No nos cansamos de ver a Manu Chao en Bogotá
Su nueva visita a la capital dejó en evidencia que tiene la energía intacta. Anoche en el Royal Center se despachó con lo más clásico de su repertorio, desde temas de Mano Negra, por supuesto, y no se bajó de la tarima sin prestarles el micrófono a las arengas sociales y ambientalistas de líderes campesinos e indígenas.
“Ya estoy mamado de verlo. Lo he visto aquí desde que cantaba con Mano Negra”, dijo Mauricio, un bogotano de 51 años que no pudo resistir la tentación de asistir, una vez más, a un show impecable del cantautor francés junto a La Ventura.
A sus 54 años, Manu Chao cantó y saltó con la misma energía con la que cerró Rock Al Parque en 2006 ante 80 mil personas. La misma energía con la que participó de un día de activismo social y lucha en contra de la minería en marzo del año pasado en Bogotá.
Antes de que Manu saltara a la tarima del Royal Center hacia las 10 de la noche, la banda bogotana Alerta Kamarada se presentó como telonera frente a casi 4.000 personas.
El papá de Mano Negra estuvo muy bien rodeado de los trompetistas de La Ventura, que por poco dejan los pulmones en una tremenda interpretación de la ya clásica canción “Machine Gun”. Otros de los temas de Mano Negra que no faltaron fueron “Mala Vida y “Señor Matanza”, la canción que selló para siempre la cercanía de Manu Chao con Bogotá.
Como ha sido costumbre en sus conciertos, invitó al escenario a cuatro líderes indígenas y campesinos que tuvieron hasta diez minutos para exponer algunos de los problemas de sus comunidades. “Seguiremos movilizándonos para defender la seguridad alimentaria del país, para que llegue el agua a cada uno de los hogares. Si toca volver a parar el país, lo pararemos”, dijo uno de los campesinos, mientras Manu Chao rasgaba su guitarra y se escuchaban gritos de aprobación entre el público.
La noche la redondeó con sus eternos “Me Gustas Tú”, “La Primavera”, “Clandestino” y “Bienvenida a Tijuana”, con la que reapareció en uno de los tantos momentos en que, hacia el final de la noche, parecía que todo había terminado. No se resistió a volver al escenario, como suele ser habitual en él, al escuchar el “!Oe Oe Oe, Manu…!” que le corearon los bogotanos, hasta que se fue al backstage y, hacía la una de la mañana, ya no salió más.
Reviva esta noche clandestina en las fotos de Kicho Cubillos.
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