“Cambio el prozac por unas zapatillas”: Nach
En 2014, Nach estrenó Viajes inmóviles, un experimento con el que ratificó su devoción por la poesía. Luego vino un bajón anímico del que se repuso para, en marzo pasado, lanzar A través de mí. Cartel Urbano habló en exclusiva con el rapero español de poesía, música y la vida como abrebocas a sus presentaciones en Medellín y Bogotá.
Un juego mental. Estás en un ring de boxeo con García Lorca, quien declamó He cerrado mi balcón. ¿Qué canciones (o versos) serían tu recto a la mandíbula?
Me pillaste (risas). Primero diría: pierdo, esto no tiene sentido, estoy años luz de García Lorca, pero bueno, supongo que empezaría con Donde descansa la esperanza. Como él viene de otra época y está en otra dimensión, me gustaría explicarle cómo es vivir en una ciudad hoy en día.
Tu madre te recitó poesía desde muy pequeño. ¿Qué poema es el que más recuerdas y por qué?
Poemas, pero sobre todo refranes. Tenía uno para cada momento del día. Si ibas a la cocina y decías: “Mamá, tengo hambre”, ella respondía: “Hambre que espera hartura no es hambre”. Si en la mañana no te querías despertar: “Contra pereza diligencia”. Ella trabajaba en un teatro y se sabía muchas escenas que, de repente, mientras comíamos, empezaba a “escenografiar”. De hecho, sigue haciéndolo. Es increíble.
'Si ibas a la cocina y decías: “Mamá, tengo hambre”, ella respondía: “Hambre que espera hartura no es hambre”'
Los slam (enfrentamientos entre poetas) son similares a las Batallas de Gallos (‘peleas’ líricas entre cantantes) que se hacen aquí. ¿Qué referentes les recomiendas a los seguidores de esta tendencia?
De España, Ajo micropoetisa. Ella hace shows en vivo muy interesantes. También Batania (Neorabioso), quien tiene unos recitales excelentes. Te podría decir que en todo el planeta se está haciendo Slam de manera libre, natural y personal.
En Viajes Inmóviles materializaste este experimento con el Slam. El álbum punteó las listas de los más vendidos en España. ¿Esa era tu expectativa antes de lanzarlo?
Esperaba que a la gente no le gustara, pero me daba igual. En el fondo yo quería investigar y vivir esa experiencia. Como artista hay que lanzarse; lo hice y estoy muy orgulloso. Luego las expectativas cambiaron. Algunas personas acudieron al disco pensando que era un disco de rap y hubo decepciones. Sin embargo, hay quienes me han dicho que les pareció un viaje novedoso y maravilloso.
Pones a sonar el disco y sólo es tu voz y el piano de Moisés Sánchez. ¿Cómo fue la recepción del álbum por parte de otros raperos?
Me han dicho que qué huevos por haberme lanzado, que les ha gustado muchísimo a pesar de que no es su rollo. También hay a quienes les ha parecido mi mejor álbum y otros que me preguntan por qué no me he guardado esas letras para el rap.
Recientemente confesaste que viviste una etapa depresiva. ¿Que provocó ese trance?
En este rollo de la música viajas mucho, duermes poco, todo el mundo te adula, pero nadie te conoce del todo. Nunca he tenido un guía, me ha tocado aprender sobre la marcha. Hubo una serie de cuestiones personales que me afectaron. Me sentí extraño dentro de mí mismo. Fue desagradable.
En Anticuerpos, tema de tu último álbum A través de mi, dices: “Cambio el Prozac por unas zapatillas”. ¿Tiene algo que ver con ese trance?
¿No me ves? (risas). Sí, totalmente. El ser humano está preparado para sobreponerse a determinadas historias. Estamos programados para hacer ejercicio y segregar endorfinas. Cuando he estado mal, el deporte y una buena alimentación me han venido fenomenal. He estado corriendo, he ido al gimnasio.
¿Con qué palabras calificarías esta nueva producción?
Maduro. Es un disco de aceptación. Ahora puedo mirarme al espejo de manera más relajada. Sin ese sufrimiento. Con la perspectiva de que aún queda mucho por hacer.
"Ahora puedo mirarme al espejo de manera más relajada. Sin ese sufrimiento".
¿Qué canciones son tu “corazón” y cuáles son más racionales?
El corazón está en canciones como Abrázate y Tal y como eres, y mi parte intelectual en El Hip hop que sé y Tantas razones. Mientras que Adiós España y Poesía de guerra son más viscerales. Urbanología es más de extremidades.
Adiós España habla de la situación económica que vive tu país. ¿Qué es lo que más te molesta de esa realidad?
La poca empatía. Que los políticos no se preocupen por la gente y digan “No, nosotros no podemos hacer nada porque estamos atados aquí, atados allá”, pero mientras le pasan pasta (dinero) a sus amigos. Me genera inquietud esa mentira excusada.
Al rap se le tilda de ser un género que alimenta la homofobia. No es tu caso, pero ¿haces algo más allá de la música para luchar contra esto?
Lo que hago es tener amigos de todo tipo. No se trata de ser tolerante. Odio esa palabra. Se trata de tomar como natural y obvio que cada persona puede tener su propia tendencia sexual. Cuanta más homofobia, más retrasado es un país. Me da pena ver que determinadas culturas reaccionan así. Me da pena la ignorancia.
¿En qué ha cambiado el rap español desde que empezaste tu trayectoria?
Con la llegada de internet cambió todo. Democratizó la música. Y aunque eso está bien, hay mucha gente que solo quiere llamar la atención. El hip hop se ha expandido. Es un tipo de música que está al nivel de otras. Pero hay algunos que solo con coger un micrófono ya valen más que tú. ¡No!, nadie vale más que nadie, todos pueden expresar.
En Medellín reside Kase.O y para ese concierto ‘huele’ a Batalla de Gallos. ¿Cómo es tu relación con él?
Claro (risas). Nos conocemos hace un mogollón de años, aunque tampoco ha sido una convivencia muy directa. Nos estamos haciendo mayores y hablamos de otras cosas. Es un gran MC, eso todo el mundo lo sabe, pero también es sensible, vulnerable y soñador. Eso lo muestra sin tapujos. Es un tío al que quiero mucho.
Es la segunda vez que te presentas en Colombia. ¿Qué sabes del rap que se hace acá?
Cada vez sé más cosas. Hay gente de aquí colaborando con la de allá. Escuchamos los grupos con más atención. Antes era: “El rap de Colombia suena bien” y ya, hasta ahí. Pero con el último video de ALI aka MIND me quedé loco. Unos skills, una forma de rapear y un contenido que te hacen sentir. Aunque nosotros empezamos primero, ahora mismo no hay diferencias.