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Bienvenido a Chapiyork, entre el encanto del barrio bogotano y la distopía creada por Carolina Pineda

El Chapiyork de Carolina Pineda Cartel Urbano

Cómics que se construyen con elementos del suspenso, el romance y algo de la comedia. Una mirada a una Bogotá ochentera vigilada por escuadrones de la Policía Antigay, que patrulla las calles persiguiendo y castigando a personas no heterosexuales. “Fue la década del miedo: el miedo a la destrucción nuclear, a las nuevas drogas y al sida”.

Maria Camila Núñez

Carolina Pineda Cadavid siempre ha auto-editado y auto-publicado sus cómics. Es una historietista bogotana de 32 años y su formación académica se dividió entre la Escuela Nacional de Caricatura y el Sena. Entre sus influencias resalta al belga Hergé (creador de Tintín), a la austriaca Ulli Lust, al colombiano Joni b, y al legendario grupo colombiano Aterciopelados. ‘‘Las canciones de sus primeros álbumes siempre las imaginé en cómic, en especial La pipa de la paz’’. Algunas veces saca ejemplares impresos de sus trabajos pero es en su blog donde publica periódicamente una selección de cómics e ilustraciones. Chapiyork es su versión del barrio Chapinero, lugar en el cual se desarrollan varias de sus historias.

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Los cómics de esta artista están enmarcados en la autobiografía. ‘‘No es necesario ser un personaje específicamente, basta con dibujar momentos y situaciones para que haya en los cómics algo de uno. Aun cuando es una historia ajena, cuyo guión no escribes, siempre hay algo personal en las viñetas’’. Sus narraciones también contienen elementos de ficción, misterio y humor. Historias de Chapiyork y Hello, My Love son sus cómics más extensos y en los cuales esa esencia personal se proyecta con mayor contundencia. Por medio de una dinámica que se mueve entre la ilustración y el diálogo, Pineda explora en estas obras la interacción entre amigos, las relaciones amorosas, la sexualidad y la discriminación por ciertas preferencias sexuales, entre otros temas.

‘‘Cuando empecé a asumir mi sexualidad empecé también a conocer realmente Chapinero, al principio en rumbas locas con amigas, pero me harté. Luego iba sola pero dejé de entrar a bares, me sentía etiquetada. Luego me di cuenta de que no es por las mujeres… yo me siento fuera de todo en general’’.

Los cómics de esta artista están enmarcados en la autobiografía. ‘‘No es necesario ser un personaje específicamente, basta con dibujar momentos y situaciones para que haya en los cómics algo de uno. Aun cuando es una historia ajena, cuyo guión no escribes, siempre hay algo personal en las viñetas’’. Sus narraciones también contienen elementos de ficción, misterio y humor. Historias de Chapiyork y Hello, My Love son sus cómics más extensos y en los cuales esa esencia personal se proyecta con mayor contundencia. Por medio de una dinámica que se mueve entre la ilustración y el diálogo, Pineda explora en estas obras la interacción entre amigos, las relaciones amorosas, la sexualidad y la discriminación por ciertas preferencias sexuales, entre otros temas.

‘‘Cuando empecé a asumir mi sexualidad empecé también a conocer realmente Chapinero, al principio en rumbas locas con amigas, pero me harté. Luego iba sola pero dejé de entrar a bares, me sentía etiquetada. Luego me di cuenta de que no es por las mujeres… yo me siento fuera de todo en general’’.

Historias de Chapiyork (del cual Daniela Ardila, compañera de estudio de Pineda, es coautora), se presentó como trabajo de grado y también hace parte de su blog. La artista se basa en su experiencia diaria para construir en sus viñetas un territorio que mezcla la cotidianidad con elementos de suspenso, romance y algo de comedia. El Chapiyork de Historias de Chapiyork, se ubica temporalmente en la década del 80. Es un lugar distópico con referencias a V for Vendetta de Alan Moore, recorrido por una ‘‘Policía Antigay’’ que patrulla las calles persiguiendo y castigando a personas no heterosexuales. ‘‘Esta época era el contextoperfecto para la situación de un ‘Chapiyork enclosetado’. Fue la década del miedo, el miedo a la destrucción nuclear, a las nuevas drogas (pepas) y al Sida. Vi muchos documentales sobre esta enfermedad en los 80. Había personas que se bañaban hasta 5 veces por haber sido tocadas por personas contagiadas. Y bueno, en una ciudad donde existe una poli antigay, ese contexto de creer que el Sida era una epidemia de homosexuales, era perfecto’’.

(Le podrían interesar estas viñetas de Zhaken, en las que narra su viaje en bici a la costa)
 

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Por otro lado, el Chapiyork de Hello, My Love, está ambientado en la actualidad. La represión policial hacía la comunidad LGBTI+ se ha disipado y ahora es un espacio ideal para el encuentro entre amigos, para irse de levante o para dibujar a Spawn en medio de los tragos.

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Playa Paraíso es uno de los lugares en los cuales los personajes de los cómics de Pineda interactúan. Según la autora en este bar con arena y palmeras, solo ponen música antillana y del Caribe. El establecimiento equivale a lo que The Bronze es para el universo de Buffy the Vampire Slayer y a lo que el restaurante de Pop es para las historietas de Archie. En Playa Paraíso convergen los protagonistas y entre sus paredes se desarrollan momentos esenciales para la narrativa de los cómics. Este rumbeadero de Chapiyork está inspirado en Congo, una famosa discoteca con piso de arena que existió durante varios años sobre la carrera séptima, en el Chapinero real. Estos detalles construyen la mitología de Chapiyork, que nace en medio de una conversación entre el encanto del barrio bogotano (natural para algunas personas y un gusto adquirido para otras) y la ciudad creada por Carolina Pineda.

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La sección del blog de Pineda llamada ‘‘Reporterías y cuadernos de viaje’’ es un espacio que funciona a manera de diario. La autora comparte ilustraciones, fotos y más cómics que ofrecen un acercamiento a su vida. Allí encontramos vivencias como la pasantía que realizó con la Organización Internacional para Migraciones en Perú, conciertos, talleres, experiencias gastronómicas e interacciones con otros autores de cómic.

A pesar de no tener un repertorio particularmente extenso, el blog de Pineda deber convertirse en una parada obligatoria para quien esté interesado en hacer un recorrido juicioso por el cómic nacional que se produce en la actualidad.

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Los cómics de Carolina Pineda comparten la atmósfera que rodea a Blankets de Craig Thompson, la obra en general de Power Paola y las historietas que Kevin Budnik publica en su cuenta de Instagram. Estos son cómics que varían en cuanto a sus características formales pero comparten el hecho de ser obras en las cuales los autores representan episodios íntimos de sus vidas o experiencias que suceden en la esfera privada. Un recurso visual que Pineda usa en Hello, My Love para caracterizar estos momentos, es la asignación de colores a ciertas situaciones. Por ejemplo, hace uso de un tono amarillo pastel en las viñetas o páginas en las cuales sus dos protagonistas están juntas, cuando están compartiendo un instante o un diálogo que solo le pertenece a ellas.

(Échele un ojo a ‘Virus Tropical’: la novela gráfica de Power Paola adaptada al cine)

La admirable decisión de compartir con el mundo temas tan personales y complejos como lo son la exploración de la sexualidad, las inseguridades, las relaciones afectivas y el acoso sexual, siempre será relevante ya que a pesar de las particularidades de cada individuo y las circunstancias que lo rodean, las emociones son una experiencia universal.

‘‘Finalmente de eso se trata la narrativa, en especial cuando parte de experiencias propias, de lograr una universalidad, un vínculo. Siempre creemos que hacemos cómics, novelas, historias, películas para nosotros… pero en el camino entendemos que no. Se trata, como casi todo, de comunicación y sin receptor no hay mensaje’’.

Nunca habrá tal cosa como un exceso de cómics con tendencia autobiográfica, ya que una y otra vez autores de todo el planeta han demostrado la variedad y validez que tiene la forma en la cual cada uno de ellos interactúa con el mundo y con las eventualidades que atraviesan durante el proceso de estar vivos. Es conmovedor el sacrificio que hace Barry Allen /The Flash al entregar su vida para salvar el “multiverso” en el clásico de DC Comics, Crisis on Infinite Earths (Marv Wolfman y George Pérez, 1985-1986). Sin embargo, cómics como los que hace Carolina Pineda suelen ser más efectivos al momento de despertar empatía en sus lectores, ya que en ellos hay elementos con los cuales el público se puede identificar de manera mas eficaz gracias a la similitud de las situaciones y emociones presentadas en estas narraciones y su cotidianidad.

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En medio del reconocimiento de publicaciones nacionales como Caminos condenados (Aguirre, Díaz, Guerra y Ojeda. Cohete cómics, 2016), Dos Aldos (Díaz y Guerra. Cohete cómics, 2016), Los Once (Jiménez, Jiménez y Cruz. Laguna libros, 2013) y Gabo: Memorias de una vida mágica (Bustos, Camargo, Córdoba, Naranjo y Pantoja. Rey Naranjo, 2013), historietistas colombianas como Carolina Pineda publican sin miedo sus cómics en blogs personales, páginas de Facebook y también en Instagram. Muchos de ellos imprimen por su cuenta y llevan sus obras a eventos especializados en cómic y fanzine que por lo general duran uno o dos días. Gusanillo de tierra, Said Atala, Whoandapo y la editorial Surreal Comics, son algunos de ellos.

Hello, My Love es uno de los cómics que Pineda ha comercializado en ferias que se llevan a cabo en Bogotá. Si usted es de las personas que logró adquirir una de estas copias, siéntase  afortunado ya que es de esas joyas raras que usualmente se consiguen en estos espacios fugaces que aparecen en la ciudad. La Frikiferia, el Festival Independiente de Cómic Colombiano, Huracán: feria de cómics y música independiente y el Salón de los Desterrados, son ejemplos de espacios que permiten a los autores nacionales exponer y distribuir sus producciones.

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Sígale el rastro a Carolina y sus publicaciones independientes en Instagram o Facebook. Y, claro, pásese por su blog y conozca Historias de Chapiyork y Hello, My Love.

 

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