Desde que ingresan hasta que cumplen su pena, los presos en casi todas las cárceles del país deben pagar, incluso, por una pizca de sal. Por lo general, el ‘pluma’ (recluso y jefe) del patio es quien dispone del ingreso de sustancias legales e ilegales, de su valor y su distribución; también establece el monto del tributo de ingreso y valor de las celdas individuales y colectivas, que hacen parte de la oferta del mercado.
Apenas una persona llega a La Modelo debe pagar el ‘impuesto de entrada’ que, dependiendo del patio, representa un desembolso no negociable que oscila entre $70.000 y $100.000 pesos. Solo los presos de la tercera edad están exentos de pagarlo.
Si hay impuesto para entrar, también existe para salir; el ‘gravamen’ es de $100.000.
"Por lo general, el ‘pluma’ (jefe) del patio es quien dispone del ingreso de sustancias legales e ilegales, de su valor y su distribución; también establece el monto del tributo de ingreso y valor de las celdas individuales y colectivas, que hacen parte de la oferta del mercado"
Una vez adentro, deberá pagar cerca de $1´600.000, si quiere dormir solo, pues ese es el precio de una celda individual. De no contar con el dinero, puede acceder a una celda compartida si tiene entre $300.000 y $500.000, el costo no incluye la posibilidad de escoger el compañero. Se paga por una sola vez, pero si hay cambio de ‘pluma’ se tiene que volver a desembolsar para asegurar que el privilegio se mantenga, de lo contrario toca ‘tirar carretera’, expresión que significa dormir en el pasillo.
Un ex convicto, que pidió la reserva de su identidad, nos ayudó a establecer estos precios y otros datos como el valor de un rollo de papel higiénico, un celular y una semana de seguridad personal.
En el penal una gaseosa de 250 mililitros cuesta $2.000 y un tarro de alcohol puede costar hasta $40.000. Por eso, el precio del ‘chamber’ (el licor para emborracharse que mezcla alcohol puro con gaseosa) puede oscilar entre los 42 y 45.000 pesos.
La cadena de microtráfico ha tasado en $1.000 menos de un gramo de marihuana. El de bazuco está en $3.000.
Un cigarrillo en la cárcel, normalmente, cuesta $2.000. Sin embargo, los ‘plumas’ a veces afinan estrategias de mercado escondiendo la mercancía para poder vender la unidad a $5.000.
Se sabe que la colaboración de algunos guardias les permite a los ‘plumas’ entrar grandes cantidades de droga en los días de visita. “Por entrar 100 gramos de cocaína, por ejemplo, un guardia puede cobrar entre $500.000 y $1´000.000.00”, asegura la fuente consultada.
En la cárcel existe un almacén, administrado por los ‘plumas’, en donde se pueden conseguir los siguientes artículos con sus respectivos precios.
- Por un rollo de papel higiénico: $3.500
- Por una barra de jabón Rey: $3.000
- Por cepillo de dientes y crema dental: $7.000
- Por una cuchilla de afeitar: $3.000
- Por un corte de pelo: $2.000 (también se puede hacer trueque por una gaseosa).
- Por un paquete de galletas: $2.500
- Por un sobre de sal o azúcar: $2.000
Los ‘plumas’, además, se quedan con el 10% de la transacción.

Otros servicios
Un celular de gama baja puede costar cerca de $1´000.000. Sin embargo, en muchas ocasiones el INPEC interviene las antenas de comunicación y puede que la inversión resulte inútil.
También hay servicios de seguridad personal. Por $100.000 semanales dos presos asignados por ‘el pluma’ escoltan al ‘personaje’ que requiera este servicio.
Algunos cálculos estiman que en La Modelo el sobrecosto puede superar hasta en el 25 por ciento a los precios reales del mercado. Por eso, si no hay recursos, los convictos también pueden ofrecer su mano de obra. Entre los trabajos pasajeros para conseguir luca están lavar ropa de otros presos por $3.000 u ofrecer asesoría en tutelas y derechos de petición; $10.000 y $40.000, respectivamente.
Y para ratificar que en este país la frase de que “el crimen no paga” es pura carreta, la fuente consultada estima que los ‘plumas’ pueden facturar semanalmente cerca de $6´000.000 por el manejo de sus negocios entre rejas.