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La pareja que creó el Jamming Festival

Hace 10 años abrieron en Chapinero Casa Babylon, el bar de reggae donde se les ocurrió la idea de traer en 2011 a Damian Marley y de crear el Jamming Festival, que este año llega a su tercera edición. Israel Vibration,  Fidel Nadal y Anthony B son algunos de los artistas que confirmarán por qué este es uno de los encuentros más potentes de reggae en Colombia. Cartel Urbano habló con los esposos Alejandro Casallas y Paola Moreno,  quienes esperan recibir, los próximos 31 de mayo y 1º de junio, a cerca de 10.000 amantes de este género. Esperamos que haya Jamming para rato. 

Sebastián Aldana Romero

Alejandro Casallas es odontólogo, pero ha pasado más tiempo coleccionando casetes de sus bandas preferidas, que revisando la dentadura de las personas. Paola Moreno, su esposa, es diseñadora gráfica, y si bien ejerce su profesión, la mayor parte de su tiempo lo invierte en el Bar Casa Babylon y el Jamming Festival, proyectos que fundó junto a Alejandro en el 2004 y 2011, respectivamente. 

A pesar de no ser músico, Alejandro conoció a los integrantes de Los Auténticos Decadentes, La Maldita Vecindad o las 1280 almas, entre otros, cuando apenas tenía 15 años. La cercanía que tuvo con los miembros de la Sonora Cienfuegos (banda que cerró el Rock al Parque del 97), le permitió codearse con artistas que años más tarde cantarían en Casa Babylon y luego, en el Jamming Festival. 

CARTEL URBANO (C.U.): Alejandro y Paola, ¿cómo fue su acercamiento al reggae y a la música afro? 

ALEJANDRO (A): Como a los 13 años empecé a engomarme con el reggae y el ska. Coleccionaba casetes originales de Mano Negra, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes, Skatalites y muchos más. También por esa época, mi amistad con Javier Fonseca, vocalista de Alerta Kamarada, y con los chicos de la Sonora Cienfuegos, me llevó a conocer a varios artistas de esta escena. 

PAOLA (P): A mí siempre me gustó experimentar la rumba bogotana, sobre todo la del centro. Aunque escuchaba reggae y ska, los ritmos que más me gustaban venían de San Andrés, como Magical Beat, que se reúne nuevamente para este Jamming. 

C.U.: ¿En qué momento deciden crear el Jamming Festival? 

A: Después del concierto de Damian Marley en el 2011 con el que celebrábamos los siete años de Casa Babylon. 

C.U.: ¿Por qué? 

A: Porque aunque era lunes festivo, la gente fue y la pasó muy bien. Nos dimos cuenta de que era el momento de incursionar en Colombia con una experiencia musical como la que ofrecen el Summerjan o el Rototom en Europa. 

C.U.: ¿Cuánto se demoraron convenciendo a Damian para que viniera a Colombia? 

P: Fue una cacería de cuatro años. Se negaba a venir si no era en una gira. 

C.U.: ¿Cuánto costó traerlo? 

A: 200 mil dólares si mal no recuerdo

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C.U.: Del cartel de este año, ¿cuáles fueron los artistas más difíciles de traer? 

A: Los top: Seeed, Israel Vibration, Mr. Vegas y Lady Saw. 

C.U.: ¿Cómo es el proceso de selección de los artistas? 

P: La última vez lanzamos una encuesta para que la gente votara por los artistas que querían ver en el siguiente Jamming. Algunos decían: “Traen a Mr. Vegas o a Bennie Man, pero no a los dos”. Miramos los resultados de estos pequeños debates, chuleamos a los artistas que sí podíamos contratar y descartamos a los que no. 

C.U.: ¿Cómo les fue en las primeras dos ediciones del Festival? 

A: No solo este, sino todos los festivales, tienen sus primeros años de totazos. El Jamming lleva dos años de totazos. El público ha incrementado y esperamos que con esta edición alcancemos el punto de equilibrio.

C.U.: ¿Por esto es que son tan caras las boletas de los festivales de música privados?

A: Desafortunadamente, aquí en Colombia el Estado no apoya lo suficiente este tipo de festivales: las boletas cuestan lo que cuestan por esa razón. Entiendo el disgusto de muchas personas, pero es que de las ganancias, más o menos, un 30% es para el gobierno. Y peor aún, es que no se hace nada con esa plata. Ojalá las cosas mejoren para poder vender boletas de 120 o 130 mil pesos. 

C.U.: ¿Cuál es el objetivo del Jamming Académico que se llevará a cabo este año? 

P: Lo que buscamos con esto es que si no te gusta la banda que va a tocar, vayas y escuches un poco de la historia del reggae, del papel de las mujeres en este género, del significado de la marihuana. Vamos a contar con la presencia de Diana Uribe que, quién lo creyera, es una enamorada de estos ritmos. Admira mucho a profetas como Alpha Blondy, los de Israel Vibration o el mismo Bob Marley.

C.U.: Pero además también habrá Jamming Social… 

P: Consideramos que el Festival, y el reggae en general, puede ayudar a crear consciencia. Desde hace un tiempo, venimos trabajando con tres fundaciones: Yo Soy Mi ONG, La Cigarra y Dame Más de Tu Amor, con las que desarrollamos distintas acciones como entregar kits de aseo a ancianos en centros gerontológicos y a menores con VIH. El año pasado también llevamos a niños de escasos recursos a Cartagena para que conocieran el mar. Últimamente, nos hemos aliado con fundaciones que velan por los animales y por la protección del medio ambiente. 

C.U.: ¿Por qué creen que esto pasa en un festival de reggae y no en uno de otro género? 

P: Me parece que estos artistas son más conscientes. Tienen una relación mucho más cercana con la naturaleza. Respetan la comida, los animales, el medio ambiente. En cambio, algunos artistas de otros géneros son más consumistas. 

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C.U.: Alejandro, cuéntenos un poco de la experiencia que vivió en el Rebel Salute en Jamaica. 

A: Es un festival 100% rasta. No solo asisten jóvenes. También se pueden ver señores de 70 u 80 años, con dreads, bailando y gozándose cada banda que se sube a la tarima, sin que los estigmaticen por su pinta. Tampoco hay lío por fumar marihuana. Uno ve por todos los lados a señoras vendiendo plantas de todas las especies. 

C.U.: ¿Le gustaría que en el Jamming no hubiera problema por fumarse un porro? 

A: Me encantaría, pero acá me sellan el festival. Sin embargo, la gastronomía, los jugos de remolacha y mango, el respeto por la naturaleza o la tolerancia, son cosas que me gustaría que el Jamming fuera adquiriendo. 

C.U.: ¿Cómo ven el festival en el futuro? 

A: Al principio eran 6 mil personas. Luego pasaron a ser 8 mil y esperamos que este año vayan unas 10 mil. Pero lo que más nos importa es que se gocen las nuevas experiencias que les ofrecemos. No nos parece descabellado decir que Bruno Mars o Rihana puedan llegar a presentarse en próximas ediciones.

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