Desde que Wilmer Cubillán se vinculó a un diario de sucesos en Maracaibo, una ciudad donde la violencia alcanza índices altos como en gran parte de Venezuela, se fascinó por el fotoperiodismo. En el oficio ha retratado desde marchas hasta asesinatos, perdiéndole el temor a las agresiones o incluso a la muerte. “No interesa la violencia hacia nosotros, lo primero es informar”.