En fotos: tres autocultivadores que le hacen el quite al narcomenudeo
Nos sumergimos en los cultivos de cannabis de tres personajes que decidieron borrar los números de sus dealers del celular.
El Artículo 375 del Código Penal “contempla como delito cultivar, conservar o financiar, sin permiso de autoridad competente, plantaciones de marihuana o cualquier otra planta de las que pueda producirse cocaína, morfina, heroína o cualquiera otra droga que produzca dependencia, o más de un kilogramo de semillas de dichas plantas”. Sin embargo, en enero de 2013 en Riosucio (Caldas), un hombre fue capturado con un canguro en el que llevaba una planta de marihuana que pesaba 124,1 gramos. Como sentencia, la Corte señaló que lo hallado, así fuera una parte de una planta, no se podía ajustar al concepto de droga que genera dependencia, razón por la cual fue dejado en libertad.
Desde entonces y gracias al confuso hecho, la Corte indicó que de acuerdo al Estatuto Nacional de Estupefacientes, y avalado por el artículo 2 de la Ley 30 de 1986, “una plantación está compuesta por más de 20 plantas de las cuales se puedan extraer drogas que causen dependencia”. Ahora, el país pasa por un panorama poco alentador para los consumidores, ya que desde el 1 de octubre de 2018 —con la firma del Presidente Iván Duque— empezó a regir un decreto que permite a la Policía Nacional decomisar incluso la dosis mínima, que contempla 20 gramos si hablamos de marihuana. Un escenario complejo ya que a partir de allí se está facultando a los agentes para que determinen si se trata de una dosis de aprovisionamiento o si están frente a un expendedor.
La delicada situación en el país con respecto a la persecución de la cual están siendo víctimas los consumidores, ha hecho que muchos decidan cultivar sus plantas en casa para, entre otras cosas, quitarle de las garras el negocio al microtráfico o al narcomenudeo.
El tipo de la montaña
En el año 2017, vía La Calera un personaje se instaló en medio de la montaña intentando ser autosostenible en casi todos los sentidos. Un aire hippie, su ropa que da cuenta del trajín diario y estar rodeado por sus perros y gatos trasladan a cualquiera a un ambiente bien campestre.
Con cierta reserva y evitando que la cámara entre a ciertos espacios, este man comenta que mantener su huerta es uno de los ejercicios que más disfruta, además de estar alejado del ruido de la ciudad. El contacto con la naturaleza y su relación con el porro lo motivaron para que hace un tiempo se le midiera a sembrar marihuana, no solo por saber qué era lo que estaba consumiendo sino también con el objeto de dejar de inyectar dinero a las mafias que se mueven detrás de un moño. [UdMO2] La experimentación y los errores lo llevaron a convertirse en un ducho de esta vuelta. Inicialmente, la planta fue sembrada en un invernadero pero con el paso del tiempo y al ver la adaptación que estaba teniendo al clima y el terreno, decidió plantarla directamente en la tierra. En este momento, “El tipo de la montaña” puede decir que produjo una cepa capaz de crecer en las peores condiciones: el frío y las heladas de la madrugada que generalmente acaban con la vegetación, siendo esta la cuarta generación de esta cepa paramera .
El orgánico
Al sur de la ciudad, a punta de cáscara de banano y otros residuos orgánicos, un tipo de unos 32 años se encarga de hacer el agua con que riega las doce plantas de marihuana que tiene sembradas en el patio de su casa. El rechazo al uso de pesticidas y químicos lo han hecho buscarse durante los casi ocho años que lleva en este ejercicio otras alternativas de control de plagas como la siembra de plantas carnívoras, suculentas, hierbabuena o tabaco, cumpliendo estas el rol de insecticida natural. [UdMO4]
El Tendero
Ukrainian cheese, AK47 o White widow son algunas de las cepas que este tipo ha conseguido cultivar con el paso de los años. Tras fumar y compra moño a dealers durante doce años, en 2017 ‘El Tendero’ decidió adentrarse en el mundo del autocultivo, una decisión de la que no se arrepiente. Al ser su cultivo indoor, la producción de este personaje es menor a la de los dos anteriores, sin embargo, él no es tan precavido al momento de usar químicos y pesticidas en sus plantas.
Su amor por la marihuana lo llevó a montar una tienda el año pasado en la que ofrece al público todo tipo de parafernalia alrededor del cannabis, negocio que le suministra el capital para seguir metiéndole la ficha a su autocultivo. Ahora, teniendo en cuenta la lucha que se está dando en el mundo por la legalización del consumo recreativo y medicinal de la marihuana, este tipo espera entrar en esta movida para poder cultivar y vender legalmente.