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‘Baladas para Niños Muertos’ : el mito de Andrés Caicedo.

'Balada para niños Muertos' es un documental íntimo que relata la obsesión del escritor Andrés Caicedo con el cine de terror. Estuvimos hablando con Jorge Navas, director de la película, sobre el aplazamiento del estreno del documental en 2020, el mito que sobrepasa al suicidio, la literatura de Andrés y su relación con el contexto colombiano en el que creció.

 

Eliana González Torres @mamienbici

“Escribir aunque sea mal, aunque no sirva de nada, que sí sirve para describir por ese infierno por el que voy bajando sea esa la razón verdadera por la que he existido”- Andrés Caicedo.

 

“Escribir para no morir” decía una docente en la universidad y cada vez que lo decía, más sentido le encontraba a lo que escribía, sobre todo a los pensamientos oscuros con los que todos habitamos. En el sentido más literal de la frase, escribir, es muchas veces la única forma de entenderse a uno mismo y no morir ante los hallazgos.

Seis años atrás me crucé con una obra de Andrés Caicedo, yo que por esos días andaba buscando en qué hueco literario meter la cabeza fui a dar por accidente con ‘Destinitos fatales’, una recopilación de textos que uno no termina de entender si están completos o no, pero que cuando uno empieza su lectura se vuelve difícil detenerse. No hay espacio pa’ darse un respiro o pa’ esquivar los puntos de giro que trae cada cuento, los golpes de realidad, como cuando uno llega a las páginas de ‘Besa calles’ y se queda con el fragmento en la mano y con el dolor en el pecho.

Por eso cuando llegó a mi correo la información del estreno de ‘Baladas para niños Muertos’ un documental dirigido por Jorge Navas; sobre Andrés Caicedo, no lo pensé dos veces, tocaba meter la cabeza de nuevo en el hueco, esta vez, desde el cine. La película narra al mítico Andrés Caicedo más allá de su obra ‘Viva la Música,’ más allá de la urbe y la Cali de los 70s y 80s, más allá de los viajes en primera persona al escribir personajes femeninos dolorosos, la película viaja por los pensamientos más oscuros de Andrés, por su relación con la literatura de horror, el terror que solo puede provenir de los encuentros con la muerte que desde muy pequeño tuvo el escritor.

 

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Sumado a la búsqueda juvenil del cine gótico tropical como excusa para retratar el horror desde un ángulo más real, más visceral, más cercano. El subgénero vino a tener raíz en la mismísima miseria de un país marcado por el narcotráfico, y por el miedo que se cuela por las orillas de carros estacionados y bombazos ensordecedores. Textos que Andrés y su grupo pequeño de amigos se daban el placer de untar entre analogías vampiricas de hombres que se aprovechan de otros sin clavar un sólo colmillo.

El documental estuvo apoyado por los testimonios de Rosario Caicedo, Luis Ospina, Eduardo Carvajal, Guillermo Lemos y Sandro Romero, voces que relatan el afán de Andrés por crear, por dejar obra antes de morir bajo sus propios términos, un afán que muchas veces no lo dejaba terminar un cuento para pasar a otro, a otro guión cinematográfico, a otra crónica urbana o saltar a una obra dramatúrgica. Una obsesión que lo llevó a emprender un viaje para presentarle uno de sus guiones al Director de Cine de terror Roger Corman, y que como resultado de ese desencuentro se sumió aún más en el horror, pero en uno interno, uno del que ya no pudo salvarlo la escritura.

‘Baladas para Niños Muertos’ con todo listo para su estreno a principios de 2020 sucumbió ante el COVID y se encerró por dos años aguardando de nuevo su momento. Como si el mito persiguiera al documental y lo devolviera a su origen, la cultura indie, gótica y por qué no, de culto.

Estuvimos conversando con Jorge Navas sobre su película, escudriñando entre las dudas y sacando conjeturas en torno a la visión que tiene la sociedad de Andrés Caicedo, sobre el reconocimiento que genera en los jóvenes su obra por tocar temas que no pierden vigencia, –como en el caso de Jorge que creció recorriendo las mismas calles de Cali– y sobre la obsesión que el escritor tenía por el cine de terror en un país trastocado y desecho.

“Un thriller del que conocemos el final” y en el que la capacidad de asombró no se pierde por conocer el devenir de la historia, sino que se convierte en una nueva oportunidad por conocer las sombras de Andrés, mientras viajamos por fragmentos de textos escritos por él, que conjugan a la perfección con el contexto en el que creció: la muerte de dos hermanos, su papel como varón en la familia, la desesperanza de la adolescencia y un país roto, en el que ser escritor o cineasta parecía una locura. La locura del “Grupo de Cali” que en medio de tanta anécdotas se quedó sin Andrés y hoy lo ven convertido en historia, en cine, en arte, en literatura, en clases de académicos y universitarios y hasta en Festivales de Cine de horror.

 

 

 

 

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