sociedad fracturada”

 

¿Los retratos de G.A.S. son de algún modo psicológicos?

No tanto, me interesa la psicología de aquellos personajes, pero no es el fin de este trabajo. Hay temas inquietantes de la personalidad: qué lo marcó desde la niñez, la rabia acumulada y su desahogo. 

03_7.jpg

El Alacro, Wilson Blandón apareció en Rodrigo D. Murió en 1990. 

¿Cómo seleccionó los personajes? ¿Se quedó alguno por incluir?

No, los dibujos los elaboré durante un año (2014) y los fui archivando. Había semanas en que me dedicaba por completo al proyecto y luego pasaba un mes sin saber de ellos. Cuando armé un portafolio interesante con los dibujos, los llevé hasta La Silueta. Andrés Fresneda (Director) quedó sorprendido y me ofreció hacer un libro. 

En G.A.S. solo hay una frase escrita: “Uno lo que quiere es ver en los ojos al asesino”. ¿Por qué no incluyó la historia de alguno de los sicarios o buscó un complemento con lo escrito? 

No incluí texto porque es un libro de arte. Yo no quería contar la historia de cada “gonorrea”, porque cada retrato es una tierra por explorar. En ese sentido, G.A.S. es un block de alguien que camina por la ciudad o se parquea en la carrera séptima y hace dibujos imperfectos, pero expresivos. En la impresión del libro nos esforzamos para que cada dibujo fuese lo más parecido a un retrato auténtico, que el lector sienta curiosidad y pase su dedo por la hoja para comprobar si hay algún rastro de carbón. 

04_3.jpg

El Chombi era Yeyson Gallego, 16 años. Actuó en Rodrigo D. 

¿Encontró al asesino en esos ojos que dibujó?

Claro que los encontré, porque los busqué hasta encontrarlos. En ningún momento quise esconder aquella realidad debajo de la alfombra. El libro es amarillista y nació de una inquietud morbosa, y en cierto sentido egoista. Esos rostros son el testimonio de una larga peste de plomo. 

¿Por qué el título?

Porque gonorrea es una palabra muy usada por los paisas para referirse a algo que les produce asco o repulsión. Es una grosería que te queda taladrando en el oído: go-no-rrea. Busqué un buen título, algo eficaz. Se nos ocurrió la sigla G.A.S., que suena bien y refleja la idea germinal del libro. 

05_1.jpg

Ramón. Actuó en Rodrigo D. 

Comentar con facebook

contenido relacionado