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Ilustraciones por @burdo.666

Así componen y ensayan algunos músicos durante el aislamiento

La música ha encontrado formas de hacerse un lugar en la cotidianidad de la cuarentena. Durante el aislamiento, bandas y solistas han buscado nuevas maneras de dar forma a los temas producto de estos días inciertos.

Nicolás Gómez Ospina // @ngospina14

Por estos días cuadrar horarios, ideas y formas a través de la pantalla se ha convertido en la rutina de muchas bandas. Para nadie es un secreto que el aislamiento ha transformado los ritmos y encuentros de muchos artistas, quienes hoy se sientan frente a sus computadores o celulares para discutir las cosas que antes podían hablar en una sala de ensayo.

Con cada semana que llega en este confinamiento han llegado también nuevos resultados de ejercicios experimentales de composición y encuentro que revelan los activados que muchos artistas están durante este tiempo.

Por ejemplo, Moravia City Rappers, un colectivo paisa de MCs que le apuestan al cambio y a la memoria a través del rap, lanzó su canción CuarenTema el 20 de abril. Uno de estos primeros ejercicios que con las barras de Skinny, Despiste y Yidaki narraron la realidad de su barrio durante el aislamiento. Pino El Bardo, director de esta iniciativa, cuenta que “el principal reto fue la comunicación, porque hay dos compañeros que han tenido dificultades para conectarse a internet, fueron más de quince días planeando y esperando estar juntos en línea para poder ir puliendo la idea”.

Debido a esas dificultades de conectividad y técnicas que ponían en riesgo la calidad del producto final, Pino decidió convocar a una parte de los MCs en la terraza de su casa  para grabar los audios. “Creo que cada uno puso puntos de vista diferentes, a pesar de ser cinco los que escribimos sin vernos en ningún momento”, cuenta Pino, quien también se  encargó de la edición de los videos.

La creatividad ha sido una de las herramientas que artistas alrededor del mundo han utilizado para sobrellevar la situación por la que estamos pasando. Son nuevas las formas de producir canciones, así como los espacios a retratar, circunstancias que han influido también en las nuevas producciones.

“Creo que es natural en los artistas reaccionar a través de su medio frente a la coyuntura. Así fue en el Paro Nacional y ahora que tenemos la posibilidad y el privilegio de aburrirnos, podemos abrazar este aburrimiento desde los dotes creativos que más nos representan”, dice Santiago Navas a propósito de la relación entre aislamiento y creatividad.

Además de los temas que ha sacado por su parte, Santiago también hizo parte de Cuarentemas,  un disco producido por el Sello In-Correcto que reunió 31 canciones de artistas nacionales en las que estos pusieron sus inquietudes y deseos producto de los tiempos de cuarentena.

(Conozca ‘Cuarentemas’ inaugura un nuevo género musical: el confinamiento)

Por su parte, respecto a esa relación de aislamiento y productividad, Julián Meneses de Biselad, señala que “la búsqueda del quehacer creativo ya conlleva un montón de inseguridades, ansiedades y añoranzas como para sentir que el tiempo libre o el aislamiento deben (o no) potenciar o permitir las labores creativas”. Esta es una opinión que comparte su compañero Nicolás Gutiérrez para quien “es importante darse el espacio para sentir esta situación en el cuerpo, no solamente teorizarla, trabajar sobre ella y crear a partir de ella, sino sentirla y vivirla en lo que es”. Según cuenta Nicolás, con la cuarentena temía que las diferencias en cómo cada uno percibía el encierro resultara en una desconexión sonora al final del trabajo.

Como es natural, cada uno afronta el aislamiento desde su experiencia personal. Por ejemplo para Pablo Robles, percusionista de la banda , este aislamiento ha sido un incentivo para encontrar nuevas formas de hacer música, ya sea grabando a distancia, aprendiendo y experimentando con mezclas o ideando formas de improvisar o tocar juntos sin estar en el mismo lugar. Por estos días lanzaron su tema No Sabiendo para el que utilizaron tapas de ollas, cucharas y hasta frijoles para hacer la percusión.

Por  lo que cuentan los artistas,  el mayor problema a la hora de componer o ensayar durante el aislamiento está en la falta de insumos que de otra forma podrían suplir los espacios tradicionales como las salas de ensayo o los estudios, espacios que cada vez ven más lejanos una reapertura. Sin embargo, muchos se han armado con lo que tienen a la mano en sus casas para no frenar el desborde creativo que puede alcanzarse a través de la experimentación.

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Así mismo, carpetas colaborativas y tablas de Excel se han hecho fundamentales en estos  días para hacerle seguimiento a las ideas de algunas de las bandas. Eduardo Quintero de Babelgam cuenta que no han parado con las labores de composición, y que se han valido de Google Drive para tener las ideas organizadas. “No es lo mismo que reunirse en persona. Además si no se tienen los equipos necesarios y cierto tipo de aspectos técnicos no funciona. Yo digo que ha sido más un trabajo autónomo”, dice.

En el caso de Babelgam, que se preparaba para su presentación debut en el Estéreo Picnic, las reuniones virtuales han servido para enfocarse en otras facetas de la banda como cuadrar lanzamientos, comunicaciones y producción de mercancía, en lugar de servir para ensayos grupales.

Un caso parecido es el de Nicolás Mejía, guitarrista y cantante de Conjuro Epiléptico, S.C.U.M y Los Niños Telepáticos. Según cuenta, “ensayar no ha sido posible, pero ha sido un momento clave para preparar un montón de material que estaba ya agendado con todos los proyectos”. En este tiempo de cuarentena Nicolás ha podido avanzar mucho en letras, en especial para su proyecto como solista. Las dificultades técnicas, sin embargo, han confinado esas nuevas ideas al papel y a la cabeza.

Con todo, bandas como Arrabalero –quienes estaban más afinados en estos procesos de composición a distancia– ofrecen un contraste. Juan Sebastián Aguilar, guitarrista de la banda cuenta que incluso desde antes de su salida del país (lleva fuera casi un año) han montado música a punta de grabaciones con el celular. Según cuenta Aguilar, utilizaban estos audios para crear los planes de trabajo en los ensayos.

Hace poco lanzaron No me quiero doler, una canción que nunca habían tocado en persona y que hicieron a través de sus celulares. Pero el hábito, sin embargo, no implica que el proceso sea sencillo. Según cuentan, cuando ya tenían una base pensada, Juan Sebastián y Luisa se encontraron por Skype para cuadrar los últimos arreglos en una reunión que transcurrió con dificultades. “Como Skype apagaba el micrófono de Luisa cuando yo tocaba, no escuchaba los arreglos que ella había hecho. Ella grabó esto y me lo mandó y entendí de qué se trataba”, cuenta.

Por otro lado, estar en la casa también ha servido para que otros artistas que están más ligados a los ritmos de la industria y sus presiones se sientan más cómodos y puedan abrirse a la experimentación. “No me había permitido producir de cero una canción porque pensé que era algo para lo cual no era buena, pero creo que el mismo reto y las ganas de sorprenderme fueron dos catalizadores muy importantes”, dice al respecto Elsa Carvajal de Elsa y Elmar. Elsa se encerró en su casa y para hacer las paces con muchas cosas que tenía en la cabeza decidió embarcarse en el reto de crear una canción por día, terminó produciendo un EP completamente nuevo y casero.

Aunque este EP de Elsa y Elmar fue una sorpresa, para ella falta aún tiempo para que saque nuevo material. Según cuenta, su trabajo fue en este caso una suerte de mecanismo de defensa para poder llevar su mente hacía un nuevo estado de las cosas. Ahora que logró sacarse eso cuenta que se ha alejado un poco de tocar y no ha escrito nada más. “Creo que requiere tiempo para que todos esos pensamientos y sensaciones que se van experimentando agarren forma y explicación intelectual que luego puedes poner en una canción”, agrega.

Las ventajas de la tecnología también han permitido que se estrechen los lazos entre ciudades a pesar del aislamiento. Armenia de Bogotá y Pavlo de Medellín lanzaron hace pocos días No volverás, una canción producida completamente a partir de FaceTime. Cada uno, a su modo, se la jugó por probar algo nuevo. “Siempre he producido en casa, mi cuarto es como mi templo de creatividad, pero trabajar con otro artista a distancia fue algo nuevo para mí, no es lo mismo reunirte con alguien a crear en un mismo espacio que por videollamada”, cuenta Pavlo.

Componer y ensayar ha sido un reto en estos días, sobre todo para las bandas que buscan una unidad en su música. Sin embargo, todo augura que con el aislamiento vendrán nuevos sonidos, experimentación y letras que sabrán dar testimonio de lo que vivimos.

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