¿Podría ser Usme un museo vivo?
Por extraño que suene, esta localidad tiene el potencial de convertirse en un museo comunitario, gracias a su riqueza material e inmaterial. Esa es la propuesta central de la tesis de un estudiante de maestría de la Universidad Nacional, quien se fundamenta en la existencia en esta zona de edificaciones de interés cultural y de tradiciones campesinas, parques ecológicos y espacios de conservación arqueológica.
Santiago Llanos, un estudiante de la maestría de Museología y Gestión del Patrimonio de la Universidad Nacional, se ha imaginado muchas veces a Usme convertida en un museo. Por su riqueza ambiental, patrimonial y cultural, esta localidad al sur de Bogotá podría ser un modelo capaz de demostrar que un museo puede concebirse más allá de su condición tradicional de estructura cerrada, en la que se exponen sobre todo obras de arte.
“El museo es un espacio para incluir, servir y engranar a la sociedad”, dice Santiago sobre el concepto de museo comunitario: un espacio en donde los miembros de la comunidad son los encargados de fortalecer la historia, costumbres y espacios de un lugar.
Eso sí, para que pueda considerarse como tal debe cumplir ciertos requisitos, según lo establece la Política de Museos del Ministerio de Cultura: evidenciar el patrimonio cultural, natural o de memoria que se quiera conservar; desarrollar actividades mínimas que ayuden a la conservación de la colección; recopilar información, colecciones o bienes para ponerlos a disposición del público, entre otros.
"Usme puede ser un museo que muestra las formas de vida. El patrimonio inmaterial puede ser considerado como una colección. Así como el Carnaval de Barranquilla, la localidad también tiene costumbres que deben ser respaldadas para que no se pierdan”
Para Santiago, que desarrolló esta idea en su tesis Museología comunitaria en el espacio urbano, Usme cumple con estos requisitos.
El patrimonio de Usme es amplio en materia de tradiciones, naturaleza, antepasados y edificaciones. Además, tiene 14 bienes declarados de interés cultural distrital, como La Casa de la Hacienda, Los Mochuelos y La Fiscala. También está la plaza fundacional de Usme, donde todavía se conservan casi intactos edificios con arquitectura colonial, como la iglesia San Pedro.
Iglesia San Pedro de Usme
“Usme tiene una riqueza patrimonial gracias a sus tradiciones campesinas como la siembra; recursos hídricos como el páramo de Sumapaz; cultura gastronómica como la gallina criolla con papa chorreada y los piqueteaderos de fritanga, pola y chicha y parques ecológicos como el Canta Rana o el Parque Distrital Entrenubes. Todo eso debe ser visibilizado”, explica Santiago, quien considera que un museo puede tener una colección que no sea necesariamente de objetos materiales.
Un plato de fritanga hecha en Usme
“Usme puede ser un museo que muestra las formas de vida. El patrimonio inmaterial puede ser considerado como una colección. Así como el Carnaval de Barranquilla, la localidad también tiene costumbres que deben ser respaldadas para que no se pierdan”, reflexiona Santiago, que se apoyó en la Corporación Casa Asdoas para desarrollar su tesis.
Esta Corporación busca fortalecer la participación y el aporte de la población en la construcción colectiva de la memoria histórica, ecológica y cultural de la región por medio de la configuración, recuperación y reconstrucción del territorio. “Las 14 veredas que tiene Usme están en peligro de extinción por la expansión urbana”, denuncia Blanca Vásquez, integrante de Casa Asdoas.
La Corporación ayuda a organizar el Festival del Campesino, el Festival de Bolonia y el Festival Alfonso López, algunos de los que se realizan cada año. También fomentan dos de los eventos más simbólicos de la localidad: los “Sancochos a la memoria”, una actividad para intercambiar ideas mientras se prepara sancocho de gallina, o la Feria del Trueque, donde los campesinos cambian papa por cebolla o crema dental por zanahoria, entre otros elementos.
Páramo del Sumapaz. Foto: Casa Asdoas
En Usme también se conservan espacios arqueológicos, como la Hacienda El Carmen, un lugar en el que se hallaron 135 restos humanos y alrededor de 300.000 fragmentos de cerámica que datan, según investigaciones de la Universidad Nacional, de los años 1200 y 1600.
“Usme es un territorio poblado mucho antes de la fundación de Bogotá. Este territorio se configuraba como un espacio de peregrinaje para las comunidades nativas por los grandes páramos que alberga, que es de donde surgen las aguas que alimentan al río Tunjuelo. Los nativos lo tratan como un lugar sagrado”, afirma Héctor Vásquez, de Casa Asdoas.
Hallazgo arquelógico en Usme. Foto: Casa Asdoas
“Con todo esto, se concluye que sí es posible desarrollar espacios de museología comunitaria en Usme, pues allí se evidencia uno de los rasgos fundamentales para que existan: lazos fuertes de vecindad y solidaridad”, afirma Santiago sobre su investigación.