Aunque para muchos los LP sean ya una moda echada a recoger para otros no deja de ser una forma diferente de apreciar la música. La experiencia de sacar de su envoltura el acetato, limpiarlo y colocarlo cuidadosamente sobre la tornamesa, para que luego gire bajo la aguja, sobrepasa para muchos la experiencia de los formatos digitales. Confesos beatlemaniacos, vendedores sobrevivientes de la calle 19 y locutores curiosos son algunos de los perfiles que pueblan este grupo de amantes del acetato.