Estas imágenes no existen en la realidad pero se construyen a partir de ella
Hace casi 20 años, Catalina, la hermana mayor de Mario Arroyave, desertó de un curso de fotografía y le regaló la cámara que usaba. En ese momento, con solo 15 años, empezó a experimentar la magia de los diafragmas y las velocidades fotográficas. Hoy, con 32 años, su trabajo, que parte de la cuidadosa observación del humano, se ha expuesto en Lima, Sao Paulo y Tokio, entre otras ciudades.
Aunque Mario Arroyave pasa la mayor parte de su tiempo con una cámara lista para disparar, no se considera fotógrafo. Él prefiere usar el apelativo ‘artista visual’, y con justa razón: su ojo y sensibilidad para encontrarle el lado artístico a las situaciones que para otros son simples momentos cotidianos lo han llevado a exponer en galerías de Lima, Miami, Sao Paulo y hasta en Tokio. Pero también hay que decir que el video es igual de importante en su trabajo.
La producción de su obra requiere una observación cuidadosa, en especial del factor humano. Disfruta analizando cómo actúan distintos tipos de personas en un mismo espacio, lo considera un ejercicio voyerista.
¿Cuáles son sus fotógrafos, escritores y músicos favoritos?
Mis fotógrafos favoritos son Jeff Wall, Edward Burtynsky y Gregory Crewdson. Me encanta leer y la verdad acá podría quedarme un rato… me gustan mucho los libros de Chuck Palahniuk (autor de El Club de la Lucha), Roberto Bolaño, Junot Díaz, Pedro Juan Gutiérrez, Auster y Bukowski, solo por nombrar algunos. En la música prefiero algo de Nick Cave o Lotte Ahoi. La escultura también me gusta mucho, sobre todo la de Maurizio Cattelan.
¿Cuál fue el proceso para producir una obra como la de la Media Maratón de Bogotá?
Esa fotografía fue construida a partir de un time lapse. Tomé un encuadre fijo desde un puente peatonal y capturé una imagen cada 10 segundos durante una hora, en ese tiempo los corredores cambiaban y así fui registrando casi a todas las personas que pasaron por allí. El resultado podría verse como un pequeño film, aunque en mi caso compilé todas las imágenes y creé una nueva en la que se ve reflejado el paso del tiempo.
¿Qué tanto uso le da al retoque digital?
El necesario. Es una herramienta de la que me valgo para desarrollar mis ideas. En mis primeros proyectos no retocaba más allá de unos ajustes de color, pero con el tiempo mis ideas fueron cambiando y llegué a un punto en el que la post producción empezó a tomar un papel vital en mi trabajo, puesto que las imágenes que construyo no existen en la realidad, aunque sí se construyen a partir de ella.
¿Qué opina acerca de la fotografía análoga?
La amo, trabajé con ella muchos años y la verdad pasarme a la digital no fue sencillo. Un día un amigo me explicó los peligros que los líquidos del revelado representan para el medio ambiente y ahí me convenció. Estamos en un momento en el que tenemos que preocuparnos por nuestro planeta.
¿Cómo fue su primera exposición artística?
Fue en The Warehouse Art. En ese momento no estaba tan concentrado en la fotografía como carrera, era un hobbie, así que no tenía mayores pretensiones de lo que fuera a pasar. Cuando llegó el primer grupo de personas salí corriendo, me dio pánico. Me puse a dar vueltas por ahí y me tomé unos tragos, después de un rato regresé con la esperanza de que no hubiera nadie pero el sitio estaba lleno. Hubo muy buenas críticas y varias ventas, después no aguanté y volví a escaparme.