Ud se encuentra aquí INICIO Historias De Donde Viene La Esencia De Un Metalero

La angustia del metalero

¿El espíritu de un metacho se alimenta de una abundante cabellera? Breve ficción de un drama cotidiano. 

Juan Manuel Montes

El cepillo lleno de pelos descansa a la izquierda del lavamanos.

“Los espejos que dicen mentiras sólo existen en los cuentos infantiles”, le dice el reflejo de Esteban a Esteban. Y al revés.

Justo al otro extremo del lavamanos está la rasuradora eléctrica.

Esteban mira el cepillo peludo, luego la rasuradora.

“Deberías aceptarlo de una maldita vez, coger la máquina y raparte como lo hacen los calvos con dignidad”.

Esteban observa a través de la puerta del baño el interior de su habitación: afiches de Iron Maiden, Poison, Twisted Sister, Cinderella.

Mira nuevamente su cráneo y sostiene la vista en los amplios espacios que hay entre pelo y pelo.

Con la mano trata de acomodarlos para disimular lo obvio.

Entonces mira al cepillo con envidia porque tiene más pelos que él.

Parece el cepillo recién usado de un perro.

Y no hay plata suficiente para Bojaninis ni para implantes.

En un ataque de ira Esteban arranca a manotazos, uno a uno, los afiches con retratos de sus ídolos mechudos.

Lo hace como el gato que aruña la cara del amo que intenta bañarlo.

La cólera termina.

El metalero vuelve al baño y se para frente a su reflejo.

Un último afiche quedó pendiendo de un pedacito de cinta.

El hombre mira su cabeza una vez más, decidido.

 El afiche se despega por completo de la pared.

ilustracion_skull.jpg

Un día después uno de los tipos del camión de la basura deja caer una de las bolsas. Se riega el contenido.

Tres frascos de champú y cinco de tónicos capilares totalmente nuevos. También hay un cepillo lleno de pelos largos y negros.

 

Comentar con facebook

contenido relacionado