Carol Arana y sus violentas viñetas que les dan voz al feminismo y al agite caleño
Consciente de la falta de plumas en Cali que ilustren desde lo femenino, esta ilustradora de 22 años creó a Violenta, un personaje que les da rienda suelta a los deseos reprimidos de las mujeres. En sus ilustraciones se ve la influencia del poniente sol de la ciudad, del sabor de Héctor Lavoe y de la ácida literatura de Charles Bukowski.
En noviembre de 2016, Carol Arana se rapó. “Todo el mundo pensó que lo hice porque era lesbiana, y hasta me empezaron a coquetear las viejas”, recuerda. Al ver la relación gratuita y prejuiciosa que hizo la gente de las mujeres que llevan el pelo corto, esta ilustradora caleña le entregó el control a Violenta, un personaje que, como su creadora, no desaprovecha oportunidad para tomar pola y montar en bici. Fiel a su personalidad extrovertida y lenguaraz, Violenta dice lo que se le viene a la mente sin tapujos, como sucedió con el episodio de la rapada: en una viñeta sentenció que tener ese prejuicio era una “lógica de mierda”.
Después de graduarse de Diseño Gráfico en la Academia de Dibujo de Cali, Carol se ha abierto paso en el competido mundo de la ilustración con su propuesta que mezcla feminismo, bondage y erotismo. Hace un año se dedica a ilustrar a Violenta, siendo sus primeras apariciones en post-its que aún se pueden ver en su Instagram y que conserva en su casa, en el Occidente de Cali.
En ese entonces, el concepto no lo tenía tan pulido como ahora, pues Carol estaba pensando en hacer viñetas clásicas, como las que se acostumbra a ver en los periódicos, y con las que se puede contar una historia. En una de las viñetas de sus inicios, se pueden apreciar relatos como la búsqueda que hizo de su perro Copo.
Prácticamente, todo lo que le ocurre en la vida de Carol le sirve de insumo para alimentar a Violenta. Por eso, sus viñetas incluyen desde frases románticas hasta claras insinuaciones eróticas, pasando también por la relación con su mamá y el vallenato. Para ella, Violenta es como cualquier mujer, como la misma Carol. “En un contexto es muy ruda, luego es muy tierna, luego está muy enamorada”, afirma.
Aunque sus vivencias la inspiran, Carol también toma referencias de la literatura, sobre todo del escritor gringo Charles Bukowski y sus picantes entrevistas. Es más, inspirada en una de las respuestas que le dio a Sean Penn en una entrevista del 87, nació el nombre de Violenta, siguiendo una afirmación del novelista sobre el comportamiento humano: “la violencia es malinterpretada a menudo. Ciertamente, la violencia es necesaria. Está ahí, en todos nosotros, una energía que exige una salida”.
Esa postura es un pilar en la idea detrás de Violenta, si bien Carol reconoce que puede ser contradictorio inspirarse en un escritor que, con frecuencia, fue señalado por su desbordado machismo. Pero Carol cree que Bukowski trataba a las mujeres como a cualquier persona, igual de mal que a los hombres.
Consciente de los prejuicios que tiene la sociedad, esta ilustradora de 22 años sabe que Violenta encarna muchas de las ideas detrás del feminismo, pero se abstiene de considerarse una feminista pues, cree ella, de una la asociarían “con lo feminazi”. En vez de etiquetarse, cree en normalizar las situaciones, como que las mujeres o los hombres que usan cierta ropa no están haciendo una declaración de su inclinación sexual por ello.
En su arte también se ve el insumo creativo que le aportan las obras de Andrés Caicedo y Rafael Chaparro, dos escritores de culto con una narrativa que transpira ciudad, calle y sexo. Fiel a eso, Carol se patonea Cali de arriba a abajo. “De Cali tomo el calorcito, el agite y el sudor; es como una mujer que de día es una cosa y de noche es otra”. Esa doble identidad de la ciudad la compara con el cielo y el infierno: por el calor, Carol piensa que el zarandeo que viven los caleños es mucho; en cambio, la noche es distinta y se presta para la salsa que Carol baila en Mala Maña, el bar donde azota baldosa religiosamente, y de la cual toma referentes como Héctor Lavoe y Richie Ray.
Entre semana Carol trabaja en el diseño editorial de las revistas institucionales de la Academia de Dibujo, pero cualquier rato libre que tiene, cualquier recorrido en bus que hace, lo aprovecha para trabajar en Violenta, con papel y lápiz siempre a la mano, al igual que sus dos libretas, una para escribir y otra para dibujar. Eso, si no va en la cicla, su forma de transporte predilecta desde hace tres años. En su bici se va hasta el Norte de la ciudad para parchar en La Grafitería, donde se rodea de tatuadores, ilustradores y muralistas. Con ese parche sale a pegar calcas por toda la ciudad, otra de sus pasiones, y por la que conoció a Enka, el ilustrador de Cartel Urbano (el man, obvio, no dudó en dejarle un retrato ilustrado).
Carol ve que en Cali hay muchos ilustradores, pero pocos que hablen desde y de las mujeres. Como remedio a esto, ella creó a Violenta, quien reúne todo lo que las mujeres reprimen. No en vano las chicas son las que mejor han recibido sus ilustraciones. Eso sí, ve a Violenta como un proceso, no como un fin, y por eso está pensando nuevos personajes, mientras sigue suturando de amarillo y naranja sus violentas viñetas que recuerdan el poniente sol caleño.