Club Ring: el canto de la memoria y el territorio

3/Jul/2015

Una banda de reggae del barrio Egipto quiere cambiar la realidad de su entorno por medio de la música y el arte. La ciudad, el barrio, la memoria y la vida en comunidad son los motores de esta agrupación de ocho jóvenes que no superan los 25 años.

José Barragán / @leflacguy

“Esto es un territorio que tiene problemáticas sociales como el 99% de esta ciudad y de este país”, dice Emigrante Diez al referirse al barrio Egipto, lugar en donde nació, creció y aún vive. Desde el 2013 dirige Club Ring, una banda de reggae que mezcla dance-hall, salsa, rap y cuanto ritmo les cuadre. Pero ellos son mucho más que música: también quieren recuperar la memoria comunal y usar el arte como arma contra los problemas a los que se enfrentan a diario.

Club Ring tiene ocho miembros en total: Andrés, Javier, Trazo, Sailent, Erick, Johnny Benito, Lucho y Emigrante. No todos son de Egipto, pero todos son de barrio. De Usme, Belén, de dentro y fuera de Bogotá; Emigrante armó su grupo en la casa cultural con la gente que quiso seguir su objetivo de trabajar por la comunidad. Así se juntaron los miembros.

Al principio fue sólo recocha, se reunían para montársela entre ellos. El nombre lo sacaron inspirados en un vecino al que le decían Ringo. “Este es un man que no perdía ninguna; la que no ganaba, la empataba”, comenta Erick. Así empezaron a llamarse en broma los ringos, “después quedó el club de los ringos”. Aunque el ‘ring’ tiene la connotación de boxeo, para ellos el asunto es algo más cercano a la lucha y la resistencia.

Durante un tiempo Club Ring fue un proyecto incierto. Hubo tensiones, el ego les ganó y vino una obligada separación. En diciembre del año pasado se reunieron por casualidad para un evento en el que faltaban bandas y hubo renovación de votos.

“Es la locura de no conformarse con esta realidad injusta, de decir que yo puedo aportar a un cambio que le sirva al barrio, a la gente”, comenta Emigrante. En la música, Club Ring ha encontrado el aliado para su labor social, “la música le gusta al niño, a la mujer, al anciano”.

Trazo afirma que es más fácil entrar con música, pintura, fútbol y deporte para generar cambios desde pequeños. “Los que ya están grandes y podridos, ya están podridos y grandes”, asegura. Pero incluso para el podrido hay mensajes en sus letras, “ sobre lo que hizo y lo que hace, para que vea que todo eso tiene repercusiones en la comunidad”.

“Es la locura de no conformarse con esta realidad injusta, de decir que yo puedo aportar a un cambio que le sirva al barrio, a la gente”

Fuera de la música, los miembros también participan de otras labores sociales. Lucho y Erick tienen una fundación, la Red Juvenil Artística (Reja), Trazo lideró una escuela de baile, Emigrante enseña grafiti; Club Ring viene a ser la unión de varios artes que confluyen en la música. No sólo buscan ser grandes, buscan un cambio social.

La memoria es un pilar de la banda en esa labor. Un accidente de uno de sus miembros les hizo asumir el peso de la palabra con sus distintos significados. Un día de 2014, en TransMilenio, Sailent recibió un palazo en la cabeza que le hizo perder la memoria. Las risas desaparecen cuando se habla de este episodio porque comprenden la magnitud de lo que significó el accidente.

La mamá de Sailent lo llevó por el barrio, le mostró sus amigos, los lugares que frecuentaba, pero él no reconocía nada ni a nadie.

“El grupo se reunió, prácticamente, para ayudarme a recordar, a volverme a enamorar de lo que yo hacía”, comenta Sailent. La música le devolvió la memoria, primero logró rapear, luego vino el resto. La banda se dio cuenta que la experiencia se podía escalar y por eso uno de los postulados de Club Ring es que la memoria comunal, la historia y tradiciones de los barrios no se pierdan.

Los miembros de la banda saludan a uno y otro vecino que se cruzan por las calles empinadas de Egipto, ya son parte del paisaje y se han ganado el respeto de la gente. Quieren seguir contando esas historias, en palabras de Emigrante, “sentir lo malo pa’ transformarlo en algo que le sirva a la gente para que diga ‘bueno, hay que seguir adelante’”