Ud se encuentra aquí INICIO Las Manos Que Mantienen Firme Matik Matik

Las manos que mantienen firme a Matik – Matik

Diez años después de inaugurado, este espacio cultural alternativo de la capital se ha caracterizado por su ambiente despreocupado y por convocar artistas experimentados y emergentes con propuestas de música vanguardista. Para unirnos a la celebración por su década dando lora en la escena bogotana, les presentamos a algunos de los personajes que hacen posible este lugar.

Daniel Fandiño / @sinsecuencia

Durante años, al melómano francés Julien Calais y a la artista plástica bogotana Diana Gómez los perseguía el sueño de abrir un espacio donde convergieran sus intereses artísticos. Estando en esas, la pareja pensó en ubicarse en alguna capital europea pero notaron que en Bogotá ya existía un fenómeno cultural bien constuitido, haciendo de nuestra capital la plaza perfecta para fundar Matik – Matik en marzo de 2008. Desde entonces, este lugar ubicado en Quinta Camacho se ha convertido durante su primera década en uno de los espacios culturales más apreciados por el público underground capitalino, sirviendo de escenario para que exponentes de múltiples géneros musicales se envuleven en una atmósfera que los obliga siempre a regresar.

ben.jpg

Benjamin Calais. Foto de Daniel Fandiño

Julien y Diana pensaron también en ponerle un nombre sonoro y de fácil recordación, que encontraron al observar un paquete de detergente Lavomatic. Con el nombre decidido, abrieron puertas en la Calle 67 con Carrera 11, y hasta allí llegó Benjamin Calais, hermano de Julien, persiguiendo su pasión por la música después de descubrir que la adminstración de empresas no era lo suyo. Ahora es el encargado de que todo salga bien en Matik – Matik, siendo su fuerte la exigente curaduría que hace de los artistas que se presentan en la tarima del lugar. “Matik se distingue de los demás espacios culturales por el gran enfoque de músicas de vanguardia (electroacústica, experimental, contemporáneo, freejazz, rock experimental y músicas improvisadas). Eso lo hace único en la ciudad y me atrevo a decir que hasta en el país”, dice Benjamin.

Pero además de los hermanos Calais y de Diana, tras bambalinas de Matik-Matik hay toda una familia camellando para que el espacio siga vigente y renovándose.

1_60.jpg

 

Liliana Ortíz o ‘Lily Matik’ es una vecina del sector que por casualidad se topó con el lugar justo el día de su apertura. Ahora, siete años después de poner a disposición su mano de obra, es la encargada de la parte administrativa, aunque se mete donde lo crea necesario, por lo general, tras la barra. Para Lily, los ‘rones arreglados’ son un plus que tiene Matik frente a otros espacios. “Son la especialidad de la casa en licor, en ninguna otra parte del país los vas a conseguir, hay frutales, aromáticos y picantes. Cuando uno los sirve es una gama de colores muy atractiva y de hecho hay clientes que solo vienen por los rones”, explica Liliana.

De todos los recuerdos que tiene, destaca una noche de miércoles en la que se presentaron cinco músicos, entre los que estaban Pacho Dávila, Jorge Sepúlveda, Santiago Botero, tocando para una audiencia de… tres personas. “Fue un concierto apoteósico, yo creo que en ninguna parte de Colombia se ven esta clase de eventos maravillosos. Fue como un concierto privado para nosotros y terminamos tomándonos una cerveza con los músicos”, recuerda.

2_63.jpg

Entre los leales empleados del bar también está María Teresa Reyes, prima hermana de Liliana, aunque “más hermana que prima”, como lo dice ella. María Teresa conoció el lugar primero como clienta: “Yo a Matik lo llamo ‘el hoyo negro’ de Bogotá porque acá entras y no puedes salir. Eso me pasó a mí”. Desde la barra recuerda un concierto que dio Sabroders, una banda de la casa. “Ese día se armó como una especie de pogo y hasta los músicos quedaron sorprendidos. Otro evento lindo fue el cumpleaños 40 de Lily. El jefe le hizo algo muy especial y ese día me di cuenta del aprecio que los clientes le tienen a ella”, cuenta.

3_58.jpg

Manuela Orduz, egresada de Música y Artes Escénicas de la Universidad Javeriana, llegó a Matik por un concierto de su universidad. “Nunca había escuchado del lugar y fue una sorpresa, desde que entré aquí por primera vez no salgo. Acá hago de todo: trabajo sonido, monto tarima y manejo licores”, cuenta Manuela, quien lleva seis años en Matik. Para ella, un concierto de enmarcar fue el primero que vivió en Matik. “Recuerdo bien que ese día tocó MULA y después del concierto se armó una fiesta impresionante. Una de las cosas más bonitas de acá es que el artista y el cliente están en el mismo lugar. Si te gustó mucho la música de alguien puedes sentarte a conversar con él o ella y tomarte una cerveza”.

9_25.jpg

También recuerda entre risas la vez que Edson Velandia estaba tocando y llegó la policía a montarla. “Matik estaba a reventar y los policías solo decían que iban a sellar, entonces salió el propio Edson a hablar con ellos. Nadie nunca supo qué fue lo que les dijo, el caso es que los calmó. Eso sí, tocó terminar el concierto pero para mí fue impresionante ver la colaboración del artista y de los clientes, eso solo se ve acá”.

Para que no le pierda la pista a los eventos planeados para los últimos días de celebraciones en Matik Matik, revise la Agenda Cartel.

 

Comentar con facebook