El grotesco mundo entre calaveras y animales de Abys y Scaf

Los franceses Abys y Scaf empezaron a trabajar juntos hace poco más de dos años cuando vieron que su trabajo individual, a pesar de tener estilos muy diferentes, se complementaba perfectamente: juntos crean piezas únicas que combinan las figuras cómicas de Abys con el hiperrealismo de Scaf. En su primer viaje conjunto por Latinoamérica, estos dos muralistas estarán exponiendo su obra junto a los colombianos Wosnan y Eyder en la muestra ‘Animal’, organizada por la Alianza Francesa en la Sede Centro (Carrera 3 # 18-45), y que podrá visitarse hasta el 27 de octubre, y también harán presencia en el festival El mero poder de Armenia.

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Scaf se presenta sin apartar los ojos del dibujo que está haciendo con un lápiz sin punta en una servilleta, mientras que Abys se prepara un cigarrillo y revisa sus redes sociales. El primero lleva dibujando desde los quince años, tiempo en el que no ha parado en ningún momento. Abys, por su parte, empezó a dibujar cuando estaba en el colegio, uniéndose a diferentes crews de Nancy, su ciudad. A sus 26 años ya tiene un estilo muy personal, inspirado en los cómics y la animación. “Cuando Abys empezó a pintar, a los grandes no nos gustaba y no queríamos pintar con esos pequeñitos, pero cuando vi que tenía talento comenzamos a trabajar juntos”, explica Scaf, quien le lleva diez años de diferencia a su colega. Lo que prima en el trabajo de ambos es la forma en vez del contenido: “Mi afán no es transmitir un mensaje, sino hacer que esa obra sea alegre, chistosa y poner a personajes en situaciones ridículas y exageradas”, comenta Abys. Este joven se inspira con revistas, películas de dibujos animados y distintas páginas de internet. En cambio, Scaf, su compañero de murales, encuentra la inspiración en la cultura pop y en películas y videojuegos de los años noventa.​

La obra del mayor de los dos artistas, Scaf, es fácilmente reconocible por sus enormes esqueletos de animales y lúgubres calaveras, todos ellos con gran detalle y alarmante realismo. En un principio empezó pintando personajes famosos como Einstein, Gollum o la princesa Leia, pero más tarde su trabajo viró hacia el mundo mortuorio, empezando a pintar calaveras y esqueletos. “Como artista realista es difícil crear una identidad clara y destacar entre tantos artistas, por eso empecé con lo de las calaveras. Me gusta la textura y es un símbolo característico mío, una identidad propia”.

En cambio Abys, desde niño, siempre se ha visto fascinado por los animales: “Detrás de ellos hay muchos símbolos y me gusta ponerlos en situaciones exageradas, y en distintas perspectivas en clave de cómic o animación”. Durante un tiempo, después de dejar los crews y antes de conocer a Scaf, Abys estuvo un tiempo llenando grandes muros y jugando con las palabras a través del lettering. Cuando viaja continúa haciendo estos trazos imposibles, aunque “ahora me estoy centrando más en los personajes animados”. 

“No fue fácil empezar a trabajar juntos ya que nuestros estilos, en principio, no tienen nada en común, solamente la figuración”, explica Scaf. Primero se juntaron porque se admiraban el uno al otro y usualmente coincidían en convocatorias o festivales. Fue un proceso de adaptación por parte de ambos. “Tengo muchos dibujos y cuando vamos a trabajar juntos los saco para ver cuál encaja mejor para tratar de hacer algo conjunto”, afirma Abys acerca del proceso creativo. El mayor reto para ellos es el hecho de combinar y unir los dos estilos. No hay una gran reflexión detrás de lo que están haciendo, más bien se trata un ejercicio artístico de complementación y conexión. “Admiro mucho el trabajo de Abys, sobre todo la composición y la técnica. Y que no deja nunca de dibujar, eso me motiva a dibujar a mí también sin parar”, dice Scaf. 

En sus originales muros aparecen personajes vívidos con múltiples detalles y un conjunto de huesos que forman criaturas animadas que dialogan entre ellas, creando historias cortas, graciosas y aterradoras. Algunos de estos personajes los acompañan a lo largo de sus viajes, como las ratas o los monos, pero por lo general son figuras “que aparecen de manera instintiva, sin ser premeditadas. Lo creamos de manera freestyle dependiendo del muro”, dicen los franceses. Cuando empezaron en equipo tenían tres o cuatro ideas rondándoles la cabeza que querían cumplir, y cuando lo lograron, el reto fue seguir con el mismo nivel sin caer en repeticiones y cuidando la forma, la técnica y la composición, para crear una escena única y diferente a la anterior.

La originalidad de sus muros es la situación que se crea al juntar personajes cómicos, bonitos y graciosos con calaveras mórbidas y tenebrosas. “El escenario que se forma es muy impactante ya que generan mensajes contradictorios, y eso nos parece muy interesante”, comenta Scaf. “La diferencia que hay entre nosotros, tanto de estilos como generacional, es lo que nos hace ricos y enriquece las obras y las hace únicas”, complementa Abys. El muro que hicieron en la Alianza francesa para la exposición “Animal” supuso todo un reto “ya que acostumbramos a pintar en espacios verticales y este era horizontal. Fue chévere experimentar con eso y ver que lo resolvimos bien”, comentan. 

Después de estar dos años pintando juntos en festivales europeos quieren tener un tiempito para sus propios proyectos sin dejar a un lado el trabajo conjunto. “Tenemos que sentarnos y planear bien el plan para forjar nuestra propia identidad y que el próximo verano nos llamen para pintar muros realmente grandes”.

Sígales el rastro a las pinceladas alrededor del mundo de estos dos muralistas en sus respectivas cuentas de Instagram: @abys_osmoz  y @scaf_oner.