“No quiero parar de moverme. No puedo dejar de sentir que, mientras bailo, descargo toda la mierda que tengo adentro. Es un momento mío y de la música: así esté rodeada de gente, soy yo con mi cuerpo y mi fuerza moviéndome hasta que se me estallen los pies”. Así describe Andrea Contreras su relación íntima con el Drum and Bass (DnB).
Podría describirse este género como la mezcla entre bajo y ritmo; un juego que también tiene melodías, ambientaciones, efectos y sonidos electrónicos que terminan en acordes que agitan espíritus y cuerpos.
Liquid Funk, Deep, Neuro funk y Crossbreed (hardcore) son tan sólo algunas de las variaciones que utilizan los DJs del género: un movimiento
underground que, bajo los principios de
‘fuck the system´ (Muerte al sistema) y
‘Do it yourself’ (Hágalo usted mismo), ha marcado distancia con sonidos comerciales, casi que manteniéndose en la clandestinidad.
Aunque en la década de los 90, Mutaxion, colectivo de música electrónica, organizaba fiestas, solo fue hasta el 2002 que Dj’s locales y europeos se unieron para crear el Bogotrax, un festival que duraba 10 días y cuyo corazón sonoro era el Drum and Bass.
Foto: Julián Pilonieta
Como la intención era tomarse la ciudad, se realizaron actividades de todo tipo: los artistas extranjeros y locales –sin remuneración- dictaban talleres de producción audiovisual y de sonido, mapping, mezcla, grafiti, arte, malabares y agricultura urbana, entre otras muchas cosas. Incluso, en el 2008, alcanzaron a reunir a 4 mil personas en un septimazo, sin permiso de las autoridades.
"Podría describirse este género como la mezcla entre bajo y ritmo; un juego que también tiene melodías, ambientaciones, efectos y sonidos electrónicos que terminan en acordes que agitan espíritus y cuerpos"
De repente, lo que comenzó con audiencias de no más de 60 personas en casas y parqueaderos de La Candelaria, terminó convirtiéndose en un espectáculo que reunió a más de 5 mil personas en algunas de sus versiones. Cada año se tomaron, durante los primeros diez días de febrero, plazas, parques, avenidas, galerías, museos y universidades.
Incluso, el festival llegó en el 2008 a las
cárceles Modelo, Distrital y El Buen Pastor. En esos espacios se realizaron toques y muestras de
break dance.
Fulana de Trax,
Dj Destro y
Dj SEPPUKU son algunos de los nombres que pusieron a bailar a los reclusos durante los cinco años en que el Bogotrax montó espectáculos en los patios de las cárceles. Por ejemplo, en el 2009 se realizó un tributo ‘entre rejas’ a
DR FLY, un Dj que murió por esa época.
El Bogotrax también trajo géneros desconocidos hasta entonces, como el
Dubstep. Grandes exponentes como
Miss Ficel,
Ink y
Sin pudor participaron junto a más de 300 productores, artistas y colaboradores locales.
Si bien el festival terminó su ciclo, no sucedió lo mismo con el DnB, que no sólo se quedó en la movida nocturna de la ciudad si no que se expandió a Cali, Medellín, Ibagué, Chiquinquirá, Tunja y toda la Sabana de Bogotá.
El Radikal Styles es uno de las fiestas que tomó la antorcha. El evento completa ya ocho años y, aunque no tiene la envergadura que tuvo el Bogotrax, sí busca ser más grande y trabajar con temática. Durante el año hay dos fiestas, una por semestre, con mucho techno, hardcore y drum and bass.
Existen colectivos que mantienen vigente la escena. El más importante es Re.Set, creado por Juan Sebastián Vargas y Jairo Vargas Rhenals, que tiene una filosofía de autogestión y quienes han participado en los encuentros más grandes e importantes de la escena. Han traído 70 artistas internacionales,de destacada trayectoria como Goldie, Ed Rush, Nymfo y Dom & Roland.
Una de las nuevas propuestas de la escena del drum and bass en Bogotá es Omniplace, un espacio que los Djs y productores Daniel Henao y David Andrés Fierro, crearon para la música y el arte. Dj Psycorp, Oscar Fagua y Juan Valero están entre los músicos, diseñadores y artistas que se han presentado allí.
Fotos: Cortesía Radikal Styles
Precisamente Henao cree que no basta con ir a las fiestas. “Para que la escena crezca debe haber amor por los otros espacios, venir a los talleres, a las galerías”, explica.
Stepz es un espacio de producción y difusión que nació de la mano de
Aleksandar Narancic, un serbio que decidió quedarse en Colombia organizando fiestas y haciendo talleres de producción musical. Para él lo más importante es profesionalizar la escena y que se pierdan los estigmas que giran en torno al consumo irresponsable de drogas.
También está
InBASSion, que se interesa en recuperar la identidad musical a través de instrumentos locales, como las gaitas, fusionados con ritmos como
el Dub, el reggae y el hardcore.
Diego Bassura es el líder de esta iniciativa que ofrece en La Redada talleres de mezcla con el
Dj Soundar (Francia) y talleres de estencil para niños de Chía, en el marco del festival
Akzion por el Río Frío. Una idea que busca proteger los recursos naturales y el principal río de la población.
El grupo
Bogota Proyect, de G
abriel Cuéllar, organiza fiestas a las que llega gente de todos los rincones de la ciudad. En su opinión “a la gente le encanta ir a las fiestas duras, de sonidos muy fuertes”.
""El Bogotrax también trajo géneros desconocidos hasta entonces, como el Dubstep. Grandes exponentes como Miss Ficel, Ink y Sin pudor participaron junto a más de 300 productores, artistas y colaboradores locales que lo hicieron posible"
Además de los colectivos, también están productoras como Mad Complex, tetzuo, Sub aka, Submassive, Bassassin, xue, S.T.H. Hypermood, Psydex, D-Audio, Cofla, Kajah, Noise Spectrum y Unreal Project. Pero son Brain y Semitone los que han logrado calar a nivel internacional.
Cada vez son más los jóvenes que se quieren dedicar a ser Dj’s, productores u organizadores de la movida electrónica. Para todos ellos, el mensaje de Dj Sebass, considerado por muchos como el ‘papá’ de la escena, es que gestionen por su propia cuenta, sigan vinculándose con la comunidad y llevando el DnB a los lugares más remotos como gestores independientes de la cultura.
