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Fotos cortesía de SAKS

En los tags habita la tinta y el alma del grafiti

Han pasado más de 20 años desde que la cultura hip hop tocó a la puerta de SAKS, un referente del grafiti bogotano que es la mente detrás de Tinta Alma. Esta marca se ha mantenido en la escena de escritores no solo por su calidad sino también por la disciplina y el empeño que le ha metido SAKS.

Que la gente entienda que los throw ups y los tags que usted vea se hacen con sentimiento real mientras otros lo cogieron como juego

Sobre ladrillos y cemento - APN Beatz (2008)

 

En la historia neoyorquina TAKI183 es una figura emblemática que en los setenta marcó un hito sin saberlo mientras trabajaba como mensajero e iba dejando tags por la ciudad. En Bogotá algo parecido pasó con SAKS, un escritor de grafiti que trabajó en una empresa entregando correspondencia. Ir de lado a lado le permitió, así como a TAKI, llenar de firmas la ciudad veloz y constantemente, hasta que firmó con una piedra de esmeril en el ascensor de la biblioteca Virgilio Barco. Mala fortuna: había una cámara apuntándole. SAKS perdió su trabajo pero no la pasión de los tags

Desde que era un pelado este escritor ha vivido en La Estrada, un barrio de la localidad de Engativá en el que empezando los 2000 no había mucha movida rapera o de grafiti. Según SAKS, para la época todo estaba en barrios como Villas de Granada, Garcez Navas, Bolivia, Quirigua, Bachue e incluso más hacia Suba, por lo que le tocaba ser muy autodidacta y empaparse con “lo que podía pillar de internet y lo que implicaba ir a los festivales a comprar lo que hubiese de revistas. Era como invertir en adquirir el conocimiento”, comenta.

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Por esos años las salidas a bombardear eran una constante que implicaba contar todo el tiempo con la pintura y las tintas que exige el ejercicio callejero. Para el año 2007, durante el Festival Aerosoul en Bogotá, SAKS le compró un Pilot a Joems, un marcador cuya “tinta era super brillante, usted hacía una firma y si era algo que reflejaba quedaba como un espejo negro. De hecho, el tag que yo hice y que me enamoró de ese marcador lo tengo guardado: esa hoja la tengo guardada”.

Además de Joems, uno de los pioneros en el mercado hip hop es Ecks, un referente para SAKS y para los escritores de grafiti de antaño a nivel local y nacional. Ecks vendía por esos años compilados de rap en mp3 y una tinta cromo que le permitió a SAKS cargar un griffin y hacer esos primeros tags gruesos de tinta plateada y bien brillante, “al estilo neoyorquino”. A Ecks, asegura SAKS, la escena le debe mucho y “muchas veces los pelados de ahora son irrespetuosos con la escena al ser ignorantes. La ignorancia es una falta de respeto con los que vienen atrás”, señala SAKS que además fue clave en el surgimiento de la agrupación de rap Aerophon, junto a Ruzto y Takuma.

La falta de plata para acceder a implementos de calidad llevó a SAKS a desarmar marcadores desde el día cero para entender cómo funcionaban y detallar la tinta. Ahí empezó todo el aprendizaje. Mezclaba perspicazmente tintas y a punta de prueba y error llegó a un resultado que se adhería muy bien a ciertas superficies, era difícil de borrar y tenía un brillo que llamaba la atención.

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Para este escritor el tagging culture es la base del grafiti. Si bien mucha gente que pinta prefiere hacer piezas o bombing, SAKS asegura que los tags son el origen de todo el ejercicio y que el tagging, por lo efímero, necesita mucha disciplina tanto para hacerlo bien como para que sea realmente notorio en la calle.

“En mis inicios lo que me enamoró del grafiti y lo que me hizo ver que el grafiti se expandía por el mundo fue el tagging. No fue lo bonito. Lo que hizo que a Taki lo pusieran en el New York Times fue el tagging. A mí no me interesaba hacer bombas o piezas, no me daba por la plata y tampoco tenía el interés. Estaba feliz con solo hacer tags. No había el dinero para acceder a buenas herramientas, lo que todo el mundo usaba era Posterman”, explica SAKS. 

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La tinta que había salido de tanta exploración inicialmente era para el parche, la compartía con sus parceros más cercanos para salir de tagging, hasta que en el segundo semestre de 2008, cuando se hizo la primera versión de Memoria Canalla, conoció a varios artistas del APC Crew con quienes entabló amistad, especialmente con StinkFish y AEON, hasta llegar a hacer parte de ese grupo, uno de los que más representa el grafiti latinoamericano a nivel global.

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“Ahí ellos ven que yo hacía mis propios marcadores (...) Ese año también se hizo acá el Festival Spray Beef, uno de los primeros de batallas de grafiti. Ahí como que se enteraron de que yo hacía mi propia tinta y marcadores y me preguntaban si los vendía. También fue cuando vino Martha Cooper y después de la charla que dio en el Museo de Arte Moderno de Bogotá me motivaron para que llevara para la venta, entonces esos fueron los primeros Alma que se vendieron y ya a partir de eso se regó la bola y empezaron a pedirme marcadores”.

En 2009 Tinta Alma fue la manera en que bautizó y condensó todos los años de experimentación hasta llegar a ser lo que es hoy: un producto referente en medio de la movida del grafiti local. Cualquier persona a la que le llame la atención el tagging y haya utilizado un marcador con Tinta Alma sabe que es una vuelta distinta, el brillo y la duración que tiene esta tinta sobre ciertas superficies es única, de calidad.

“Más que influenciar, Tinta Alma ha tenido la misión de continuar el legado de lo que quizás otros actores del grafiti iniciaron en algún momento. Mientras muchas marcas van mutando según lo que el negocio o un beneficio económico les diga, Tinta Alma procura mantenerse en las cosas más esenciales del grafiti (...) Es una tinta desarrollada con la intención de perdurar en la calle y a un precio justo”, dice SAKS.

Tinta Alma paró durante cinco años y en 2018 retomó luego de que SAKS viera nuevamente la necesidad de la producción de tintas pensadas y creadas estrictamente para la calle. “Ahorita estamos encontrando el camino de desarrollar aún más esa visión del tagging culture y construir esa cultura en nuestra escena”, añade.   

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SAKS y Tinta Alma se dejan ver como una bandera del aguante y la disciplina necesaria para el ejercicio. El grafiti es serio y debe ser estudiado. La manera de SAKS de dejarle algo a las generaciones de escritores venideras es a través de la práctica, de hacerlo hasta el cansancio porque  “el spot soñado es el siguiente”.

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