La muerte del músico puertorriqueño, en junio de 1993, impulsó a Alexis Abel Villanueva Puente a hacerles un homenaje a esos artistas que han permeado la cultura del Callao, en Perú, hasta convertirla en la ciudad más salsera del país inca. Su proyecto artístico ha traspasado fronteras y lo ha llevado a pintar en Nueva York y Miami, e incluso la Fania Records le dedicó un cortometraje a su trabajo.