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El CAMAD no reparte marihuana

A casi tres años de la apertura de los Centros de Atención Médica a Drogodependientes (CAMAD), se han atendido a  cerca de 22.000 personas, la mitad habitantes de calle, pero nunca se repartió un solo moño de marihuana para tratar adictos al bazuco, como se anunció en el comienzo. Así funciona este proyecto.

Sebastián Aldana Romero

El CAMAD inició operaciones en septiembre de 2012 en medio de un debate sobre el uso terapéutico de marihuana para paliar adicciones a drogas más duras. Aunque en un comienzo fue bautizado como ‘Centro de Atención Móvil a la Drogadicción’, al poco tiempo el ‘movil’ fue remplazado por ‘médica’, más allá del nombre, lo cierto es que este proyecto ha llevado servicios de medicina general, odontología, psiquiatría y trabajo social a una población que no tenía acceso a este tipo de atención de forma regular.

Según cifras oficiales, desde su apertura hasta diciembre de 2014, el CAMAD ha atendido a cerca de 21.759 ciudadanos, de los cuales 10.116 son ciudadanos habitantes de calle. Se calcula que 1.134 de éstos fueron canalizados a programas de rehabilitación y otros 828 remitidos a servicios de urgencias por sus críticos estados de salud. En toda la ciudad hay 19 vehículos adaptados para funcionar como Centros de Atención.

Sin embargo, los objetivos del CAMAD eran más ambiciosos: la Alcaldía de Bogotá tenía previsto analizar el alcance de la drogadicción e, incluso, suministrar drogas a algunos habitantes de calle de manera supervisada. La sustitución del bazuco por marihuana era uno de los anuncios.

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“Nosotros podríamos hacerlo a través de lo incautado, cuando pase por un laboratorio certificado por el Estado, que garantice que no sea veneno, y que garantice un control absoluto de la droga”, dijo el alcalde Gustavo Petro, a finales de 2012. 

"“Nosotros podríamos hacerlo a través de lo incautado, cuando pase por un laboratorio certificado por el Estado, que garantice que no sea veneno, y que garantice un control absoluto de la droga”, dijo el alcalde Gustavo Petro, a finales de 2012. 


Javier Cortés, coordinador del CAMAD del Hospital Centro Oriente que funciona en el Bronx, explicó la realidad del servicio que prestan. “El CAMAD no entrega marihuana. Todo es un paso a paso. Primero se necesita un sustento jurídico para poder hacerlo… Cuando empezó a funcionar, los medios de comunicación anunciaron una estrategia que debe ser proyectada en el largo plazo”, explicó. 
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El funcionario afirmó que, por ejemplo, las ‘narcosalas’ que funcionan en España como estrategia de tratamiento a adictos demoró casi 10 años para llegar a una sala de consumo supervisado

Esta es una estrategia que tiene varios referentes internacionales. Por ejemplo, en Alemania, Holanda, Suiza y España hay salas de consumo supervisado que se centran especialmente en el consumo inyectado de heroína. En ninguno de estos lugares se suministran drogas, son los usuarios quienes llevan las sustancias. La sala únicamente provee las herramientas (jeringas, torniquetes, etcétera), con el fin de que el VIH no se propague

Pero sustituir marihuana por bazuco es un asunto bien distinto y representa un reto para el cual, al parecer, aún no estamos preparados.

“Hay gente especializada, de un nivel académico muy alto, tratando de sacar adelante proyectos como el piloto de Bazuco Cero”, afirma Cortés. Se sabe que en el 2013 se hizo una prueba con 15 consumidores problemáticos, pero nunca fueron divulgados los resultados ni avances de esa iniciativa.

De los 19 Centros de Atención Médica a Drogadictos, cinco (Bronx, Mediano Umbral, Sur, Rafael Uribe Uribe y Chapinero) se focalizan en el servicio a Ciudadanos Habitantes de Calle. El resto tiene como prioridad el cuidado a jóvenes consumidores de sustancias psicoactivas.

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En el del Bronx diariamente son tratados entre 28 y 30 personas, entre las 7 a.m. y 5 p.m. Los sábados se hacen jornadas especiales dependiendo de la demanda de los usuarios. Después de varios meses trabajando en el proyecto Cortés asegura que vale la pena darle continuidad a este tipo de esfuerzos, más allá del periodo de un Alcalde. “El CAMAD está dentro de una dinámica mundial del manejo del consumo. Es lo de moda, por decirlo de alguna manera”, puntualiza. 

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