Más allá de la fiesta y los colores, los individuos y movimientos que marcharon el pasado domingo primero de julio dejaron entrever que esta fue una manifestación de resistencia por el temor que despierta el Gobierno entrante. Aunque hay alegría por el terreno ganado en cuanto a los derechos LGBTI, algunos líderes nos contaron de las cuestiones urgentes a las que más deben pararles bolas desde ahora, incluida una autocrítica por hechos de endodiscriminación.