Cinco (nuevos) mandamientos para un buen mariguanero según Moisés
Aprovechamos el ambiente místico de Semana Santa para revisar el vínculo fascinante entre el consumo de sustancias psicotrópicas y la experiencia religiosa.
Hace algunos años, Benny Shanon, un profesor del Departamento de Psicología Cognitiva de la Universidad Hebrea de Jerusalén, publicó un estudio en el que afirmaba que el profeta Moisés se encontraba bajo los efectos de poderosos alucinógenos cuando bajó del Monte Sinaí y presentó al pueblo judío los Diez Mandamientos.
Según la investigación de Shanon, es probable que Moisés hubiese tomado y compartido con sus acompañantes un brebaje hecho a partir de la corteza del árbol de acacia. ¿O sea que los rayos y las trompetas que dijeron haber visto y oído salir del firmamento ese día habrían sido ilusiones, producto de la imaginación de un parche en estado alterado de conciencia?
Justo antes de guiar a los israelitas hacia la tierra prometida, el líder espiritual que Dios encomendó para salvar al pueblo hebreo de la esclavitud vio un arbusto ardiendo que le hablaba y le daba directrices para dirigirse hacia la salvación.
¿Cuál habría sido el destino de los Mandamientos si Moisés hubiera consumido cannabis durante sus ceremonias sagradas, y aquel arbusto que se describe en la Biblia hubiese sido más bien una representación de la marihuana?
Estos son los cinco mandamientos de Moisés que la historia escrita por la iglesia católica dejó en el tintero:
I. No lavarás el porro en saliva
Mantén la armonía del grupo evitando que los demás tengan que probar ingentes cantidades de tus babas cuando reciban el porro.
II. No robarás el fuego
Deja que tu compañero disfrute de sus pertenencias y no le tumbes el encendedor que muy comedidamente te prestó para que humearas.
III. Compartirás tus provisiones
Ayuda siempre a tu hermano, no permitas que le falte comida, bebida o ganja durante la fumada. Si tienes reservas, compártelas, nunca se sabe cuándo necesitarás que te salven.
IV. No te boletearás
No des boleta fumando en lugares públicos en los que pueda haber niños o tombos a la vista. No te hagas el malote y disfruta de los buenos humos en el lugar y el momento oportunos.
V. No soltarás el aire mientras fumas
Aprende a pilotear la humareda que recibes con cada plon. Si la sueltas antes de tiempo podrías ganarte una atorada descomunal de la que te arrepentirás.