El surrealismo punk de Wanda Pot
Este diseñador gráfico bumangués no permitió que el trabajo de oficina lo consumiera y decidió dedicarse a sus proyectos personales. En sus obras, Juan David Rodríguez explora el caos, la tipografía, los retratos, el esténcil y todo aquello que le permite olvidarse por momentos de pagar el arriendo.
Juan David (A.K.A. Wanda Pot) asegura haber sido muy bruto en el colegio: “Man, yo jamás me aprendí las tablas de multiplicar. Los profesores me ponían a hacer planas porque era bueno con el lápiz y de alguna manera eso compensaba mi ‘brutez’”.
Entonces hizo muchas planas, tantas que, años más tarde, cuando estudió Diseño Gráfico en la Universitaria de Investigación y Desarrollo (Bucaramanga) fue uno de los mejores de la clase de tipografía. Y un poco más adelante, ya radicado en Bogotá, su trabajo con las letras le fue de gran utilidad en el mundo publicitario.
En mayo del año pasado, después de un largo recorrido por agencias de publicidad, Juan David renunció a su cargo en la multinacional JWT para dedicarse a sus proyectos personales. “Llegó un punto en el que me jalaba más lo mío —cuenta Wanda—. Agradezco mucho el trabajo en agencias, pero consume demasiado. Hay muchos jefes encima de uno”.
Desde que se liberó de la presión laboral ha experimentado con varios estilos, el surrealismo punk es uno de ellos (Wanda está muy pendiente de las tendencias que se generan afuera del país). “El surrealismo punk busca el caos dentro del orden. Es lo contrario al surrealismo pop, en el que hay demasiado nivel de detalle –explica Juan David Rodríguez–. No hay nada más surreal y punk que un niño pintando a su mamá con seis dedos o dos cabezas. Basquiat es una gran influencia”.
Aunque Juan David asegura que varias de sus propuestas han tenido mucha acogida, espera poder llevar su obra más allá. “Creo que si logro combinar las letras que hago con los patrones el resultado será muy agradable. El paso siguiente sería embellecer algunas partes de la ciudad con los azulejos que a veces pinto”, comenta.
Juan David espera reunir pronto un backup de al menos 80 piezas para empezar a moverse en galerías y estudios. Afortunadamente para él, desde que dejó JWT, le han ofrecido varios trabajos como freelance; incluso las agencias en las que trabajó se han fijado en esos retratos de chicas a los que Juan David les agrega chorros de pintura y tipografías para exaltar la belleza desde el desorden mismo.
Sus procesos creativos se han valido de técnicas mixtas: “Yo uso acrílicos, aerosoles, crayones, sharpie… man, lo que se me va ocurriendo. Me valgo de todo lo que me pueda generar textura y me obsesionan muchos referentes: L7M Street Art, Eric Jones, etcétera”.
Cuando Juan David renunció a su último empleo le regaló a cada uno de sus ex compañeros un letrero en madera con el mensaje “Piérdete por la dirección correcta”. Estos letreros son otra de sus iniciativas artísticas, tal vez de la que más se lucra. Lo cierto es que Wanda Pot, al parecer, sí se perdió por la dirección correcta: “A mí no me importa si la plata de la renta no llega rápido porque no tengo camello. Simplemente me pongo a pintar y se me olvida”.