Aprenda a hacer su vaporizador artesanal con una pistola de aire caliente

En 2014, cuatro amigos consumidores y activistas de la marihuana se unieron y presentaron un vaporizador artesanal en una convocatoria de Artbo, llamando la atención de los curadores. Después de exponer en esta importante feria, el parche se formalizó como el Colectivo Paramédicos, integrado por un ingeniero, dos artistas y un realizador audiovisual que buscan alternativas al consumo de cannabis a partir de la adaptación de elementos cotidianos como tarros, latas y grecas de tinto.

Los comienzos de Colectivo Paramédicos se remontan a 2010, cuando el ingeniero mecánico Samuel Rojas y el artista plástico John Chaves tuvieron la idea de construir estas máquinas. Después se les unieron Andrés Moreno, artista y diseñador, y Kiran Fernandes, realizador audiovisual. Ya con el equipo completo, el sentido de la obra se amplió y le agregaron luces, sensores y elaboraron piezas audiovisuales en las que se mostrara, a modo de stop motion, los elementos y el proceso de creación de los vaporizadores. “Queremos exhibir el objeto y cómo funciona, pero lo finalizamos con un personaje que representa al usuario habitual y cómo este es aislado por su condición de consumidor. La propia sociedad lo vuelve marginal”, comenta John.

El nombre surgió por la intención de ellos de crear un método medicinal para consumir hierba, ya que en vez de fumar y aspirar los gases tóxicos, el calor del vaporizador extrae el constituyente psicoactivo, conocido como tetrahidrocannabinol (THC). Esto hace que la traba sea más saludable porque la marihuana no se quema sino se deshidrata.

El proyecto ha tenido buena aceptación y actualmente hace parte de la exposición Una línea de polvo en Colombia (y América), organizada por el Museo de Arte Contemporáneo y en la cual están 43 artistas de Colombia, México, Brasil, Perú, Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Canadá, México y Francia, todos ellos con obras relacionadas a las drogas y su impacto. Además, Colectivo Paramédicos también ha expuesto en Maloka, ArtBo, Casa Hoffman y en el Festival de Arte Contemporáneo de Manizales. Si no exponen el vaporizador como tal, proyectan los videos de sus series Esto no es una pipa y ¿Qué hay de greca? o los diseños impresos de dispositivos como el Trabitron RX2, Marimba a la lata o el MiniCartucho.

Para el Colectivo Paramédicos esto también representa un beneficio económico porque se fomenta la filosofía del Do it yourself (DIY) y se deja de apoyar a la industria extranjera. “También es un beneficio económico por no comprar los equipos sino construirlos. Creamos nuestra economía y podemos hacer un vaporizador con $100.000, mientras adquirir uno puede salir entre $200.000 y $2.000.000. Además duran más y es más sencillo conseguir los repuestos”, agrega John. Esta concientización también la quieren llevar a la propia marihuana, pues ellos no son de ir a un dealer sino la cultivan. Así, según ellos, se lucha contra el tráfico y el consumismo.

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Para hacer su propio dispositivo de consumo de marihuana, básicamente necesita cuatro cosas: una fuente de calor —bien sea un bombillo, un dispositivo a gas o una resistencia—, un cuerpo que aguante el calor, un material que aísle dicho calor y, por supuesto, marihuana. En este video, el Colectivo Paramédicos nos enseña a hacer uno con una pistola de aire caliente, un cilindro de aluminio de 5cm, tres imanes redondos con huecos, una malla pequeña y dos botellas plásticas.

Para ver más tutoriales del Colectivo Paramédicos, sígalos en su canal de Vimeo.