La apuesta por recuperar la memoria de los estudiantes caídos el 16 de mayo de 1984

En silencio, quienes asistieron ayer al auditorio Camilo Torres en la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, escuchaban el testimonio de Patricia Jiménez, miembro del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado-MOVICE y testigo de los acontecimientos del 16 de mayo de 1984. En su testimonio, Patricia contó los angustiantes momentos que los estudiantes de esa época tuvieron que enfrentar, del tiroteo que irrumpió de golpe en su campus y la violencia con que la fuerza pública arremetió contra la población estudiantil, dejando un número de muertos y desaparecidos aún sin esclarecer.

“Estos hechos los vio mucha gente —contó Patricia durante la charla—, los disparos los escuchó mucha gente, no fueron inventados. Después se dijo que eso era mentira, que no había entrado la policía y que no hubo disparos. Pero lo cierto es que los hechos los comprobaron hasta personas de la asociación de profesores, empleados del Agustín Codazzi y muchas personas fueron testigo de cómo los estudiantes fueron maltratados”.

La intervención de Patricia abrió una ventana que permitió conocer de primera mano los acontecimientos, pero también las exigencias que desde ese entonces se hace a las comisiones de verdad y al Estado. Entre estas se encuentran esclarecer el número de muertos y desaparecidos y el reconocimiento de la actuación de las fuerzas armadas bajo un plan medido y planeado de antemano. Justamente, lo que se buscó en esta Semana de la Memoria Universitaria, organizada por Archivos del Búho —un proyecto gestado en la Universidad Nacional que indaga sobre la memoria de la misma— fue esclarecer los hechos y diluir las memorias de carácter abierto que rodean esta historia y que no permiten tener certeza de lo sucedido.

(Lea también 'Archivos del Búho: hacer memoria del movimiento estudiantil de la Nacho')

La actividad, que comenzó el pasado 9 de mayo con un recorrido por el campus en homenaje al líder estudiantil Chucho León, asesinado el mismo día de 1984, continuó con dos intervenciones artísticas en dos muros de la universidad el 13 de mayo. Un mural se pintó en la entrada de la Calle 26 y un papel se pegó en uno de los muros exteriores del Teatro León de Greiff. Finalmente, la actividad culminó con panel en el que participaron Patricia Jiménez, Sebastián Flórez del proyecto Archivos del Búho y Luis Montaño, trabajador social de la universidad. A este panel le siguió la presentación del documental 16 de mayo, un proyecto de elaboración colectiva que se desarrolló en el marco del programa Cinemateca Rodante de la Cinemateca Distrital. 

Los esfuerzos de los estudiantes por esclarecer la verdad no han sido pocos. Desde los acontecimientos del 8 y 9 de junio 1954 que cobraron la vida de Uriel Gutiérrez y otros estudiantes, pasando por las acciones en otras regiones diferentes a la capital, hasta los hechos de 1984, los estudiantes de las universidades públicas se han dado a la tarea de denunciar e indagar a través de publicaciones independientes e investigaciones perseguidas, los hechos de violencia que ha sufrido la universidad. Hoy por hoy, una de las banderas de esta investigación por el esclarecimiento la tiene Archivos del Búho que, mediante una investigación y contraste de fuentes y testimonios de la época, ha permitido la divulgación de estas memorias que llegan incluso hasta los más jóvenes de la universidad.

Así mismo, a pesar de que, como opinan muchos de sus estudiantes, muchas veces la Nacional ha tomado una actitud de rechazo o silencio frente a la lucha por el esclarecimiento de estos hechos, su actitud reciente ha sido favorable frente a la investigación. El pasado 9 de abril la Universidad Nacional firmó un convenio con el sistema de justicia, verdad y no repetición —del cual hacen parte la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión por el Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas Desparecidas— en el que se busca que participen las diferentes facultades de la universidad.

Luis Montaño, quien asistió en representación del grupo encargado del convenio y de la investigación adelantada en la facultad de ciencias humanas en cabeza del profesor Mauricio Archila, se refirió al marco de la investigación que contempla el período entre 1958 y 2016 y la manera en que la universidad entra a participar dentro de distintos hitos del conflicto armado. “Buscamos considerar la universidad nacional en todos sus ejes y responder a dos preguntas: Cómo fue víctima, pero también cómo propició escenarios de conflicto que no eran ajenos a este recinto”, agregó Luis. 

Según comentó, la investigación apenas se encuentra en un estado de priorización e identificación de archivos que permita la construcción de una base de datos que de información sólida a la investigación. Siguiendo el propósito de hacer una pedagogía de la verdad como un bien público, este proyecto le apuesta a encontrar difusión tanto en la universidad como fuera de ella. Con miras a institucionalizar la Semana de la Memoria y seguir tejiendo la historia de los acontecimientos, los estudiantes de la Universidad Nacional tienen por delante la tarea de construir un relato de memoria que no sólo apele a los miembros del campus, sino también a la ciudadanía y al reconocimiento por parte de esta de las luchas y la memoria universitaria como parte fundamental de la historia.