Una campaña publicitaria de OneRPM que tapó otra del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación causó revuelo esta semana en redes sociales. Aunque el hecho obedeció a la dinámica tradicional del cartelismo, el desconocimiento de este oficio creó una tormenta en un vaso de agua de la que sólo pudo sacar provecho una mirada poco prudente e incendiaria.