“Cada vez que vuelvo a Colombia siento que soy más extraña”: Lido Pimienta
Miss Colombia marca el regreso creativo al país de la artista del sello Anti. La identidad y la extrañeza en un territorio contradictorio dan ritmo a esta colección de poemas de amor cínico que forman su tercer álbum de estudio.
Parece que ni siquiera el aislamiento es capaz de detener la creatividad de Lido Pimienta. A gusto en su casa, sin tener que someterse a la presión del teléfono sonando y a los visitantes, la cantante colombiana y residente en Canadá ya está escribiendo su próximo álbum del que, cuenta, ya tiene siete canciones. “Yo tengo una mente que todo el tiempo está dando, dando, dando. La creatividad no para, yo estoy acostumbrada a hacer mis vainas y así estoy: haciendo mis vainas”, dice.
Villanuevera, barranquillera y colombiana, Lido Pimienta lleva 15 años viviendo en Toronto, donde se ha consolidado como una de las cantautoras más respetadas de la ciudad y de Colombia. En 2017, con su segundo álbum La Papesa, ganó el premio Polaris a mejor álbum canadiense compitiendo con artistas de la talla de Leonard Cohen o Feist en la misma categoría.
Siempre una rara y una extranjera por su origen guajiro y wayuú, Lido intenta reconciliarse con lo que siempre ha sido, pero que suele ocultar cuando interactúa con su familia colombiana. De ahí nace Miss Colombia, su tercer álbum de estudio, al que define como una “colección de poemas de amor cínico a Colombia” repleta de pequeños detalles vocales y musicales que hacen de éste uno de los lanzamientos más interesantes del año.
Letras sobre el desamor y el reencuentro mezcladas con ritmos tradicionales, dan frescura a un disco con el que Lido regresa de manera creativa a un país muchas veces contradictorio y tóxico. Li Saumet (de Bomba Estéreo), el grupo Kumbé y el Sexteto Tabalá, que la ha influenciado desde la infancia, son los músico con los que colaboró esta artista que no para de innovar.
Hablamos con ella sobre el regreso, la experimentación audiovisual y otros detalles de Miss Colombia.
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Hay dos canciones del álbum que me llamaron la atención porque parecen salirse del contexto del disco. Cuéntame del proceso de creación detrás de Para Transcribir (SOL) y Para Transcribir (LUNA), que abren y cierran el disco.
Ese poema es exactamente el sentimiento que yo tengo, constante, de que cada vez que vuelvo a Colombia siento que soy más extraña. Siempre que vuelvo me toca tener un libreto de la muchacha que se vino hace 15 años a Toronto. Cuando voy me toca transcribir ese libreto y acoplarlo a quien yo soy ahora. El recuerdo que tiene mi familia, mis tías, mis abuelos, es el de una niña. Entonces ahora, como mujer, madre y con mis pensamientos súper claros y mi visión política tan clara, para esas personas esa niña resulta ser agresiva o acelerada.
No entiendo muchas cosas de sus propios libretos, no encuentro graciosos los chistes, no entiendo lo normal que es en Colombia decir: “Es duro para el campesino”, por ejemplo. Yo no me siento parte de esa parte de la cultura colombiana, yo siento que tengo que traducir, transcribir y acoplarme a un lenguaje del que yo no me siento perteneciente. Las canciones son sobre la identidad, la identidad como una fantasía, de la nostalgia que es ser colombiana, crecer en Colombia y encontrarse cuando se te cae la venda de los ojos. Ahora cuando vuelvo a Colombia soy una payasa, loca, marihuanera, lesbiana y hasta bruja para mi propia gente. Me toca ponerme mi sombrero colombiano cuando estoy en Colombia, de eso se trata Para Transcribir.
"Yo pienso que todos y todas las colombianas tenemos una relación tóxica con Colombia. Tenemos una relación con nuestro país donde siempre nos esperamos lo peor con la ilusión de que algún día cambie".
Dices que cada vez que vuelves al país debes armar un libreto. ¿Uno podría leer las dos partes de Para Transcribir y el álbum en general como claves para entender a Lido en Colombia por fuera de ese libreto?
No es Lido en Colombia, es Lido entendiendo su posición como colombiana que no vive allí. Como colombiana que hace todo con una conciencia de su país y un profundo amor a su país que no es recíproco. Empezamos con el SOL, amanecemos con ilusión y luego nos vamos a dormir, resignados de que 'así es la vida' en LUNA. Es como yo misma dándome golpecitos en la espalda, diciéndome que todo va estar bien y que mañana será un nuevo día.
En otra oportunidad hablabas de la canción No Pude como una carta de amor cínica a Colombia. ¿Se podría decir que, además, es una carta a un amor tóxico?
Claro, va por ahí. En primer lugar, yo jamás podría escribir una canción para un hombre que por qué no me llama voy a llorar toda la noche, no, no. Por ejemplo, con la canción de Te Quería me han escrito muchas personas hasta la comadre Liliana (Bomba Estéreo) preguntando que a quién se la escribí, preguntando el chisme que no se sabían pero es al país, realmente.
Yo pienso que todos y todas las colombianas tenemos una relación tóxica con Colombia. Tenemos una relación con nuestro país donde siempre nos esperamos lo peor con la ilusión de que algún día cambie. Por qué se normaliza la violencia, la mediocridad, el machismo, por qué se normaliza el odio a la mujer, por qué se normaliza el odio a lo que se sale de la 'normalidad'. No puedo entender cómo yo amo tanto a un país donde a la gente como yo, la tratan como una mierda.
"En Colombia hay una tendencia a mostrar a las negritudes y a los indígenas como atracciones exóticas pero no se los ve vestidos de civil, no se le ve de fiesta común y corriente".
Cuéntame del acercamiento al Sexteto Tabalá, con quienes haces una colaboración en la canción Quiero que me salves. ¿Qué papel juegan en el país de Miss Colombia?
Creciendo en la Barranquilla que crecí, es común que las personas que tenemos más tendencia al arte subestimemos la música folclórica o que nos preguntemos que pasa con ella cuando se acaba el carnaval. Mi primo, algún día, me dio un CD del Sexteto Tabalá. Me obsesioné al punto de que me aprendí todas las canciones. Algún día en el ensayo del grupo Kumbé, donde mi primo tocaba, el cantante que normalmente estaba con ellos no fue y al yo saberme todas estas canciones, con la recomendación de mi primo quedé como la cantante. Luego empezaron los carnavales, me llevaron a Palenque y allí los conocí personalmente. Desde el comienzo supe que quería hacer algo con ellos, no sabía cómo ni cuándo pero quería ir a Palenque a hacer una canción con ellos.
Cuando estaba pensando en Miss Colombia vi la oportunidad de hacerlo, me contacté con Yoelis, su manager, para coordinar grabaciones. Ellos tenían cerca una gira a Brasil y yo asumía que estaban bien al ser un grupo reconocido del folclor colombiano, pero resulta que estaban luchando para poder mantenerse porque al parecer no recibían el dinero que producía su música y solo vivían de los toques. El señor Cassiani (líder del grupo) tiene casi noventa años y no tiene ningún tipo de ingreso fijo, me dio muy duro ver que ese abuso del que hablo en el álbum: 'Eso que tú haces, no es amor', le estaba pasando a mis invitados. Luego de grabar todo le mostré el resultado a Anti Récords y quedaron encantados. Incluso, tienen ganas de sacar un compilado de su música, imagínate lo que puede llegarles a ellos en regalías, vinilos, giras y un contrato directamente con ellos.
El vídeo de Eso que tú haces, en Palenque, con los bailes tradicionales y planos amplios es increíble. ¿Cómo nace la idea? ¿Responde a unas estéticas que están en tendencia actualmente?
Mira que no. El grupo de baile que sale en el video es el grupo Kumbé en el que yo cantaba. Al tener esa relación yo sé cuáles son los trajes típicos y cuáles son los bailes de cada ritmo. Entonces si la canción empieza con un bullerengue tenía que empezar con el traje blanco, luego pasamos al Son de Negro que es el traje más colorido para terminar en la champeta. Yo me aprendí la coreografía de Matilde Herrera, directora del grupo, y se puede ver todo su trabajo en el video. Yo simplemente dirigí los encuadres para que se viera bien el baile. Era muy importante para mí que al final del vídeo estuvieran todos de civil, porque me parece que en Colombia hay una tendencia a mostrar a las negritudes y a los indígenas como atracciones exóticas pero no se los ve vestidos de civil, no se le ve de fiesta común y corriente. Además, yo no quería ser la estrella del video, si tu comparas tenemos la misma cantidad de tiempo en pantalla porque la estrella son ellos y su baile. Incluso más que todos, el personaje principal del video es Palenque como espacio.
"Colombia es el lugar de las contradicciones y extremos más violentos, pero de una felicidad tan mágica, que es que no puedo irme. Todavía estoy allí".
Foto cortesía Anti Records
Tras 15 años en Toronto, regresas creativamente a Colombia. ¿Cómo ves la industria colombiana en la actualidad?
Mira, para mí, Colombia es tierra fértil para la creatividad. Yo, por ejemplo, ya tengo los próximos dos vídeos cuadrados, los voy a hacer en La Guajira. Colombia es un lugar donde si tú tienes una idea y la quieres desarrollar, lo puedes hacer. En cuanto a la música y la industria, lo único que si veo que es malo y que no sirve es Sayco y Acinpro, pero de resto la música es fértil, la música es espectacular y la gente es accesible. Es muy accesible conectarte con cualquier músico, por lo menos en mí caso puedo hablar con quién yo quiera, puede ser muy grande o pequeño. Que la gente se te acerque y te escriba no son cosas que pasen aquí en Norteamérica. La gente está ahí y la gente quiere hacer las cosas, eso está bacano.
¿Por qué volver a Colombia y no quedarse en Canadá creando?
Como aquí las vainas están más establecidas, la gente no tiene esa misma pasión, esa misma ética de trabajo porque no tiene hambre. Cuando fuimos a Palenque, estuvimos una semana allí y empleamos a mucha gente, una producción de esa factura le da sueldo a muchas personas.
Yo tengo la posibilidad de tener un presupuesto y decidir a dónde quiero ir, dónde lo quiero hacer. Me da alegría trabajar en mi país y además la gente con la que yo colaboro y valoro más, es gente que Colombia no respeta.
Yo me siento igual que ellos, el grupo Kumbé o el Sexteto Tabala. Por eso a mí me vale tres tiras esos festivales grandes que hacen allá. A mí me invitan a tocar en Australia, Italia, Nueva Zelanda o Japón, alguien en Francia me acaba de mandar un retrato y yo no le paro bolas a nada de esa vaina, pero en mi propio país cuando me invitan o invitaban, era para abrirle a europeos blanquitos con camisitas hawaianas que hacían remixes de mis canciones sin pagarme ni un taxi.
Por eso, cuando yo tengo la plata, como yo tengo ideas espectaculares me voy para mi país. Me voy para Villanueva y le voy a dar empleo a 25 personas. No sabes la alegría que me da a mí. Ir a mi pueblo, tener a 25 personas que van a ganarse su buena plata, probablemente la plata del año y voy a mostrar el pueblo. Espectacular. Me voy a contratar al grupo sobreviviente de los músicos originales de Diomedes que armaron un grupo que se llama Los de Diomedes. Van a hacer un desconectado vallenato de Miss Colombia. ¿Qué voy a preferir yo? ¿Hacer eso o una colaboración con Shakira?
¿Cómo describirías Miss Colombia en un par de palabras?
Es una búsqueda sin respuesta de mi posición como colombiana, como indígena, como negra, como madre, como hija, como prima. Es una búsqueda sin fin y es una saga de maldad, de nostalgia, de amor, de soledad, de reencuentro. Es una búsqueda sin esperanza a fin de cuentas.
¿Qué tan colombiana es Lido Pimienta en su cotidianidad?
Yo estoy obsesionada con mi país, si yo fuera canadiense creo que también estaría obsesionada con Colombia. Colombia es el lugar de las contradicciones y extremos más violentos, pero de una felicidad tan mágica, que es que no puedo irme. Todavía estoy allí. Hay gente que vive acá un año y llega hablado con un español hasta raro. Yo llevo 15 años y me siento cada día más corroncha. Son esas las vainas que yo digo: ¡eso pa' qué! Yo prefiero vivir así, vivo en mi apartamento chévere, tengo mi marido bacano, tengo mis hijos sanos, ya, estoy feliz de la vida. De ahí sale Miss Colombia, me tenía que saca' esa vaina y ya salió.