“El Salsa”: murales que recuerdan a Héctor Lavoe, Tito Puente y otros ídolos del género
La muerte del músico puertorriqueño, en junio de 1993, impulsó a Alexis Abel Villanueva Puente a hacerles un homenaje a esos artistas que han permeado la cultura del Callao, en Perú, hasta convertirla en la ciudad más salsera del país inca. Su proyecto artístico ha traspasado fronteras y lo ha llevado a pintar en Nueva York y Miami, e incluso la Fania Records le dedicó un cortometraje a su trabajo.
A la ciudad portuaria de Callao, ubicada a orillas del Pacífico peruano, la persigue el estigma de la violencia y el hecho de ser uno de los lugares más peligrosos del país inca. Justo a inicios del año pasado, las autoridades declararon el estado de emergencia como respuesta a una oleada de delincuencia y tráfico drogas, dejando más de 900 capturados. Pero esta zona, que cuenta con el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y es uno de los principales puertos del continente, también es reconocida por la afición de sus habitantes a la salsa.
Este ritmo estadounidense, con raíces cubanas y puertorriqueñas, apareció en Callao con la entrada de vinilos que llegaban desde Nueva York, que los chalacos —como les llaman a los originarios de esta ciudad— llevaban para vender e intercambiar. Los trueques de música también se hacían en bares y fue cuestión de tiempo para que todos los locales y emisoras tuvieran salsa en su programación. Ahora esta música es uno de los símbolos de la ciudad, y no solo por tenerla musicalmente en su vida cotidiana, sino también por el impulso que le ha dado el trabajo de Alexis Abel Villanueva Puente, un rapero, artista autodidacta y salsero de 35 años que desde hace dos décadas se ha tomado las paredes de Atahualpa, Guadalupe y Puerto Nuevo y otros barrios de la ciudad para retratar a figuras como Tito Puente, Ray Barretto y Héctor Lavoe.
La pintura siempre estuvo presente en la vida de Alexis, fuera por parte de su mamá, su hermano o las pintadas navideñas que hacían los habitantes en Puerto Nuevo, el barrio donde creció. Todo eso lo marcó y con el tiempo empezó a rayar en las calles las letras o dibujos que veía en las revistas de grafiti de sus amigos. Su búsqueda artística empezó a definirse en 1996 cuando, estando en una fiesta de salsa, quedó marcado por el legado de Héctor Lavoe. “La muerte de él, en 1993, tuvo un fuerte impacto en la comunidad. En esa fiesta la gente todavía lloraba su muerte y las orquestas seguían tocando su música. En diciembre de ese año empecé a pintarlo en Guadalupe. Ahora la gente se acuerda de las letras de las canciones cada vez que ven esas paredes”, comenta Alexis.
Para inicios del nuevo milenio, este artista ya era conocido como el que hacía los retratos de los salseros. En un evento al que fue invitado conoció a Kars, otro grafitero peruano, y este le preguntó si era “El Salsa”. Sin pensarlo dos veces, Alexis le dijo que sí y desde ese momento quedó bautizado con este sobrenombre.
Ese primer retrato de Héctor Lavoe tuvo una gran aceptación entre la comunidad y después fue invitado a pintar los rostros de las victimas de la violencia en Callao, dando inicio a su proyecto Lapidas en la calle. En Puerto Nuevo también se creó RespetArte, una iniciativa para organizar el barrio y formar una mesa distrital. Esta labor contó con la colaboración de la Embajada de Estados Unidos y de Henry Holguín, un colombiano defensor de los derechos humanos que ha organizado programas de convivencia carcelaria y pactos entre los distintos barrios de Callao. Para atraer mayor atención, el propio Daddy Yankee fue a la ciudad y visitó el mural hecho en su honor. “Él se identificó con todo esto porque él también viene de un sector inseguro”, agrega Alexis.
El objetivo de proyectos como RespetArte es alejar a los jóvenes de las calles y la delincuencia a través de los cuatro elementos del hip hop — el grafiti, el breakdance, los MCs y los Djs— con máximos exponentes de cada rama. Con RespetArte se hicieron talleres en Puerto Nuevo y Carmen de la Legua-Reynoso, donde se creó Pro Reynoso, con el fin de seguir alejando a los jóvenes de la delincuencia y las drogas. En palabras de este artista, “si el arte no es la salida, es el camino”.
Imágenes tomadas del Facebook de "El Salsa"
Algunos proyectos y pintadas han contado con apoyos públicos, pero “El Salsa” también ha trabajado con recursos propios por el deber que siente de hacer y promover la cultura. De su propio bolsillo ha realizado varios retratos de músicos, pero también de personas del barrio. Estos rostros de gente común y corriente suelen ligarse a amigos o conocidos. “He pintado a victimas y victimarios de sectores en pleno conflicto —comenta “El Salsa”—. Por mi neutralidad y el arte como denominador común la gente me conoce y me pide que les haga un trabajo y en cada pintada aprovecho para hablar con ellos, sus hijos o hermanos”. Aunque dice que hay mucha reserva sobre estos conflictos barriales, no descarta escribir una autobiografía en donde cuente más detalles de estas problemáticas.
En cuanto a los retratos salseros, Alexis comenzó con Héctor Lavoe, al que siguieron pintadas de Celia Cruz e Ismael Rivera. En Atahualpa empezó a pintar solo músicos fallecidos, pero después lo dedicó a las visitas, entonces a cada artista que fuera gratis al Callao, a “contribuir con el objetivo de usar el arte como herramienta de cambio”, “El Salsa” le hacía un retrato como agradecimiento. El primer famoso al cual pintó como agradecimiento fue a Tego Calderón, en 2007, pero desde entonces a Callao ya han ido Alberto Santiago, Andy Montañez, Charlie Aponte, Vico C, Grupo Niche, Cesar Vega, Brenda K. Starr, Hernán Olivera y Tony Vega, entre otros.
El trabajo de Alexis ha traspasado fronteras y ha tenido la oportunidad de pintar en Cochabamba (Bolivia), Nueva York y Miami. Precisamente en esta ciudad de Florida estuvo en el Art Basel, una de las ferias más importantes de arte en el mundo, en la cual se citan galerías, coleccionistas y artistas de todo el mundo. “El Salsa” hizo algunos retratos de Héctor Lavoe, Celia Cruz y Cheo Feliciano y la visita quedó registrada en un video que produjo el sello Fania Records.
La actuación tocó las puertas de este peruano en 2014, cuando apareció en la película de Bruno Macher, Joe Pecado. “En esta cinta actué de malo y para el papel imaginé que había abandonado el arte para irme hacia las cosas negativas y los placeres de la calle. Acepté para poder dejar un mensaje, que el arte te puede transformar”, recuerda.
A la par que sigue homenajeando a los duros de la salsa, Alexis hace parte del Proyecto Fugaz, una iniciativa para promover el arte y la cultura en la gente de Callao. Para desarrollarlo, varias viviendas abandonadas fueron compradas y convertidas en espacios artísticos. Ahora los turistas que vienen reciben un tour realizado por los propios habitantes de los barrios. “Todo esto ha reducido el índice de robos y una de las avenidas más peligrosas ahora es segura y muy visitada —explica—. Con esto la gente ve el barrio con otros ojos y, a pesar del estigma de las malas noticias, hay interés por venir”.
En una vida llena de salsa y pintura, es inevitable preguntarle qué canción lo identifica más. Sin pensarlo y para sorpresa de muchos, no se va por una salsa de su ídolo Héctor Lavoe sino por uno de su autoría, ‘Píntame’, porque según él, grafica de una manera clara su labor en las calles y muestra la importancia de la amistad y la familia para seguir adelante.