
La memoria histórica tras los retratos de Decertor
Para este muralista peruano todo empezó en Lima, pero pronto despegó y las paredes de ciudades como El-Yadida en Marruecos, Abu Dhabi y Cartagena le han servido para dejar su huella a través de personajes que no merecen ser olvidados.
Cuando Decertor empezó a hacer retratos formaba parte de un grupo de hip hop de Callao, una ciudad cercana a Lima y considerada como una zona peligrosa . En este sitio conoció a varios MC’s y creadores de grafiti, un arte que para él siempre debe estar en la calle, y lejos de las galerías, pues representa la voz del pueblo.
Y así como el grafiti representa al pueblo, sus retratos en murales personifican a esos miembros de la sociedad que no merecen ser olvidados. Bajo esa consigna, Decertor empezó a recibir encargos de ciudadanos del común que querían ver a sus familiares en murales para no olvidarlos, decorando espacios deteriorados y abandonados, ya no solo de Lima, sino de otras ciudades alrededor del mundo.
Escogimos ocho murales de Decertor, cada uno con la historia que quiso representar el muralista.
Este mural lo tituló Pujanza y está ubicado en Monterrey (México). Es el retrato de un hombre que lleva 21 años trabajando en el metro de esta ciudad, simbolizando una ciudad industrializada que cada vez pierde más su identidad autóctona. El elefante que añadió Decertor es el elemento de la Fundidora Monterrey, y representa el empeño y avance de los mexicanos.
Un viaje de Decertor a El-Yadida (Marruecos) para pintar en el Festival Remparts Azemmour de 2013 le sirvió de pretexto para dejar su huella. Además de compartir con artistas como Tats Cru del Bronx (Nueva York), Decertor tuvo tiempo para este mural, que refleja la historia de esta ciudad portuaria marroquí, desde donde partió en barco el primer hombre negro con portugueses. En esa expedición murieron la mayoría de tripulantes y el personaje retratado en el mural fue de los pocos sobrevivientes, gracias a sus conocimientos botánicos. La cerradura y la llave simbolizan el control en las decisiones que el hombre toma frente a su vida, pese a las restricciones religiosas.
Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) es una ciudad poco familiarizada con este tipo de arte, pues los árabes no tienen la figuración como una práctica muy común, sino que utilizan patrones matemáticos. Por eso, este mural de 600 metros de largo que hizo Decertor con el consentimiento de la comunidad, rompió los moldes a los que estaban acostumbrados en la ciudad. Este retrato de una mujer común surge a partir de un proyecto hecho con el dominicano Elio Mercado y Jade (Perú). Las jornadas de trabajo se tornaron complicadas, pues la temperatura superaba los 48 grados ºC y por esto estaba prohibido trabajar en la calle de 12 a 4 p.m.
Foto de Roberto Lobotón
En los pantanos de Villa María en el distrito de Nuevo Chimbote en Lima, Decertor cogió una vez más los tarros de pintura para impregnar su arte en el lugar. Esta vez decidió comparar a las aves migratorias que atraviesan el mundo huyendo del invierno con la situación de los peruanos que han dejado su tierra buscando mejores oportunidades. La mirada de esta niña refleja las dificultades que han sufrido todos los que han tenido que partir de su país, y muestra cómo la identidad se ha reconstruido a partir de la mezcla del pasado y del presente.
Este mural, Vida - tiempo, en Lima hace referencia a la vida y la muerte a través de un reloj: el anciano retratado es una demostración de que nunca es tarde para ser productivo y trascender en la vida. La composición de geometrías es intencional, pues con murales anteriores en los que dejaba espacios vacíos la gente rellenaba los huecos con firmas sin tocar el dibujo central. Para él, la necesidad de rayar todo aquello que no tenga color hace parte de nuestra cultura pre-hispánica, cuando nuestros antepasados hacían objetos artísticos completamente saturados de colores y formas. “Ni el presente ni el futuro nos identifica con el del lado, tal vez lo único que nos une es el pasado. Todos venimos de un mismo lugar”, explica.
“Yuyachkani” es un término quechua que significa “estoy recordando”, y al mismo tiempo es uno de los grupos de teatro más importantes de Perú, que habita en el espacio público y narra la historia de los Incas como forma de denuncia y de hacer memoria histórica. El hombre del retrato es José María Arguedas, un antropólogo peruano que ha sido homenajeado por el grupo Yuyachkani en varias ocasiones, y que Decertor quiso retratar en el distrito limeño de Magdalena del mar con ocasión del cumpleaños número 40 del grupo de teatro en el 2012.
Antes soñaba es una obra en conjunto con los también muralistas Elliot Tupac y Seth, en la que Decertor colaboró con el fondo. Este mural lo hicieron en la capital peruana en cuyas paredes el actual alcalde Luis Castañeda Lossio prohibió realizar pintadas, y por ese mismo motivo borraron varios murales de Decertor, entre ellos este. “Es una total estupidez. Si quieren conservar la cultura tienen que seguir apoyando los museos vivos. La gente necesita sentirse identificada”, afirma el muralista, que ha logrado intervenir espacios considerados como patrimonio arquitectónico en Turquía y Colombia.
En la comunidad quechua -Lamista del Wayku, Lamas - San Martín, la población tiene sus casas forradas en barro y su vida está marcada por el trabajo de la tierra. Por eso, Tierra Fértil, un mural hecho en conjunto con Elliot Tupac, hace referencia a ese trabajo rústico, en donde el barro y los hornos de leña son parte del día a día. “El nombre se refiere a que esta comunidad se alimenta del uso del suelo y contribuyen al ecosistema al mantener su tradición latente”, explica Decertor.
En Colombia, este peruano también nos ha dejado su sello personal, exactamente en el tradicional barrio Getsemaní de Cartagena. Allí quiso reforzar la cultura de sus habitantes, pues es uno de los pocos barrios cartageneros que tiene población raizal, que no ha logrado ser desplazada del todo por los empresarios hoteleros. El objetivo del proyecto fue recuperar la memoria de Getsemaní y evitar que termine convertido en un lugar como el Soho de Nueva York o el Wyndwood de Miami, que terminaron cediendo a los intereses comerciales, en perjuicio del valor histórico.
Si quedó con ganas de ver más del trabajo de Decertor, uno de nuestros #CreadoresCriollos, aproveche la visita que hace por estos días al Festival Narrativas Urbanas de Manizales, en donde trabaja en un proyecto en contra de la minería a cielo abierto, o visite su web.