La primera Caravana Juvenil por la Paz visitó una zona veredal de guerrilleros

Una de las imágenes que muchos jóvenes esperábamos ver desde hace décadas ocurrió el pasado 28 de enero: el inicio de la marcha de los miembros de las Farc hacia las 19 Zonas Veredales de Transición y Normalización (ZVTN), en donde los excombatientes permanecerán hasta el 29 de mayo, día en el que se espera que termine el proceso de dejación de armas.

Hasta una de esas zonas, la Zona Veredal Antonio Nariño, ubicada en el municipio de Icononzo (Tolima) en la región del Sumapaz, territorio histórico y bastión del grupo guerrillero en años anteriores, llegaron también cerca de 60 jóvenes de agrupaciones civiles y políticas para reunirse con los más de 180 guerrilleros que se encuentran en este lugar a la espera de hacer su tránsito a la vida civil y política. Lo hicieron el pasado fin de semana, entre el 4 y el 5 de marzo, con el objetivo verificar el cumplimiento en la implementación de los Acuerdos de Paz de La Habana y acercarse más a los excombatientes.

Foto cortesía de Juventud Rebelde

En total, llegaron hasta esta zona veredal los miembros de 26 agrupaciones juveniles como las Juventudes Comunistas (JUCO), la Mesa Hip Hop Barrios Unidos, Radiestesia, Plataforma Distrital de Juventud, Barrio Adentro y la Juventud Rebelde, entre otras. Todos se agruparon bajo la figura del Pacto Juvenil por la Paz, en el que también se encuentran jóvenes adscritos a partidos políticos como Alianza Verde, Polo Democrático, Cambio Radical, Partido Liberal y Centro Democrático que, sin embargo, no hicieron presencia en esta primera Caravana Juvenil por la Paz.

La iniciativa del Pacto Juvenil surgió después del resultado del plebiscito, el pasado 2 de octubre, momento en el que los jóvenes notaron que los representantes de los partidos políticos estaban agitando debates que solo generaban más polarización y decidieron tomar cartas  en el asunto. “Hicimos esto porque queremos mostrar que acá se puede llevar un pacto de altura, donde se les cumplan las garantías a los excombatientes. También para afianzar lazos, entender su situación y darles la bienvenida a la vida civil”, explica Laura Amaya, gerente de Uniendo Territorios, otra de las organizaciones participantes.

 Durante el fin de semana de convivencia con los guerrilleros, los jóvenes conversaron con ellos sobre el proceso de paz y de las expectativas de cada una de las partes durante este proceso de reinserción. “Desde diferentes espacios de intercambio y diálogo, resignificamos el imaginario que nos han impuesto durante esta larga confrontación armada e ideológica, reconociendo que el guerrillero, al igual que nosotros, también tiene sueños, anhelos, motivaciones y un proyecto de país democrático e incluyente”, establecieron en su declaración final. También hubo tiempo para los almuerzos conjuntos, los picados de fútbol y se hizo la entrega de libros y ropa, donados por estudiantes de la Universidad Externado. Entre otras actividades que se organizaron estuvieron los talleres de arte, danza, hip hop y pedagogías de paz.

Para continuar con la iniciativa, las agrupaciones juveniles tienen pensadas dos salidas más a otras zonas veredales, ubicadas en el Guaviare y en el Putumayo, pero que no tienen fecha confirmada. Mientras tanto, Juventud Rebelde está produciendo diferentes proyectos audiovisuales contando más detalles de esta caravana, mostrando las intenciones de los excombatientes de integrarse a la sociedad y denunciando las problemáticas que han encontrado en las zonas veredales.

Según algunos visitantes a la Zona Veredal Antonio Nariño, no hay agua potable y la entrega de alimentos, carpas y colchones no cuenta con la asistencia suficiente por parte del Estado. Esta situación, sumada a otras problemáticas en otras ZVTN ha generado diferencias entre el Gobierno y las Farc. Desde el Gobierno dicen que los excombatientes han exigido hasta gimnasios; del otro lado, denuncian un incumplimiento del 87% por parte del Gobierno.

Es a raíz de esos obstáculos que surgen en el proceso de reinserción, que estos parches de jóvenes han decidido poner su grano de arena, verificando el cumplimiento y aportando para mantener un clima favorable de paz. “Nosotros como jóvenes estamos en la obligación de hacerle un llamado al resto de la población e invitarla a que deje de lado el odio y se reconozca la inclusión de los desmovilizados. La paz es más que estos acuerdos, también va en las acciones de cada uno”, dice Johan Beltrán, miembro de Juventud Rebelde, una de las organizaciones encargadas de la gestión de las actividades.

Para colaborar con el Pacto Juvenil por la Paz, no es necesario hacer parte de alguna organización o de un partido político, basta con llenar un formulario disponible en su página web y así sumarse a esta iniciativa de paz.