En los cinco años de La Feria del Millón, recomendamos cinco artistas menores de 30

La feria nació en 2013 como una respuesta a la dificultad que tienen muchos de los artistas recién egresados para encontrar un lugar donde exhibir y ofrecer su trabajo al público. Desde entonces, una de las particularidades ha sido que cada pieza individual expuesta tiene un costo cercano al millón de pesos –colombianos–.

El lugar donde se lleva a cabo La Feria del Millón año tras año es el Centro Creativo Textura, un espacio independiente que se ha dedicado desde 2012 a la difusión cultural. Al estar ubicado en la localidad de Puente Aranda (carrera 54 No. 5C-33) le permite a los asistentes tener otras experiencias alejadas de los típicos circuitos del arte de Chapinero, el centro o Teusaquillo.

Para ser parte de la feria los artistas deben presentar sus proyectos en una convocatoria abierta a todo el público, después de esto un comité de selección, que este año estuvo conformado por destacados profesionales de diferentes ámbitos del arte como Miguel González, Ericka Flórez y Alejandro Castaño, escogen las iniciativas con más alta calidad y las obras que sirven como reflejos del contexto artístico nacional.  

Este año más de 70 participantes, entre artistas y colectivos,  presentarán sus obras y se espera que alrededor de 12.000 interesados asistan a la feria del 28 al 30 de octubre, que también aprovecha para presentar el salón de arte y tecnología Voltaje, una exposición que pretende reunir artistas locales e internacionales que hacen de la exploración entre arte y tecnología el foco de sus trabajos. 

Pero más allá de la interesante nómina de artistas, hay una serie de propuestas de creadores que participan por primera vez en la feria y que se destacan por las temáticas que trabajan y por la realización de sus piezas. Aquí les dejamos cinco artistas jóvenes colombianos que no se debería perder en su visita a la feria.

Daniel Caro

30 años

Daniel se considera autodidacta puesto que no se formó académicamente como un artista, pero todo lo que aprendió por fuera de la universidad le permitió especializarse puntualmente en el realismo y el hiperrealismo. Él presenta una obra que plantea reflexiones sobre el modelo de consumo que existe alrededor de los productos procesados que se venden como alimentos naturales para satisfacer las necesidades de una moda fitness que, supuestamente, se destaca por la búsqueda de una vida más orgánica y sana. 

No debemos olvidar que la industrialización en la producción de alimentos, en su afán por cumplir altas demandas, hace que la comida pierda muchas de sus propiedades originales y se convierta simplemente en un bien de cambio estéticamente aceptable ajeno a la sana alimentación.

Esta serie de ocho pinturas de pequeño formato realizadas en óleo sobre lienzo pretenden hacer más obvia la idea de que un producto procesado se puede hacer pasar por natural solo por el empaque en el que está contenido y la información publicitaria que se utiliza para venderlo, sin pensar realmente en que algunos de estos productos, por todas estas alteraciones, terminan siendo perjudiciales para los consumidores. 

Antioxidante

Para Daniel es importante aprovechar la visibilidad que tiene esta feria ya que es una experiencia de mercado que le enseña a los artistas cómo deben relacionarse dentro de este mercado.

Luis Miguel Mendoza

26 años

Tres golpes – Rebusque – Tiempos

Luis Miguel nació en Barranquilla y estudió Artes Plásticas en la Universidad del Atlántico. Dibuja desde que tiene seis años y siempre le ha interesado trabajar con la problemática social de su entorno. Como a muchos artistas, le parece importante que su arte cuente lo que él ha vivido en carne propia.

Para esta versión de la feria participa con 16 dibujos de grafito sobre papel que divide en tres categorías, cada una enuncia un problema diferente: la primera habla sobre la dificultad que tienen algunas personas para conseguir las tres comidas del día, la segunda se enfoca en esos individuos que buscan la manera de obtener dinero a través de la venta de objetos que ellos mismos se inventan y la tercera pretende resaltar la estética popular de las casetas que arreglan los relojes en los mercados de Barranquilla. 

“Para mí es fundamental mostrar partes de mi vida, eso hace que todo sea más honesto. Mi padre vive del rebusque y gracias a eso me dio la oportunidad de estudiar”, asegura Luis.

Este artista barranquillero considera que la feria ha logrado crear un ecosistema cultural que debe seguir creciendo para que cada vez más artistas nuevos tengan la oportunidad de vender obra para vivir de hacer lo que realmente les gusta. 

María Andrea Miranda

26 años

Universos domésticos 

Esta artista visual de la Javeriana ha vivido toda su vida en Bogotá y encontró su gran pasión en el dibujo. Desde entonces se ha dedicado a explotar la ilustración dentro de las obras que realiza y en la producción de su marca dduoo con la que fabrica juguetes mecánicos, realiza estampados, encuadernación y básicamente lo que se le ocurra.  

La obra con la que va a participar en la Feria del Millón es una serie de ilustraciones en acuarela, gouache y rapidógrafo sobre papel que exploran las relaciones que se establecen entre el espacio, los objetos y nosotros, sus  habitantes y dueños. 

Esta temática surge de un interés particular por los objetos en la vida cotidiana y la forma en la que estos configuran la realidad en la que nos encontramos. El eje principal son las rutinas del día a día que no existirían sin las interacciones que tenemos con nuestro entorno y nuestras pertenencias.

“Este trabajo está relacionado con mi experiencia con el mundo y con la curiosidad que siento cuando voy a la casa de alguien y pienso en sus cosas, también cuando veo a alguien y pienso en qué espacios habita y qué objetos conforman esos espacios”.

María Andrea resalta que la feria es una manera, sin compromisos, en la que los interesados en el arte tienen un contacto real con el campo y el mercado, además de ser una vitrina para exponer sus creaciones.

Colectivo Ana Fino y Fredy Ordoñez

25 años

(no dibujas / no escribes porque)

Ana esta punto de graduarse de Artes Plásticas y visuales en la ASAB y ha desarrollado la mayor parte de sus proyectos teniendo el dibujo como medio. También se ha interesado mucho en la autogestión editorial y la realización de fanzines. En compañía de Fredy Ordoñez, un filósofo graduado de la universidad de los Andes,  estos dos bogotanos decidieron trabajar con la imposibilidad que a veces sentimos para hacer algo que nos gusta y con la cantidad infinita de pretextos por los que, en este caso en particular, no dibujamos o no escribimos.

La serie muestra puntualmente 15 de esas excusas y a través de dos fotolitografías, una de un dibujo y otra de un texto, establecen un paralelo entre la tensión constante que existe en los procesos creativos. Entre hacer y no hacer, actuar y no actuar y todo lo que sucede en medio de estos estados.  

Ana y Fredy consideran importante que los artistas, en general, participen en estas iniciativas porque los espacios para que circule el arte nunca son suficientes. El arte sirve para establecer diálogos y esto permite que los creadores conozcan más cosas y desarrollen pensamientos más críticos. 

Nicole Hortúa

20 años

Mama

Esta artista nacida en la capital colombiana estudió Fotografía y actualmente estudia Artes Plásticas y Visuales. Su interés principal es fijar la atención en el poder que tienen las imágenes para narrar, visibilizar y documentar historias. 

Sus proyectos, en general, parten de procesos de investigación y creación, mediados por la memoria colectiva e individual. En esta versión de la Feria del Millón estará participando con una obra que se enfoca en el cáncer de seno en mujeres y el proceso del tratamiento de ésta enfermedad. 

Con este trabajo pretende visibilizar, a través de un archivo que se gesta a partir de la vida de pacientes reales, las sensaciones físicas y emocionales a las que una mujer se somete durante los tratamientos. “El archivo lo intervengo: lo corto, lo quemo y lo tejo, con la intención de plasmar en él las consecuencias físicas que sufre una mujer con esta enfermad al pasar por cada etapa del tratamiento”.