Sol y brillo en el folclor caribeño de Elkin Robinson

Nada de instrumentos eléctricos: esa es la propuesta con la que Elkin Robinson grabó su primer álbum Come Round en 2014, después de que regresara a su natal Providencia en 2012, tras un intenso fogueo musical de ochos años en Europa. Producido por Richard Blair y Diego Gómez, el álbum recurre a la música tradicional acústica de la Isla de Providencia donde, afirma Elkin, los instrumentos no llegaban. Por eso, entre sus instrumentos es posible encontrar quijadas de burro.

Este año, las puertas se le siguen abriendo a Elkin: después del lanzamiento de su segundo álbum Sun a Shine, que dejó unas postales para el recuerd (Vea acá el cubrimiento) , se recupera de una nueva participación en Rock al Parque y después de romper tarima en la pasada edición de Estéreo Picnic, en marzo.

En su música, la fusión de sonidos calipso, zouk y mentó juegan con la mezcla del inglés, el holandés y el creole, las lenguas en las que canta Elkín. Desde Come Round, este artista ha participado, entre otros, en los festivales internacionales de Wassermusik, en, Alemania, y el de Calgary, en Canadá.

Es hora de ponerle el ojo a este artista, quien a través de su música quiere rescatar las épocas de su infancia, cuando cantaba con su abuela y su hermana y las primeras baterías de la isla estaban hechas de ollas. Aunque experimenta con sonidos del góspel y el country, quiere agrupar estos sonidos y los ritmos clásicos de Providencia en uno solo: el caribbean folk.