Las tinguas azules, otras víctimas de la sequía
El Fenómeno del Niño está atacando con toda y estas aves migratorias de Estados Unidos están sufriendo por el bajo nivel de humedales para habitar en Bogotá y otras ciudades del país. Conozca los consejos que dan las autoridades y unidades ambientales sobre cómo actuar al encontrarse una tingua azul desorientada.
Colombia es un destino vital de tinguas azules, un ave de tonos verdes y azules (aunque las jóvenes son cafés), con las patas y el pico amarillos, que puede medir unos 33 centímetros de largo. Gracias a su clima tropical, el país recibe cada año un gran número de estas aves, originarias de Estados Unidos. La sequía provocada por el Fenómeno de El Niño ha convertido el país en un hábitat hostil para tinguas. Si no que lo diga Alejandra Castañeda, estudiante de Derecho de Universidad de Pamplona (Norte de Santander). Ella recogió una tingua azul hace dos meses. “Cuando la encontré no estaba lastimada pero sí se veía cansada. La llevé a mi casa y cuando la solté me dio un picotazo horrible. Quise alimentarla pero comió poco, tenía bastante sed. Al día siguiente la llevé al invernadero de la universidad y allá la están cuidando”, afirma.
Tingua encontrada por Alejandra Castañeda. Foto: instagram.
En Bogotá, casos como el del ave rescatada por Alejandra son atendidos por la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres de la Universidad Nacional (URRAS), la única de carácter universitario del país. Hoy en día son las aves que más están atendiendo en esta unidad. La veterinaria Lina María Puentes, afirma que el 80% de sus pacientes son tinguas azules; ha recibido 15 y dos murieron. Una de ellas a causa de la gota, una enfermedad causada por deshidratación, problemas renales o una dieta inadecuada. También han recibido, en menor medida, torcazas, búhos, lechuzas y gavilanes.
Además de URRAS, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) lleva 16 años protegiendo tinguas azules en cada una de sus migraciones a la ciudad, cuando llegan entre octubre y enero de cada año, para luego regresar a su país entre marzo y junio. En esta entidad se encargan de alimentar y rehabilitar a aquellas aves que se pierden durante el trayecto. Este año la problemática se ha agravado. Si antes las tinguas se extraviaban por el cansancio que les producía el largo trayecto, ahora se desorientan por no encontrar un lugar húmedo donde habitar; la sequía ha acabado con varias fuentes hídricas y las aves se pierden en busca de una.
“Las tinguas azules solían volar hacia los humedales de Bogotá, pero como varios de estos cuerpos de agua ahora son más pequeños, o se han secado, se pierden; resultan lastimadas por perros, gatos o personas”, afirma Claudia Isabel Brieva Rico, coordinadora del URRAS. La Fundación Humedales de Bogotá tiene en su registro 15 humedales de la ciudad que han disminuido su capacidad; cinco aún están estables (Santa María del Lago, La Conejera, Córdoba, Capellanía y El Burro), pero El Salitre, el de Techo y el Tibanica están en condiciones críticas, donde ya casi no hay agua y se puede, incluso, ver el suelo.
Como las tinguas azules no están llegando a los humedales es mu y posible encontrarlas en tejados, calles y parques de la ciudad, lejos de su hábitat natural. Ante esta situación, Jasbleady Castañeda Solano, bióloga de la Universidad Pedagógica de Bogotá, afirma que lo primero es observar si el ave está visiblemente lastimada; colocarla en una caja de cartón y alimentarla con agua azucarada, verduras picadas, carne y pescado en trozos; alejarla de los animales domésticos y de los ruidos fuertes; no tocarla o usar guantes gruesos (sus picos son muy fuertes y pueden ser agresivas). También dice que no hay que conservarlas en la casa debido a que se asustan y estresan muy fácil. Tener una tingua azul en cautiverio puede causarle la muerte al ave, y transmitir enfermedades a los humanos pues es posible que porten microorganismos, virus o bacterias que pueden provocar neumonía y estomatitis en las personas. Los animales también pueden recibir alguna enfermedad de las personas que la cuidan y propagarla en su ambiente cuando sean liberados.
Al encontrarse una tingua azul sana, lo recomendable es liberarla en el humedal más cercano. En caso de que esté herida, se aconseja llevarla a uno de los puntos de recepción de animales silvestres de la SDA: terminales de transporte del sur o del Salitre, Aeropuerto El Dorado y en el Centro de Recepción de Fauna y Flora Silvestre, en Engativá.