Muévelo Pacífico, un puente musical entre el pacífico y los Andes
A través del trabajo colaborativo y comunitario esta agrupación busca recoger las tradiciones musicales de las tierras de la marimba y traer los saberes del pacifico a la capital colombiana.
El Pacífico colombiano es una de las regiones más ricas y diversas en manifestaciones artísticas, culturales y musicales, tanto así que en 2010 la UNESCO clasificó las tradiciones musicales tradicionales provenientes de la comunidad afro del sur del pacífico como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Sin embargo, la llegada de la modernidad ha amainado el interés de los jóvenes por mantener viva la herencia cultural de las músicas de marimba y otras tradiciones, como lo demuestra la Agencia AUPEC basada en la investigación del historiador de la Universidad Del Valle Mario Diego Romero.
“Existen lugares en donde no se encuentra una marimba, porque quien fabricaba o interpretaba este instrumento musical, ha muerto y ya no hay quien siga sus pasos. A pesar de todo hay un esfuerzo por conservar las tradiciones; algunos grupos comunitarios están trabajando en este sentido”, afirma el historiador.
Muévelo Pacífico nació hace casi cuatro años como una apuesta por rescatar estas tradiciones musicales e identitarias, así como con la intención de llevarlas a otros territorios como la capital del país. Las artistas La Ruka y María del Rosario Cardona son las creadoras detrás de este colectivo.
María del Rosario empezó a investigar sobre las músicas negras buscando volver a sus raíces. Por temas familiares viajó al Valle del Cauca, lo que hizo que se sintiera aún más atraída por los rituales de celebración y los orígenes africanos de la música del pacífico. “Me tocó mucho la música del Canalón de Timbiquí, me di cuenta que en todo el pacífico hay una cultura de expresión muy fuerte a través de la música y no solamente de fiesta sino de todo tipo de rituales”, cuenta.
Al regresar a Bogotá de su exploración por el pacífico, María del Rosario le comentó a la artista La Ruka, a quien conocía desde un par de años, que en las comunidades que había visitado había visto que se estaba perdiendo la tradición musical y los niños no conocían la herencia musical de sus territorios. Coincidiendo con María del Rosario en su preocupación, decidieron apoyarse mutuamente y empezaron a hacer talleres de danzas del pacífico con música en vivo en Casa Kilele. “Esos talleres eran un rescate de información de nuestra cultura”, cuenta La Ruka.
(Conozca ‘Las historias de las mujeres pogueñas protagonistas de ‘EnAguas’ de Ensamble Majagua’)
“El cierre del ciclo de talleres fue una fiesta, un jam, en el que invitamos a varios amigos a participar y a tocar. Yo estaba de Dj y La Ruka se montó con su música, estaba John Socha en el clarinete, la marimba de César Marquinez y en la percusión John Edward Arrechea. El jam fue un éxito y ahí pensamos que teníamos que seguir haciendo esto. Así empezó toda la historia musical de Muévelo Pacífico”, cuenta María del Rosario.
En sus inicios, las creadoras detrás de este proyecto tenían el propósito de unir a las personas del pacífico que estuvieran en Bogotá con otros músicos. Esta iniciativa las llevó a construir un puente para que la cultura y la música negra del pacifico se conociera más en la capital colombiana. Así, el interés de María del Rosario por las tradiciones musicales del pacífico sumado a las experiencias de vida y el conocimiento de La Ruka como hija y heredera de esas tierras, fue convirtiéndose para ellas en un intercambio cultural y un aprendizaje diario muy valioso.
“Ese puente que nos unió para crear Muévelo Pacífico ha sido una experiencia maravillosa porque siempre estamos aprendiendo cosas de ambos lados. Bogotá ha sido ese escenario para poder mostrar lo que nosotros tenemos en el Pacífico. Fusionamos la salsa, el hip hop, todo lo que tenemos. No dejamos de aprender”, dice La Ruka.
En Muévelo Pacífico La Ruka es la encargada de componer y ponerle la tradición y el flow en sus líricas, mientras que María del Rosario, es cantante y DJ del proyecto y se encarga de temas de gestión y contactos. Puesto que al comienzo no tenían música propia, La Ruka aportó sus pistas y la música que ya había hecho para arrancar con el proyecto, un gesto que destaca María del Rosario. “Eso ha sido un acto muy bonito de La Ruka para no quedarnos paradas sino ir pa' lante. La cultura del pacífico tiene mucho eso de ¡no importa, así no nos apoyen, vamos pa' lante!”, dice.
“En mis composiciones yo hablo sobre el maltrato a la mujer, hablo del baile del pacífico, de la comida, de las costumbres, de los sueños de la gente del pacífico. Ahorita, con el proyecto de Jazztropicante hice un tema sobre la unión de las mujeres, luchar todas por el mismo lado. Siempre en mis líricas hay una experiencia nueva, siempre estoy descubriendo cosas en mis composiciones y me gusta porque siento que no me muero en este proceso, que me estoy retroalimentando siempre”, explica La Ruka.
Estas dos mujeres con caminos distintos, pero que han sabido converger en la experiencia de la música y en el difundir la identidad regional, han logrado complementarse mutuamente para construir un nuevo sendero. La Ruka es una trabajadora social, MC y víctima del conflicto armado, nacida en Anchicayá y criada en Cali. Esta creadora ha encontrado en la música urbana un camino para contar sus historias y las de su tierra. Por su parte María del Rosario, es artista visual, cantante, performer y Dj.
“Para mí fue un alivio encontrar a alguien que me entiende, con quien empujar porque estamos en la misma lucha. Nos seguimos la cuerda mutuamente, si alguna tiene una idea es como ¡hágale! Tenemos una trayectoria similar, aunque Ruka tiene más años que yo en la música, pero a ambas nos ha tocado solas”, comenta María del Rosario.
(Le puede interesar ‘El amor negro y diverso de Posá Suto’)
También, se sienten ligadas por sus procesos como mujeres en la música. Las dos han tenido que enfrentarse a los obstáculos de una industria machista. Como la misma María del Rosario explica, ir juntas y apoyarse es el principio feminista de Muévelo Pacífico. “Que seamos dos mujeres –dice María del Rosario– hace de la puesta en escena algo muy poderoso. Somos dos mujeres botando mucha energía positiva arriba, ese poder y esa presencia, un carisma muy femenino, una energía más de abrazo y gozo compartido. Además, las letras de La Ruka son super feministas, de lucha”.
Por otro lado, Muévelo Pacífico también tiene un fuerte componente de carácter social. Ruka siempre trabajó con la comunidad de manera empírica y hace poco pudo formalizar sus estudios como trabajadora social gracias al apoyo de la fundación multiétnica Mujeres Guerreras.
Así mismo, Muévelo Pacífico se piensa como un colectivo, pues además de ellas dos, siempre tienen abierta la invitación a otros músicos. Ellas no ven su proyecto como un grupo musical cerrado, sino que parten del principio del trabajo con otros, del trabajo colaborativo. La idea es apoyar y visibilizar otras apuestas musicales en consonancia con la suya, y aunque no de manera exclusiva, se inclinan más por resaltar el trabajo musical femenino.
Actualmente estas creadoras están enfocadas en trabajar directamente con la comunidad de La Barra, cerca de Buenaventura. Cuenta María del Rosario que “la idea es empezar a trabajar con esta comunidad en temas pedagógicos rescatando su música y su identidad, formación musical, talleres y experimentación musical con los locales. Queremos generar impacto social desde la música que hace Muévelo Pacífico”. Además de ampliar el colectivo invitando a artistas a participar desde una perspectiva pedagógica, María del Rosario explica que también tienen en mente colaborar con la economía local, visibilizando productos propios del pacífico y hechos por la comunidad como el viche.
Estos esfuerzos, dice La Ruka, están dirigidos a “rescatar las historias que tenemos en nuestra tierra, educar a los jóvenes en esas costumbres que se han perdido y si se puede, empujar el comercio, lograr que sus productos se vuelvan más visibles”. Mostrar otra opción de vida para los jóvenes en la música para evitar así que entren al conflicto y hacer de la cultura y la música opciones formales, que ofrezcan oportunidades reales y sean un escape a las problemáticas de la comunidad, son, como complementa María Del Rosario, algunos de los objetivos a los que se dirige el trabajo de esta iniciativa.
Los talleres que están planeando para La Barra están enfocados principalmente en niños y jóvenes de la comunidad. Aunque, como dice La Ruka, para hacer música no hay edad, ellas ven en la infancia un tiempo ideal para la reapropiación de la cultura y en la adolescencia un camino para afianzar la identidad cultural.
El estilo musical de Muévelo Pacífico parte de la música urbana, hip hop fusionado con salsa, salsa choke, ritmos de marimba. Como ellas mismas lo describen, “una mezcla la calle con la selva, la capital con el litoral, un experimento en colectivo que incita al baile, al berembembé. Es fiesta urbana y perreo pacífico”.
Si bien la autogestión ha sido la manera en que han logrado moverse hasta ahora, también han contado con el apoyo de iniciativas como PopUp Art , que les ha ayudado con la circulación y organización del colectivo desde la independencia, y Biche, que les ha hecho booking.
Aunque la llegada de la pandemia frenó por un tiempo el proceso de composición de temas propios, poco a poco lo han ido retomando. Sin embargo, son muchas las cosas que se vienen para Muévelo Pacífico, entre ellas el lanzamiento de su primer EP, el trabajo con la comunidad de La Barra a mediados de este año y continuar la tarea de traer a la montaña “los encantos ancestrales de la selva y los saberes del litoral pacífico”, como ellas mismas dicen. Revitalizar la cultura ancestral y la riqueza cultural de esta región incitando al baile con este experimento colectivo es la apuesta de esta agrupación a la que no podemos perderle la pista.
Siga a La Ruka, a María del Rosario y a Muévelo Pacífico en sus redes y no se pierda este trabajo de memoria y creación colectiva.