Pupilo de los grafiteros bogotanos Pear y El Gre, del crew Bosa Boyz, Teur logró dedicar cinco años de su vida al bombing. Hoy es recordado como un pelado pulido y riguroso que no pintaba por pintar. Este reportaje recoge las voces de personas cercanas al escritor bogotano y sirve no solo como un homenaje cálido y alejado de amarillismos, sino que es un llamado para desmontar prejuicios: “Hay que cambiar esta realidad en las paredes y que sean espacios de expresión, cultura y reflexión”.