Ferizuku le pega una bofetada a la sociedad con su ‘paste up’
“Somos una sociedad enferma, egoísta, indiferente y adicta al entretenimiento y al be happy que nos venden los medios. Creemos que así es mejor vivir, sonriendo y haciendo la mirada a un lado mientras otros definen nuestro futuro”.
Desde hace un tiempo Colombia ha estado en el foco del mundo, y no por sus producciones de narcos o la selección de fútbol, sino por todo toda la gráfica de alto impacto que ha venido construyendo a lo largo de los últimos años, exportando piezas y artistas de calidad mundial a los mejores festivales de arte urbano, como Meeting of Styles, Latino Graff o hasta el punto de llegar a los muros de Wynwood. El grafiti y el street art, poco a poco, han dejado de ser mal vistos y se han vuelto el pan de cada día en las grandes ciudades y municipios del país.
Y paralelo a estas dos movidas artísticas también crece el cartelismo para el paste up, movimiento que cuenta con grandes exponentes como Stinkfish, Dj Lu, Toxicómano, Carsal, Goske y Lik Mi, entre otros. Ferizuku es uno de estos casos de éxito, un valluno de 33 años, nacido en Cartago, que lleva dándole a esta técnica desde 2013 y quien actualmente imprime sus carteles en serigrafía con tintas a base de agua sobre papel periódico o craft.
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Desde muy pequeño, FRZK ya mostraba un gran interés por el arte, principalmente por el dibujo y la música. Y si bien la movida en Cartago es casi nula, él tenía cierto acercamiento gracias a su mamá, quien pintaba y dibujaba. “Crecí en un ambiente en el que se me dijo que uno en esta vida debe hacer lo que le gusta y le apasiona y no lo que más salida laboral o beneficio económico traiga”, cuenta mientras recuerda cómo estas palabras facilitaron su decisión de dedicarse al diseño.
Actualmente, sus obras cargadas de crítica en contra de la guerra, la industria y los medios, al mejor estilo de quien sería uno de sus referentes más importantes, Shepard Fairey, son vistas a lo largo y ancho del país, principalmente en el Valle, pegadas en lotes abandonados, fachadas de edificios, contenedores y puentes.
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Si bien ahora le casca duro a la serigrafía, este artista empírico empezó a meterse en el mundo callejero haciendo esténcil. Los primeros carteles que pegó en la calle fueron hechos en esta técnica sobre dos pliegos de bond. Sacó unas 15 copias y las pegó con el engrudo que aprendió a hacer por trabajos previos de su padre. “Salimos en ‘biclas’ con un parcero, tarde, tipo 1 de la mañana, a pegar carteles por diferentes zonas de la ciudad”, cuenta Ferizuku.
Dice que la experiencia es chévere pero diferente de hacer el esténcil. “Obviamente es un poco más emocionante rayar... Entre más te expongas más adrenalina sientes”, explica mientras agrega que en la ciudad se ven tan poco estas manifestaciones que las autoridades no saben cómo responder. “Cuando estaba pintando o pegando simplemente se quedaban mirando un rato, preguntaban o se iban”.
Ferizuku ve en el paste up una forma versátil, de fácil reproducción y bajo costo, que se adapta a todos los espacios y con la cual puede dejar un mensaje contundente para las personas que ven sus obras pegadas en las calles del país. “Lo que intento es incomodar con mi visión del mundo, una visión que todos prefieren ignorar”, afirma.
Este artista trata en sus piezas temas sociopolíticos y hace crítica, muchas de ellas escritas en inglés, las cuales dejan mucho que reflexionar a las personas que luego las ven en sus redes o en las calles. Y es que el man tiene algo claro: “Considero que los muros de las redes cuentan tanto como los muros de las calles que no puedes visitar e intervenir”. Esta es una afirmación muy válida respecto a su pensamiento más global y a la perspectiva frente a la sociedad, los cuales cree que son temas por los que la gente no se preocupa y decide rechazar bajo el lema de “yo no puedo hacer nada para cambiarla”.
“Somos una sociedad enferma, egoísta, indiferente y adicta al entretenimiento y al be happy que nos venden los medios. Creemos que así es mejor vivir, sonriendo y haciendo la mirada a un lado mientras otros definen nuestro futuro”. Esta afirmación de carácter contestatario se ve reflejada en uno de sus carteles más conocidos, en el que sale una familia sonriendo mientras el mundo arde en llamas a sus espaldas.
Si bien FRZK tiene una postura muy crítica sobre la sociedad y la cual busca expresar por medio de sus carteles, la opinión que tiene acerca del espacio público y privado es totalmente opuesta a la que muchos piensan o están acostumbrados a escuchar de boca de los artistas callejeros. Afirma que una de las cosas por las que ahora prefiere el paste up por encima del esténcil u otras técnicas, es por la reducción de daños en el espacio. “Suelo hacer mis pegadas en zonas baldías y lotes. Intento no destruir zona privada porque eso para mí no tiene sentido”, agrega.
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