Un colectivo francés expone su fotoperiodismo en las paredes de la Nacho y la Candelaria

9/Dic/2016

#Dysturb quiere que las historias lleguen de otra manera a la audiencia, por medio de la intervención de muros con fotos de gran tamaño. En ellas retratan problemáticas como la violencia en contra de las mujeres o el desalojo de personas vulnerables. Conozca las fotos y el mensaje que dejaron en su paso por Bogotá durante el último mes.

Catalina Vanegas Maya

“Estábamos cansados de arriesgar nuestra vida por una publicación y queríamos llegar a una audiencia más amplia. Nos dimos cuenta de que pegando fotos en las calles podíamos hacerlo de una manera más libre”, explica Benjamin Petit. Él es uno de los fotoperiodistas de #Dysturb, un colectivo que nació en 2014 en París (Francia) e interviene las paredes de las ciudades con fotografías de gran tamaño. Su filosofía es llevar noticias internacionales a todos los rincones del mundo; nunca pegan una fotografía con un tema local del país donde están. Por ejemplo, en Palermo (Italia) hay fotos que muestran la explotación minera en La Guajira colombiana.

Con esa idea en mente, aterrizaron en noviembre en Bogotá, tal y como ya han hecho en más de 40 ciudades del mundo. Durante su visita, gracias a una invitación de la Universidad Nacional, hicieron revisión de portafolios con estudiantes de Sociología, Urbanismo, Arquitectura y Cine. “Lo que queremos es hablar de fotoperiodismo: de cómo las colaboraciones con diferentes disciplinas pueden extender las limitaciones de nuestro oficio ”, explica Laurence Cornet, otro miembro del colectivo.

Estos manes también aprovecharon las paredes de la Nacho para dejar su rastro: cuatro fotos que tratan el tema de la violencia en contra de las mujeres y una quinta foto, que muestra los desalojos que ocurren en las ciudades brasileras.

Foto de Cristiam Cubillos

La primera foto, tomada por Matilde Gattoni, la pegaron en una de las entradas principales de la universidad, sobre la carrera 30. La imagen refleja la difícil situación que vive una joven de 25 años, madre de cuatro niños, que vive y trabaja en una mina de Jharkhand, una de las zonas más pobres de la India. Como ella, 200.000 hombres, mujeres y niños, trabajan en esa mina por un dólar al día.

Fotos de Cristiam Cubillos

Al lado de la imagen de la mujer de la India, está el rostro de Taiana Cezario Da Silva, fotografiado por Christian Rodríguez. Ella es una brasilera que conoció a su novio en las favelas de Río de Janeiro y quedó embarazada de él. Al poco tiempo su novio fue encarcelado por vender drogas; ahora Taiana intenta sobrevivir con su hija.

Foto de Benjamin Petit

Otra de las fotografías que ilustran la violencia hacia las mujeres en la Nacho, es la imagen de una pareja de lesbianas en Rusia, retratadas por Robin Hammond. En 2014 ellas fueron atacadas por su orientación sexual después de asistir a un concierto de jazz.

Foto de Cristiam Cubillos

En la última imagen con las mujeres como protagonistas, David Maurice Smith captura con su lente a una habitante de Pyin Gi (Myanmar) que carga pescado en su cabeza en un mercado local. Las aldeas de Pyin Gi tienen un futuro incierto por las grandes inversiones en infraestructura, siendo una de ellas la del puerto de profundidad DSEZ (Dawei Special Economic Zone). Los promotores del proyecto quieren convertir estas áreas en la mayor instalación petroquímica de Asia del Sur, perjudicando a los habitantes.

Foto de Cristiam Cubillos

Alejándose del tema anterior, una quinta imagen de Sebastián Liste, muestra a un niño saltando al agua desde una fábrica de chocolates en Salvador de Bahía (Brasil). La construcción ahora es un edificio abandonado que hace las veces de refugio para muchos habitantes, que suelen ser desalojados del lugar por el gobierno.

Foto de Benjamin Petit

Pero el colectivo francés no sólo pegó imágenes en esta universidad, también se tomó varios espacios en La Candelaria para tratar otras temáticas. “En Colombia hay una contradicción entre la felicidad y la complejidad del conflicto y este proyecto lo quisimos hacer pensando en eso. Escogimos La Candelaria por su tradición y el contraste entre los colores”, afirma Laurence Cornet, otra periodista del colectivo. Así como han pasado por universidades y barrios colombianos, estos manes han estado en prisiones, hospitales y universidades de todo el mundo.

Foto de Benjamin Petit

El colectivo se propone, en 2017, hacer una campaña más grande en Bogotá y en otras ciudades colombianas, para lo cual están recolectando fondos. Su intención es realizar intervenciones en escuelas y colegios de Soacha y Suba, en donde piensan trabajar en colaboración con el fondo por la Reconciliacion y la Paz. También quieren hacer una exposición en las calles francesas en la cual la temática principal sea Colombia, aprovechando que es el año de intercambio cultural entre ambos países.