
Ciudades llenas de naturaleza, amor y drogas
Aunque ya no sean los 60s, el espíritu hippie sigue pulsando. Por eso aún existen ciudades que se oponen al sistema mediático y a la maquinaria mega industrial que parece comerse todo a su paso. Estas ciudades, óptimas para el desarrollo de la cultura “peace and love”, involucran a los cinco continentes.
CIUDAD LIBRE DE CHRISTIANIA
DINAMARCA
Esta república independiente está ubicada en pleno centro de Copenhague y parece sacada de una fábula.
Se creó en el 71 cuando unos cuantos ciudadanos invadieron una antigua base militar para crear una sociedad alternativa con reglas propias.
Foto: Greg Emel
A los Christianianos no les ha ido nada mal, pues cuentan con bandera y moneda propia, no pagan impuestos y se auto gestionan los servicios públicos.
La calle más popular es Pusher Street, donde se consiguen algunas drogas, pues aunque no es del todo legal sí venden y consumen. Pero no se crean que es una ciudad de excesos, ya que tienen algunas reglas fundamentales para la sana convivencia: está prohibido el consumo de drogas duras, como la cocaína y la heroína, el porte de armas, las peleas y los carros.
Ciudad libre de Christiania está muy orgullosa de ser lo que es. En su salida hay un enorme letrero que advierte “Usted ahora está entrando en la Unión Europea”.
EL BOLSÓN
ARGENTINA
Su fama de ciudad hippie comenzó en 1969, cuando un grupo de personas emigraron a ese lugar con el fin de reivindicar la vida como ser humano; ya saben, conectándose con la naturaleza y dejando atrás el mundo industrializado y esos clichés sesenteros.
Foto: Jason Jones
“La idea original que los movía era la convivencia en grupo y llevar adelante el amor a la naturaleza, la comunidad de intereses y volver a la tierra, al autoabastecimiento y la paz interior”, asegura Matamala, escritor local.
¿Porqué El Bolsón? El lugar resulta un edén lleno de vegetación, lagos, ríos y unas montañas casi infinitas que parecen rascarle la panza al sol. Dicen quienes la visitan que cada elemento combina perfectamente para meditar al aire libre.
CHEFCHAOUEN
MARRUECOS
Otro encanto para los hippies es la llamada “Ciudad azul”, un destino exótico por sus calles con vista a las montañas del Rif.
Foto: Mark Fischer
Cuentan que pasearse por ese lugar es encontrarse con una variedad de artesanías autóctonas de la región como alfombras, telas y prendas de vestir, pintadas de colores llamativos y diseños únicos.
Y claro, dicen por ahí que en todo paraíso hippie hay drogas. En Chefchaouen se pueden contemplar las maravillosas montañas en compañía del hachís o el opio; y ya saben #ChillinginMarruecos.
KATHMANDU
NEPAL
Cada continente tiene su rinconcito hippie y Asia, al fin y al cabo, es un territorio ideal para la espiritualidad y la conexión con la naturaleza humana.
La capital de Nepal ofrece un reencuentro místico, ya que aún se pueden visitar los templos y palacios budistas e hinduistas.
Foto: Esmar Abdul Hamid
Todo comenzó en los 60s cuando una invasión hippie encontró en Kathmandu un espacio ideal para vivir al máximo el amor, el sexo, las drogas y la espiritualidad, pues este lugar hacía parte de la denominada ruta hippie, que atravesaba Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán e India, hasta finalmente llegar a Nepal. La calle más visitada de la ruta era la Freak Street, nombrada así por las personalidades excéntricas que allí habitaban.
Es por eso que actualmente en las calles de esta ciudad se encuentran cafés y tiendas que lo transportan al pasado con su diseño y actitud jovial.
Fue tan histórico el asunto que tienen una película: Hare Rama, Hare Krishna retrata aquellos días de encuentro hippie.
Además, por su economía es perfecto para mochileros; cuentan que con poco dinero se puede conseguir un buen hospedaje.
NIMBIN
AUSTRALIA
Nombrada por los medios de comunicación como “la capital australiana de las sustancias”, esta ciudad es un hogar de la contracultura; desde el Festival Aquarius, hasta el Woodstock australiano.
Cada mayo, desde 1993, se celebra el Carnaval Porreta, donde se incentiva la legalización, compra y venta de marihuana.
"Es como si una avenida llena de humo de Amsterdam se colocara en medio de las montañas, detrás de fachadas de edificios de Nimbin” afirma el escritor Austin pick. “Es un lugar extraño”, agrega.
Alrededor de Nimbin los cultivos de plátano fueron cambiados por marihuana. Ahora se le conoce como la “Región del Arcoíris”.
El cine local es diferente del convencional, pues en vez de sillas prefieren las hamacas para una máxima relajación. Y entre otras cosas, este rincón con vista a Nueva Zelanda también es conocido por su conciencia ecológica, lideres en la energía sostenible.
GOA
INDIA
Antes colonia portuguesa y ahora destino hindú que anima a sus visitantes a sacudirse de las cadenas del mundo, en Goa se encuentran varias playas vírgenes, perfectas para un reencuentro personal y espiritual.
Foto: Iain Tait
Desde los 60s estas playas fueron descubiertas y colonizadas por hippies que poco a poco fueron convirtiéndola en una escenario para la rumba libre y las drogas. Gente de Japón, UK, Australia y Estados Unidos llegaba en aquella época buscando la meca hippie; así lo describe Last Hippie Standing, un documental que hace un viaje en el tiempo.
Para los que realmente buscan tranquilidad hay playas más calmadas como Colva, que ni siquiera cuenta con un hospedaje. Que la arena y las palmeras sean su hostal natural.
Aquí la contracultura todavía está viva, pues muchos de sus visitantes nunca se fueron, prefirieron resistir al sistema en este paraíso natural donde reina el yoga y la medicina natural.
AREMBEPE
BRASIL
La playa es una constante en los sitios predilectos de hippies, y esta se resiste al paso del tiempo y a la postmodernidad.
Entre sus visitantes encontramos desde artistas como Mick Jagger o Janis Joplin, hasta poetas y escritores underground.
Foto: Turismo Bahia
A finales de los 60s, y durante los 70s, los hippies descubrieron que en pleno siglo XX este lugar no tenía ni siquiera electricidad. Es como si el rastro del humano se hubiera perdido en algún punto.
Su población, menor a 100 habitantes, se ha encargado de darle continuidad a la filosofía de respeto al medio ambiente. Hoy se mantienen algunas casas de paja, la vida comunitaria y la venta de artesanías.