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Si no se la quiere fumar, cómasela

Este es el creador del arecripi. Un pastelero colombiano que desde hace años combina el THC con lo mejor de la gastronomía mundial. Además de deliciosos, sus postres alivian a personas con cáncer y otras enfermedades crónicas. Entrevista a Donatien Gateau.

Andrea Guerrero Romero

Desde el día en que se fumó su primer porro y sintió eso que llaman “monchis”, Donatien Gateau estableció una relación íntima y sana con la marihuana. Hace cinco años decidió unir dos de sus pasiones, la gastronomía y el cannabis, y desde entonces ha combinado la hierba con los saberes indígenas tradicionales del Cauca, las recetas mexicanas y los sabores de la repostería italiana.

Donatien (un seudónimo inspirado en Donatien Alphonse François de Sade, mejor conocido como Marqués de Sade), estudió algunos semestres de Historia, pero después de un tiempo se decidió por la gastronomía. Actualmente, en su recetario hay desde cupcakes hasta aceite de cannabis, ron de sativa y su famoso arecripi.

Es barranquillero, se crió en Bogotá y tiene 33 años. Es un activista a favor de la legalización de la marihuana, razón por la cual ha formado parte de la organización del Carnaval Cannabico Colombiano, que desde 2008 se celebra cada año. 

¿En qué momento decidiste usar la marihuana como ingrediente de tus postres?

Mi mamá también es pastelera y desde niño tuve una relación cercana con la cocina. Cuando estaba en la universidad, empecé a ser asistente en un diplomado en chocolatería y repostería, y así terminé de enamorarme de esta labor. Algunos años atrás había comenzado a fumar marihuana y mi relación con ella era cada vez más cercana. Un día me pregunté: ¿por qué no unir mis dos pasiones?, y así empecé a estudiar el tema; porque la cocina cannábica no es hacer una masa y echarle marihuana. Me di cuenta de que había un gran camino por recorrer y me puse a experimentar.

Algunos años atrás había comenzado a fumar marihuana y mi relación con ella era cada vez más cercana. 

He oído decir, y no sé si sea un mito, que ingerir cannabis puede causar problemas en la flora intestinal. ¿Qué opinas?

No creo que sea así. Lo que puede pasar es que al momento de la preparación las personas usen cannabis de mala calidad, con residuos de basura, y se intoxiquen. Si el producto se prepara con el debido proceso y ganja de calidad, seguro no habrá ningún problema y se disfrutará del poder de la marihuana al 100%.

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¿Por qué la traba de una “ganlleta” o de un happy brownie es más fuerte que la de un porro? ¿Existe una dosis recomendada en gramos por persona al ingerir marihuana?

La marihuana es disoluble en grasas y alcohol. Cuando la comemos en alguno de estos alimentos nuestro cuerpo absorbe todo el THC (principal constituyente psicoactivo del cannabis), en cambio si la fumamos expulsamos parte de ese componente. Por eso la traba es más larga y fuerte. No creo que exista una sobredosis de marihuana, pero lo recomendable es consumir, por persona, entre 1 y 1.5 gramos de THC. Sin embargo, la cantidad puede variar según el consumidor. Por ejemplo, si uno de mis productos es para una persona que sufre de artritis, suelo prepararlo con más marihuana.

Lo recomendable es consumir, por persona, entre 1 y 1.5 gramos de THC

 

¿Cuál es la mejor receta para preparar un bocadillo cannábico en casa?

Más que un bocadillo, recomendaría empezar por mantequilla cannábica. Es muy fácil de hacer, lo importante es usar buena marihuana:

-Primero debemos triturarla, quitarle las pepas y los palitos.

-Luego hervir agua, bajarle la llama y agregar la marihuana
(Ojo:El THC se degrada en temperaturas sobre los 150ºc, el agua hierve a los 90ºc).

-Después añadir la mantequilla, revolver y dejarla reposar por aproximadamente doce horas.

-Finalmente queda la mantequilla flotando, separada del agua que puede ser usada para otra preparación.

¿Mezclas la marihuana con otras drogas al preparar tus platos?

El año pasado estuve un mes con los indígenas del Cauca, lugar en el que se siembra la mayor parte de marihuana del país y además hay cultivos de coca y amapola. Como un tributo a ellos hice la tripleta caucana, un cupcake que está hecho de naranja, semillas de amapola, harina de coca, mantequilla cannábica y arecripi. Esta receta reúne las tres plantas mal llamadas ilícitas en Colombia.

Aún hay temor al rechazo social entre ciertos consumidores. ¿Cuál es el perfil de tus clientes?

Muchos de mis clientes usan mis productos con fines terapéuticos, para aliviar dolores causados por el sida, la artritis y el cáncer, o problemas como el insomnio. Por eso desde hace rato estoy trabajando con marihuana índica, un tipo de ganja recomendada para quienes sufren dolores muy fuertes. Sin embargo, también tengo clientes que usan los productos para divertirse y como una alternativa para consumir marihuana de forma diferente.

¿Qué puede aportarle tu trabajo al proceso de legalización con fines terapéuticos en Colombia?

Mi idea es aportar una alternativa para quienes estén sufriendo de alguna dolencia y que jamás se han fumado un cigarrillo. Es otra forma de consumo en la que se aprovechan todas las propiedades de la marihuana y se disfruta de un buen sabor.

Mi idea es aportar una alternativa para quienes estén sufriendo de alguna dolencia y que jamás se han fumado un cigarrillo

¿Qué problemas legales has enfrentado?

No he tenido ningún problema porque conozco las leyes y me he sabido cuidar. Por ejemplo, sé que no puedo exceder los 20 gramos en la preparación de mis productos. La venta la hago a través de mis redes sociales y de la comunidad cannábica. Aunque las leyes sean claras, en Colombia no siempre se respetan, y si un policía te agarra con cannabis siempre está la amenaza de a la UPJ. Muchos policías abusan de su poder. En los carnavales cannábicos, donde también vendo mis productos, no nos han molestado. Creo que hemos hecho una buena labor y la comunidad se ha unido para cuidarse mutuamente.

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Foto: Cortesía de Donatien Gateau

Eres uno de los pioneros de la cocina cannábica colombiana. ¿Cómo se mueve este mercado clandestino?

Han sido cinco años de arduo trabajo, en los que he jugado e innovado con mis productos. Mi arecripi y los cupcakes se han vuelto famosos porque he viajado por todo el país, de carnaval en carnaval, mostrándolos. Pero mi idea no es acaparar el negocio, necesito que haya más gente metida en el cuento. En mis viajes también dicto talleres y me interesa siempre conocer nuevas propuestas. Estoy organizando la feria de productores del carnaval en Bogotá, donde tendremos vendedores de semillas, comida vegetariana hecha con aceite cannábico y gran oferta de productos.

Más allá de la cocina, ¿cuál es tu relación con la marihuana?

Es una relación íntima y nunca he pasado por esa crisis de “ya no voy a fumar más”. Probé muchas drogas entre los 20 y 22 años, pero, al final, me quedé con el cannábis.

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