“Las paredes de los parques son galerías abiertas para todo el mundo”

Uno se queda boquiabierto cuando va en Transmilenio y ve murales llenos de colores, hechos con esmero y calidad, como los de la carrera décima y la 26. El arte, como siempre, hace de las suyas: inspira, conmueve, impresiona y refresca. Y precisamente eso mismo quiere lograr Sprite con su nuevo proyecto.

El debate sobre si el grafiti es arte o vandalismo siempre ha estado presente en las opiniones de los bogotanos. La RAE lo define como una composición pictórica realizada generalmente sin autorización en lugares públicos. Ahora bien, si uno se basa en esta definición entonces ¿las “composiciones pictóricas” de equipos de fútbol que uno ve en las sillas de los buses o los rayones de los baños públicos con números de teléfono (del tipo: “si quieres sexo llámame”) lo son también? Lo dejo a consideración del lector.

(Conozca también los mejores y peores grafitis de Bogotá según algunos reconocidos artistas urbanos)

Lo curioso es que las instituciones y los ciudadanos han optado por cambiar el paisaje bogotano a punta de grafiti y arte urbano obteniendo buenos resultados. Se hizo, por ejemplo, en el barrio Santa Fe a finales del año pasado con los murales de Guache, un boyacense que se destaca por sus imágenes llenas de colores ácidos y contenido ancestral.

Mural de Guache. Foto: Kicho Kubillos.

Hay grafitis que interactúan profundamente con el ciudadano de a pie: leer en una obra urbana una frase que nos deje pensando todo el camino es una buena señal del impacto que esta manifestación artística logra. Muchos murales tienen el propósito de difundir ideas y otros solo buscan embellecernos el paisaje.

El parque de la “L”, ubicado en la calle 137a con carrera 50, es un lugar donde se realizan campeonatos de fútbol y se reúne el parche para jugar básquet o simplemente para tomar el sol. Sin embargo, este ha sido también durante un buen tiempo el punto de encuentro para amigos de lo ajeno. Los muros del sitio, por su parte, están cargados con lo que para muchos son rayones sin sentido y para otros disputas de territorios.

La comunidad y Sprite decidieron darles un tono más refrescante a las paredes del parque, llenarlas de trazos coloridos y agradables al ojo, que transmitan seguridad y no temor. La revitalización artística del parque la “L” hasta ahora está empezando, pero promete una imagen nueva para este barrio.

“La idea es hacer un mural enfocado en el deporte, pues el espacio se presta para esas actividades”, dice Carlos Barbosa, artista encargado de repintar el parque.

Un dato interesante: en la última Encuesta Bienal de Cultura el distrito le preguntó a casi 7 mil ciudadanos si los grafitis que son de carácter artístico embellecen y resignifican la ciudad. El 68% estuvo de acuerdo; el 26% dijo que no; el 6% “no sabe, no responde”.

Algunos vecinos del parque consideran esa intervención como una oportunidad para cambiar la apariencia del barrio: “Es bueno ver [en los muros] algo que uno entienda… porque es que pintan unas cosas que nadie entiende”, comenta Diego Mejía, habitante del barrio.

Queda claro que la comunidad quiere recuperar el espacio por medio del arte, demostrando que los ciudadanos están de acuerdo con esa clase de renovaciones visuales. Están todos de la mano, porque tanto la marca como los vecinos quieren apropiarse de aquellos espacios que padecen el descuido y el paso del tiempo.

“Hay que tratar de llenar de arte la ciudad —comenta Barbosa—, un arte al que la gente pueda tener acceso a la vuelta de su casa. Porque las paredes también hablan y son galerías abiertas para todo el mundo".

El proceso durará 8 días y Cartel Urbano estará cubriendo esta transformación a través de sus redes sociales. Y usted, ¿también refrescaría su barrio?