Cuatro empresas de bicimensajería para que desinstale Rappi y apoye el trabajo digno

Más de un colombiano emprendedor saltó dichoso cuando Rappi, esa mancha anaranjada que ya hace parte del paisaje nacional, superó los mil millones de dólares durante su proceso de levantamiento de capital, convirtiéndose en el primer “unicornio” colombiano. La fábula de Rappi, que inició con el “sueño” de tres amigos colombianos, ha expandido sus fronteras más allá del país y hoy es contada en México, Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay. La historia del unicornio colombiano que, con su carismática conexión de personas y productos a través de la tecnología y la innovación, ha cautivado el corazón de más de un soñador, también ha traído consigo una serie de acusaciones de explotación laboral a nivel internacional que ensombrecen su imagen triunfal.

Nada que hacer: la empresa, fiel a las técnicas del tecnocapitalismo, supo responder al momento. Su imagen amable ha sabido abrazar a los consumidores que asumen que los empleados –en su mayoría venezolanos, según comentan empleados de la empresa– reciben buen pago y trato. El fenómeno es complejo e incluso paradójico: empresas con estos formatos ofrecen oportunidades de trabajo para quienes las necesitan con urgencia o tienen tiempo libre, pero al tiempo, tienden a edificarse en los oscuros fondos de la precarización laboral. La informalidad laboral (que según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario se ubica en el 42.7% en las principales ciudades del país) y la falta de prestaciones son algunas de las condiciones con las que trabajan los rappitenderos y parte de las causas que condujeron a la creación del primer sindicato de plataformas digitales este año en Argentina. 

La fábula del unicornio colombiano no sólo ha abierto el debate sobre las nuevas maneras de explotación laboral sino que ha supuesto también un problema a las empresas locales que desde hace tiempo buscan construir un gremioresponsable con el trabajo digno. Apenas visible, pero sólida en sus bases, la bicimensajería en Colombia es una opción laboral que gana cada vez más nombre y que hace frente a las empresas que disfrazan la explotación con el maquillaje de la innovación. 

“Nuestro mercado se ha abierto más por el voz a voz. Un poco por redes, pero más que todo por la referencia con cada cliente con que empezamos. La bicimensajería de nosotros empezó radicando recibos, pagando cosas muy básicas, hasta que fue creciendo y decidimos formalizarlo. Nosotros también hacemos que el cliente viva una experiencia, que no sea solo hacer una entrega sino prestar un servicio especial al cliente y estar pendiente de qué necesita”, dice Daniel Robles de Viejos Zorros, quien agrega que además de preocuparse por el cliente la empresa también ofrece garantías a los mensajeros, dándoles tiempo para su estudio y otros beneficios. 

La manera de cobro de estas empresas es sencilla. Se cobra según la cantidad de kilómetros que el bicimensajero deba recorrer y según el tipo de paquete que tenga a su cargo. Si el cliente necesita un envío lo más rápido posible, la tarifa puede aumentar. Desde mercados para cenas especiales, pasando por documentos urgentes y llegando hasta cajas grandes y pesadas, la bicimensajería sigue siendo una de las opciones de mensajería más eficaces, sobre todo en ciudades donde la movilidad es tan caótica como Bogotá. La aplicación y los números de teléfono son las formas de contacto de estas empresas que se mueven en el voz a voz. 

Según comenta Sebastián Barroso, gerente general de Ciclomensajeros, la pasión por la bicicleta y el compromiso de la gente es lo que al final hace a las empresas de bicimensajeros ser lo que son. “Algo que he encontrado es que la compañía, más allá de números y cosas que se puedan hacer para generar rentabilidad, se compone de gente y la gente es la base de toda estructura organizacional. Si la gente no está identificada con el proyecto, no funciona. Yo siento que ese es un componente importante en las empresas de mensajería, esa identidad, esa disposición de hacer las cosas, porque los mensajeros son la cara de la empresa, si ellos están contentos hay un buen servicio”, dice Sebastián. La consolidación de una identidad en torno al oficio, dicen los bicimensajeros, garantiza también un buen servicio, elemento que no es fácil de ver en empresas como Rappi, donde la necesidad obliga a tomar el vehículo sin ningún vínculo o práctica. 

Viejos Zorros, A pedal, Bike Express (Cali) son algunas de las empresas que hacen parte de una comunidad que crece cada día más a pesar de los retos –la bicimensajería es uno de los trabajos más peligrosos del mundo– y que, juntas, trabajan en pro de un negocio cada vez más rentable y menos informal. Los precios pueden ir desde los 15.000 pesos hasta los 30.000 mil, según la distancia y el tipo de paquete que tenga que llevarse, un valor que se justifica cuando se piensa en el esfuerzo que tiene que hacer el mensajero para llevar el paquete lo más rápido posible. Aquí le presentamos algunas empresas para que apoye el trabajo digno y realice sus envíos con eficacia y calidad.

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Fixeito

310 325 9286

Fixeito es la primera empresa de mensajería consolidada en Colombia. Creada hace seis años por Manuel García, ha sido durante su trayectoria la escuela de muchos bicimensajeros y un referente importante de la cultura de la bicicleta en Bogotá. Según señala Manuel, fue Fixeito Messenger la empresa que creó el modelo de negocio actual en el que se cobra por kilómetro recorrido y ha ayudado a la consolidación de la cultura de la bicimensajería a través de su trabajo en redes sociales y a nivel audiovisual. “Para nosotros lo primero es la bicicleta como un instrumento de revolución en dos ruedas. Todos los bicimensajeros hemos dejado de lado nuestras actividades profesionales. No por la bicimensajería pero sí por la bicicleta que es la mejor oportunidad para vivir”, agrega. 

Queens Mensajería 

320 202 0040

Dirigida por Katherine Suavita una de las veteranas de las bicimensajería y el ciclismo urbano en Colombia, Queens Mensajería es la primera empresa de bicimensajeras en Colombia y un referente a nivel internacional. Conformada por mujeres madres y artistas, Queens ha ayudado a la consolidación de otras empresas de bicimensajería en el país, así como a mantener la cultura de la bicicleta en Colombia apoyando la gestión de encuentros ciclísticos.“Nosotras preparamos a nuestras bicimensajeras en el manejo logístico, el trato al cliente y la seguridad ciudadana. Queremos profesionalizar a nuestras bicimensajeras a travéz de capacitaciones, charlas y entrenamientos para que dejen de considerarnos como un negocio informal”, dice Katherine. Legalización de documentos, cargas sobredimensionadas, entregas constantes semana tras semana, son algunos de los servicios que Queens ofrece a sus clientes en la capital.

Viejos Zorros

313 440 0002

Velocidad, seguridad y confianza son las tres palabras insignia de esta empresa de bicimensajería que trabaja desde hace cuatro años. Viejos Zorros es una de las pocas empresas de bicimensajería que ofrece un servicio completo de recolección, piking, paking, almacenaje y distribución de mercancías hasta de 100 kg. “Viejos Zorros es una empresa comprometida con un empleo estable, somos una de las pioneras en pagar salario mínimo con todas sus prestaciones de ley y seguridad social, pasa así dar una experiencia de calidad a cada consumidor”, comenta Daniel Robles, quien agrega que constantemente realizan capacitaciones de servicio al cliente, resolución de conflictos y gestión de proyectos.

Ciclomensajeros 

310 338 4158

Desde hace tres años esta empresa se dedica a generar procesos de calidad y eficiencia desde la bicimensajería. Enfocados en el amor a la bicicleta, Ciclomensajeros nació como una alternativa de la mensajería que pudiera ser también amigable con el ambiente y con sus colaboradores. “Una de nuestras finalidades es hacer de nuestro trabajo algo muy responsable, eso requiere pensar en tres frentes: hacerlo justo para el mensajero, que se sienta bien recompensado con lo que hace; hacer la empresa rentable y tratarle de dar precios juntos al consumidor. El truco está en mantener el equilibrio de esas cosas”, dice Sebastián quien agrega que empresas como Rappi o Uber no son empresas de mensajería, sino que ofrecen más bien un catálogo a sus clientes.